ARTICULO

Así es mi tierra;

encuesta de GCE

 Isaías Alanís

Los últimos acontecimiento del México de la mea culpa, tanto la del gobierno federal como la de los estados es sintomática de una erosión y envenenamiento de la vida política, económica social y cultural del país. La guerra desatada por Calderón con un poco más de 100 mil muertos donde las entidades más golpeadas fueron: Chihuahua, Nuevo León,  Durango, Sinaloa, Michoacán, Tamaulipas, Veracruz y Guerrero. Seis años después, al arrancar el gobierno de Enrique Peña Nieto, esta “guerra” suspendida de los medios de comunicación, su cifra rebasa los 57 mil asesinatos.  

Ahora destacan en el obituario nacional hechos bárbaros y sangrientos en donde se marida la delincuencia organizada con empresarios, partidos políticos, grupos y “organizaciones sociales”. La célula más apaleada de este maridaje explosivo son los ayuntamientos que han sido tomados por asalto por la delincuencia que como en Michoacán, no sólo se apropia de la estructura orgánica, sino que impone a los presidentes municipales. Iguala es un caso de estudio y en algunas regiones de México un cáncer que requiere quimioterapia.

La información cruzada que existe en México y en el mundo sobre los aberrantes hechos de Iguala, se diluyen ante una verdad nacional. Iguala sólo es una muestra de la barbarie que se ha prohijado en todo el país. 

José Reveles, periodista y especialista en asuntos del narcotráfico,  opinó “que en el caso de Iguala de la Independencia todos están llegando tarde: la PGR atrajo la investigación ocho días después, la Gendarmería y el asunto se está politizando, dijo, no se trata de un asunto local, se trata de todo el país y de la globalización del narcotráfico. Ahora se está politizando este asunto. Yo creo que están tapando agujeros. No es nada más una cuestión local, no se trata de Iguala y Tlacotepec, se trata de la globalización del narcotráfico…”. (Programa de radio Carmen Aristegui).

Y en este contexto, semejante al del México rural post revolucionario donde los cuerpos de rurales mataban a los disidentes y a los delincuentes, se da el brutal asesinato del líder del movimiento de desplazados por la construcción de una presa en vivo y en directo.

A Atilano Román lo ejecutaron en las instalaciones del diario El Sol de Mazatlán donde transmitía el programa Aquí es mi tierra.

Román hablaba de las demandas de su movimiento creado a raíz de la construcción de la presa “Picachos” que afectó a lugareños, quienes demandan indemnizaciones. “Fue un atentado dirigido contra él, no contra el gremio periodístico. Ellos (los asesinos) empujaron la puerta (del diario) y se dirigieron hacia la cabina”, añadió Ontiveros. Los disparos que recibió Román, uno de éstos en la cara, se escucharon claramente durante la transmisión y también los gritos de “¡lo mataron!, ¡lo mataron!”.

Eso ya es el colmo. ¿Es el principio de la narco jhida? ¿Quién gana con estos asesinatos sumarios como los de Tamaulipas, Tlatlaya, Iguala y los que se vengan?  

Y el colmo de Guerrero se suscitó el día domingo 12 de octubre en punto de las 8.30 cuando un vehículo donde viajaban jóvenes estudiantes del Tec de Monterrey. La policía les hizo el alto, en el Parador del Marqués al sur de Chilpancingo los jóvenes no se detuvieron por temor, lo que dio paso a una persecución que culminaría a la altura del parque Margarita Maza de Juárez, donde los elementos de la policía accionaron sus armas contra la unidad.

Antonio Ramos, inspector general de la Policía Federal, al ser cuestionado sobre los hechos señaló que por al parecer se trató de una “confusión”.

Confirmó que en el grupo había dos jóvenes de nacionalidad alemana, dos franceses y seis mexicanos. El resultado de esta confusión que pudo haber sido otra, fue de un estudiante herido. Afortunadamente no murió nadie. ¿Qué hubiera pasado de haber sido asesinados uno, dos o tres jóvenes que regresaban de Acapulco a sus respectivos domicilios después de haber pasado un fin de semana en las playas del Pacífico mexicano?

El incendio del Palacio de Gobierno efectuado el lunes pasado por miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) y estudiantes de Ayotzinapa. Es vandálico. Un acto simbólico que rebasa al estado mexicano. Recuérdese, Oaxaca tomada durante meses y paralizada la actividad económica.

Ante estos hechos que tienen como centro telúrico la desaparición de estudiantes en Iguala, creció tanto que el gobierno federal y estatal ha sido rebasado. Y a este hecho sin nombre, han metido sus patas intereses políticos que pretenden tirar al gobernador Ángel Aguirre. Hay voces que le apuestan a la ingobernabilidad y la ganancia. 

En la encuesta realizada el 7 de octubre por el Gabinete de Seguridad Estratégica,  destaca por sobre otros temas, el de la inseguridad en el estado de Guerrero. Un 16.1 culpa al ex presidente de Iguala José Luis Abarca de los actos sangrientos. Ante la pregunta de que si la salida de AAR, soluciona el problema, no está de acuerdo un 48.9 %. O sea que según el Gabinete de Comunicación Estratégica,  a, Aguirre Rivero lo respalda la gente. Otros índices de la misma medición aseguran que el Grupo delincuencial “Guerreros Unidos” con un 17. 8%, es el culpable. Y de pronto nace la noticia sacada de la chistera misteriosa de un mago que fue ejecutado el líder de Guerreros Unidos. 

Al margen del resultado de los acontecimientos, el coctel narcotráfico-partidos-políticos-empresarios, es tan real que el gobierno federal lo ha acallado. Iguala es la punta de un iceberg tan grande como Chihuahua. 

Y como Así es mi tierra, el socavón hecho en las venas de México costará mucho taparlo si no se actúa sin complicidades partidistas e institucionales, y esto comprende a los tres niveles de gobierno en este fenómeno de la globalización del narcotráfico y del deterioro de la regencia del estado.

Cuando termine como termine esta pesadilla que ha causado muertes, desaparecidos, y la quema del edificio del palacio de gobierno de Chilpancingo, los precandidatos del PRD, ¿están fuera de la contienda por la gubernatura para el 2015?.