PRIMERA PLANA
¿Por qué cayó la
gran Tenochtitlán?
Un día como hoy de 1521 los mexicas se rindieron en la batalla contra Hernán Cortés, quien pese a ello continuó con la masacre que duró 80 días. Tras tomar a Cuauhtémoc como rehén y ejecutarlo, Cortés tomó el control del imperio
El Escudo Nacional es la parte esencial de la bandera mexicana. Dado que con lábaros de otros países comparte los colores verde, blanco y rojo, el águila posada sobre un nopal y devorando una serpiente la distingue de las demás en el orbe.
Es precisamente la imagen que los fundadores de la ciudad de México-Tenochtitlan vieron en el islote del lago de Texcoco a partir del cual erigieron la antigua capital del imperio azteca y que cayó hace 493 años, el 13 de agosto de 1521.
Huitzilopochtli, máxima deidad del también llamado pueblo mexica, dijo a dicho grupo indígena que se estableciera en el sitio donde vieran a un águila devorando una serpiente, lo cual ocurrió en 1325.
Antes, el dios dividió a su pueblo en dos y pidió a cada bando fundar las ciudades de México-Tlatelolco y México-Tenochtitlan, señala el Instituto Nacional de Antropología e Historia en su página de Internet.
La geografía del lugar permitió un diseño idóneo para la supervivencia de sus habitantes y diversas actividades como el comercio, además de que representó un sitio fundamental para la estrategia militar, describe la Secretaría de Educación Pública (SEP) en su portal electrónico.
Por esas características, "la capital de los mexicanos se convirtió en una de las mayores ciudades de su época en todo el mundo y fue la cabeza de un poderoso Estado que dominó una gran parte de Mesoamérica", añade.
Su arquitectura mostró la capacidad de construcción de los mexicas, que con puentes, acueductos, calzadas, avenidas, tecnología para separar el agua dulce de la salada y el Templo Mayor, edificación dedicada al dios de la lluvia, Tláloc, sorprendieron a los españoles a su llegada.
La ciudad tenía una extensión de tres kilómetros cuadrados y en ella habitaban más de dos mil personas por kilómetro cuadrado, refiere la dependencia federal, que destaca que "México-Tenochtitlan fue ejemplo de una metrópoli bien estructurada, higiénica y organizada".
Tlatelolco destacó más por la actividad comercial, mientras que Tenochtitlan lo hizo por su poderío militar y político.
Dos meses antes de la caída de Tenochtitlan, Cortés tomó el Recinto del Templo Mayor y el mando de la columna, pero no lograban que los mexicas aceptaran la derrota.
Pero un hecho de la naturaleza hizo que los mexicas lo tomaran como un mal presagio, porque se apreció un torbellino de fuego y chispas color sangre que indicaban lo peor para ellos.
"Y se vino a aparecer una como grande llama. Cuando anocheció; llovía, era cual rocío la lluvia. En este tiempo se mostró aquel fuego. Se dejó ver, apareció cual si viniera del cielo. Era como un remolino; se movía haciendo giros, andaba haciendo espirales", describe "La Visión de los Vencidos".
Fue así como el 13 de agosto de 1521, Cuauhtémoc, último tlatoani azteca, fue arrestado en su canoa por el español García-Holguín, quien lo llevó ante Cortés.
En el triunfo de los europeos influyó también una epidemia de viruela, enfermedad que llegó de Europa a bordo de los bergantines ibéricos y que aniquiló a gran parte de los mexicas, entre ellos a Cuitláhuac, uno de sus últimos gobernantes, por lo que el ejército azteca también se vio diezmado.
Así, la caída de una de las civilizaciones más importantes de América se concretó entre armas y profecías, pero el legado cultural permanece en pie como parte importante de lo que significa ser mexicano.
- -
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.