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Terminar con el
Guerrero bronco
César González Guerrero
Envío un saludo cordial a mi estimado amigo el Maestro Pioquinto Damián Huato.
Hace algunos años, aproximadamente en la década de los 70’s, escuchaba por primera vez, hablar del Guerrero Bronco y de su leyenda negra. Hace más de 40 años, cuando cursaba mis estudios medios superiores, en la Escuela Vocacional 5 de Ciudadela, del glorioso y combativo Instituto Politécnico Nacional. Ahora, al paso de los años, continúa aplicándose este concepto, a pesar de la modernidad y del desarrollo globalizador. Para las nuevas generaciones, la experiencia, la considero, nada agradable. Hasta en eso, nuestra entidad federativa, sigue igual. Los jóvenes merecen algo mejor.
De nada han servido las inversiones de miles de millones de pesos, o de dólares, como se quiera decir, en los aspectos sociales, en la educación, en la cultura, la ciencia y las artes, principalmente. Las 7 regiones de Guerrero, mas la Montaña, presentan rezagos que lastiman lo más profundo del sentimiento humano.
Tal parece que, tanto dinero, destinado al pago de maestros, construcción de escuelas, hospitales, carreteras, solo por mencionar algunos ejemplos, no han impactado en la calidad de vida de los guerrerenses. Siguen observándose algunos rasgos de la época del salvajismo.
La situación que prevalece en Guerrero, nos debe hacer reflexionar y actuar en consecuencia, se requiere de un cambio no solamente estructural, sino también de un cambio actitudinal de cada uno de los guerrerenses.
Un cambio de mentalidad, que permita valorar y destacar los aspectos cualitativos de los auténticos guerrerenses; fundamentalmente los valores morales; que la energía desplegada en actos violentos y anárquicos se convierta en liderazgos propositivos y de transformación. Si se puede.
Si revisamos la historia de esta región suriana, veremos cómo las acciones de grandes guerrerenses, hombres y mujeres, desde los siglos XVIII y XIX, encausaron sus energías y valentía, pero sobre todo su inteligencia, para transformar las estructuras del México prehispánico e independiente, como el taxqueño Juan Ruiz de Alarcón, en el campo de las letras, en los años 1600-1700.
Como los impulsores de uno de los más importantes movimientos sociales nacionales que lograron la Independencia de México, en los años 1810-1821, Vicente Guerrero; la considerada heroína de Tixtla y de la Independencia nacional, Antonia Nava de Catalán; Valerio Trujano; Hermenegildo Galeana; Leonardo Bravo; Pedro Ascensio de Alquisiras y el costachiquense Juan del Carmen en los años 1790-1810; solo por mencionar algunos.
Desde luego de un Juan Álvarez, promotor de grandes cambios radicales como son las Reformas Nacionales, en los años 1830-1857, inclusive la Erección de nuestra entidad federativa; de uno de los grandes intelectuales del mundo, Ignacio Manuel Altamirano 1860-1890. Coincidentemente, la historia registra a tres personajes originarios de la histórica ciudad de Tixtla.
También se registran en la época de la Revolución, en pleno siglo XX, a Francisco Figueroa Mata y José Inocente Lugo; al gran talento musical Margarito Damián Vargas; los impulsores de la educación Bertha Von Glumer, Juan B. Salazar, Adolfo Cienfuegos y Camus, y en el campo de la política Eduardo Neri Reynoso fallecido en el año 1973. Y no se puede dejar de mencionar al primer astronauta guerrerense Rodolfo Neri Vela.
Claro, hasta el día de hoy, la historia sigue su curso, pero debido al espacio, hasta aquí podremos encontramos ejemplos de hombres y mujeres de Guerrero que, antes y después de su erección, nos demostraron que, una lucha, debe perseguir un objetivo claro y preciso. Una meta que beneficie al pueblo en general y no a grupos que no se identifican con una ideología. Guerrero esta en un proceso de cambio radical, se necesita un liderazgo integro y honesto.
Urge que cada ciudadano racional, hombre y mujer, aporte ideas y promueva una estrategia política que evite una confrontación sin sentido. Guerrero en su CLXV aniversario merece este regalo. La propuesta del Gobierno Federal, con el Plan para un Nuevo Guerrero, debe ser la entrada a un nuevo modelo de desarrollo regional urgente. Deberíamos, todos aquellos que luchamos diariamente por terminar con años de subdesarrollo, tomar la palabra y organizarnos para trabajar en esa ruta. Terminemos ya con el histórico Guerrero Bronco.
Si en los XVIII y XIX, no existían instituciones y organizaciones sociales capaces de encauzar las inquietudes que promuevan cambios, hoy tenemos, no solamente eso, sino también estamos preparados para unificar las fuerzas coincidentes y divergentes. No importan los colores de partido; el interés supremo debe ser la armonía y la fraternidad de los guerrerenses, para lograr un pleno desarrollo, moderno, adecuado a los tiempos del siglo XXI. Corresponde, atender y resolver el reto, al guerrerense Salvador Rogelio Ortega Martínez, en su calidad de Gobernador sustituto, aplicar su capacidad intelectual y política para lograrlo. Creo que la mayoría lo respalda, a pesar de que no fue electo por el pueblo. Tiene la oportunidad de demostrar que, una vez más, la Universidad Autónoma de Guerrero prepara cuadros, como ya lo hizo René Juárez Cisneros. Lo demás depende de su sabiduría. Ya veremos.
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