COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista


 San Francisco de Asís
Un grupo de ancianitas del barrio de san Francisco de Chilpancingo tuvieron la brillante y grandototota idea de invitar a José Francisco Ruiz Massieu, que entonces era gobernador del estado de Guerrero, para que asistiera a una “pozolada” el 4 de octubre a la plazuela del barrio, con el fin de festejarle su santo. 
Ya el señor gobernador, muy elogiado por su inteligencia y carisma, dinamismo y modernidad política había dicho: “No soy marrano para comer pozole”. Lo dijo cuando de la más antigüa pozolería de Chilpancingo, que es la de doña Jose,  lo invitaron a convivir con los vecinos de san Mateo. 

Hizo la excepción con las alegres y jacarandosas ancianitas del barrio que lleva su nombre y cada 4 de octubre, el gobernador que no era marrano para comer pozole, a pesar de que gobernaba un pueblo muy pozolero, hacía a un lado su prejuicio y le entraba con fe a la cazuela de maíz hervido con carne de cuche, aderezado con chicharrón, aguacate, patitas de puerco, sardina, queso y sus respectivos mezcales. ¡Uh!, se le veía feliz, muy feliz. 
Esa felicidad, producto de la convivencia popular del admirado Ruiz Massieu, quedó como grata herencia en el barrio y en “la clase” política pozolera chilpancingueña. Y, aunque ya otros gobernadores guerrerenses no van el 4 de octubre al barrio a atragantarse con pozole, la pedacera politiquil local sí asiste, “gorrona” como es. Y por eso, no se conformaron con el 4 de octubre.
Vieron que las pozoladas que se ofrecen desde hace muchos años en los barrios chilpancingueños podían servirles como “pasarela” política y, para, como dicen ellos: “darse baños de pueblo”.
Comenzaron a repetir la franciscana y muy ruizmassieuísta práctica de “a la gorra ni quien corra”. Y allá van como ‘peregrinos de cuello blanco’ el 3 de mayo al barrio de la santa Cruz; el 13 de junio al barrio de san Antonio; el  8 de septiembre a san Tequicorral; el 21 de septiembre a san Mateo y el 4 de octubre a san Francisco.
Inteligentes como son los políticos, la praxis pozolera, al menos para darse “baños de pueblo”, se ha repetido  en otros municipios. De tal suerte que ahora en Guerrero, en cada uno de los 81 municipios, tenemos una generación de alcaldes pozoleros.
 Que es el día de tal o cual santo, vamos al barrio a convivir “con el pueblo”, claro, el católico. Pero se olvidan de los practicantes de las otras religiones y conste que ya –como dijo quien sabe quién- son muchas, así que ahí tienen (los políticos) que administrar una buena geometría, no sea que a la hora de los votos, a raíz del “el pozolito”, las cuentas no les resulten.
José Francisco Ruiz Massieu dejó esa herencia también política y proveniente de ideas seniles y puramente franciscanas: “No soy marrano para comer pozole”, y lo comió. Los políticos de hoy, ¿serán marranos para comer pozole? Creo que sí, y muy trompudos.
Estemos pendientes del próximo día de san Francisco, que será el sábado que viene. Hay que ir al fervorín desde temprana hora a ese barrio.
¿Veremos al  “Jaguar”, a Manuel Añorve Baños y a todos los demás que “quieren” la gubernatura, trompeando la cazuela?
SENTIDO PÉSAME:
Depositamos nuestro más sentido pésame a la familia de nuestro querido amigo don Jesús Aponte (“Chucho el sastre”) quien falleció esta madrugada y es velado en la funeraria Chilpancingo. Hasta siempre, mi querido amigo Jesús. 

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