COLUMNA
Lectura Política
Noé Mondragón Norato
Walton y Rumbo: discursos y hechos contradictorios
El edil de Acapulco, Luis Walton Aburto, y el dirigente de la tribu perredista Grupo Guerrero (GG), David Jiménez Rumbo, son la encarnación de la contradicción en lo referente a sus objetivos de poder. Porque por una parte, admiten estar en contra del ex gobernador perredista –hoy sin definición ideológica-, Carlos Zeferino Torreblanca. Denostan y condenan todo lo relacionado con dicho personaje. Le ponen piedras en el camino rumbo a la definición del candidato a gobernador. Critican su pretensión fallida de crear un partido político. Y por el otro, cobijan a ese grupo y todo lo que representa. Hay algunos eventos que confirman lo anterior.
INCONGRUENCIAS DE LA POLÍTICA.- La pérdida de la capacidad de asombro es ya común dentro de la práctica política. Los eventos más inverosímiles ocurren con desparpajo y sin dejar paso al desconcierto. Hay dos casos concretos al respecto: 1.- El edil de Acapulco, Luis Walton Aburto, tiene muy claras su prospectiva: el adversario a derrotar dentro de las izquierdas, es el senador perredista, Armando Ríos Piter. Ese mensaje lo envió apenas hace unos días y luego de que dicho legislador rindiera su primer informe legislativo en Acapulco. Walton no asistió a ese evento y optó por reunirse con el secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso y con el senador perredista, Sofio Ramírez Hernández. En resumen, está en contra de todo aquello que lleve la etiqueta política del grupo zeferinista. O esa es la idea que pretende vender. Porque si se mira bien y por su condición de empresario que de alguna forma, los identifica, el actual edil de Acapulco, no quiere romper los puentes de los entendimientos con ese grupo político. Una señal es demasiado clara: tiene como secretario de Planeación y Desarrollo Económico en la comuna de Acapulco, a Carlos Álvarez Reyes, ex secretario de Finanzas en el gobierno de Torreblanca Galindo. Y el senador Ríos Piter, es una hechura política del ex mandatario estatal perredista. Pero a la vez, Walton protege a varios de los cuadros políticos de éste último. Uno de ellos es Carlos Álvarez. Como si pretendiera al final de cuentas, sentarse a negociar con el zeferinismo, en su trayecto a quedarse como candidato a gobernador de las izquierdas para la elección de julio de 2015. Y dejar algunas puertas abiertas en esa ruta. En ese sentido, si Walton le dio un golpe político a Ríos Piter, -al no acudir a su informe legislativo y luego quiso frotarle la espalda invitándolo a sentarse a negociar-, el ex titular de Finanzas en la pasada administración estatal sería su enlace político con Ríos Piter y con el grupo zeferinista. Al final de cuentas y contraviniendo la posición política del peje, Andrés Manuel López Obrador, el edil de Acapulco sí podría negociar soterradamente con el grupo zeferinista. La permanencia en la administración municipal porteña de uno de sus principales cuadros políticos, así lo estaría confirmando. 2.- El dirigente de la tribu Grupo Guerrero (GG), David Jiménez Rumbo, ya marcó su raya: refrendó sus apoyos político-electorales para el senador perredista Armando Ríos. Lo que Jiménez Rumbo no logra entender, es que su tribu está muy devaluada en términos de credibilidad y confianza ciudadanas. Sus amarres en lo oscurito con el PRI, se muestran como uno de sus puntos políticos más vulnerables. En ese sentido y lejos de fortalecerlo, Armando Ríos acusaría un incremento en su debilidad. Pero no todo acaba ahí: el ex senador Jiménez Rumbo se ha empeñado en acusar y señalar al ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, como autor intelectual del crimen perpetrado contra el ex diputado local perredista, Armando Chavarría Barrera. Pero hoy contradictoriamente, apoya el proyecto de Armando Ríos para el gobierno de la entidad rumbo a la elección de julio de 2015. Y si el senador perredista ganara hipotéticamente esa elección: ¿Callaría Jiménez Rumbo en lo referente a sus acusaciones contra el ex gobernador del sol azteca? ¿O bien, la utilizaría como coartada para ejercer presiones de poder permanentes a fin de lograr los beneficios políticos proyectados, tal y como es su costumbre? ¿De qué clase de aliados y de prestigio político se están nutriendo Armando Ríos y Luis Walton? Lo único cierto es que tanto el edil de Acapulco, como el dirigente de la tribu GG, son contradictorios en hechos y discurso. Y en esa vertiente, han dejado de ser confiables. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Y a propósito del ex gobernador Zeferino Torreblanca, un juzgado federal se negó a otorgarle un amparo como consecuencia de los desfalcos y desvíos millonarios de recursos que la Contraloría estatal le detectó durante su administración. Y ya sin Arturo Latabán López, despachando en la Auditoria General del Estado (AGE) –un indiscutible aliado político del ex mandatario-, las cosas no pintan nada bien para el zeferinismo. Ni para muchos de sus cuadros que ya se ven retornando al gobierno estatal en 2015.
dragonato@hotmail.com
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