COLUMNA
Lectura Política
Noé Mondragón Norato
Latabán y su renuncia anunciada
El error más visible del ahora ex titular de la Auditoria General del Estado (AGE), Arturo Latabán López, fue de simples valores entendidos: no midió el terreno político. Y como funcionario surgido del grupo político liderado por el ex gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, tampoco tenía mucho futuro dentro de la administración del gobernador, Ángel Heladio Aguirre Rivero. Y de hecho, tardó demasiado en ese cargo. El tiempo necesario para medir ciclos y resultados. Felonías y lealtades. Torpezas, errores y astucias para revertirlas. Factores determinantes en la actual coyuntura político-electoral. Nada más es cuestión de asomarse al mapa completo para entenderlo mejor.
LATABÁN: CICLO CONCLUIDO.- La AGE nació por iniciativa del ex gobernador priísta y actual senador, René Juárez Cisneros en 2002. Entró en funciones el 1 de enero de 2003. Sustituyó a la Contaduría Mayor de Glosa del Congreso local. El titular del naciente organismo, Ignacio Rendón Romero, estaba obligado a permanecer en el cargo por un total de 8 años y era inamovible durante ese periodo. Pero la maniobra de Juárez Cisneros fue política. Se blindó ante el eventual escenario de la alternancia en el gobierno estatal, que premonitoriamente llegó en la elección de febrero de 2005. Así, Rendón Romero despachó en la AGE 3 años con René Juárez Cisneros. Y 5 con Carlos Zeferino Torreblanca Galindo. Apolítico, éste último no pudo desprenderse del titular de la AGE. Tuvo que soportar esa herencia política tricolor. Se entiende que hubo algunos pactos políticos soterrados entre René Juárez Cisneros y Carlos Zeferino Torreblanca Galindo. Y después, el ex gobernador perredista quiso seguir el ejemplo de René Juárez Cisneros: dejar a un recomendado suyo en la AGE. En este caso, Arturo Latabán López, quien tomó protesta al cargo el 20 de diciembre de 2010. Y Asumió formalmente hasta el 1 de enero de 2011. Las cosas sin embargo, no salieron como se esperaba. Por elocuentes razones: 1.- La AGE se convirtió en un organismo profundamente corrupto. Su primer titular –Ignacio Rendón Romero-, fue señalado en reiteradas ocasiones, de mantener pactos inconfesables con distintos ediles a fin de no ventilar y borrar las huellas de los desvíos millonarios de recursos en las alcaldías. Y cuando concluyó su periodo, promovió una millonaria liquidación a su favor: 4.9 millones de pesos. Ni el Congreso local ni el ex gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, lo llamaron a cuentas. 2.- Cuando Arturo Latabán tomó protesta, la AGE arrastraba con ese pesado lastre. Y tomó decisiones equivocadas. La que tuvo un mayor costo político para él, está muy expuesta: no controló la información confidencial. En esta senda, no tardaron en filtrarse algunos desvíos millonarios de la cuenta pública 2012, en varias alcaldías. Destacaron los faltantes por 727 millones de pesos en la alcaldía de Acapulco, presidida por el ex edil priísta y actual aspirante a gobernador, Manuel Añorve Baños. Y 100 millones en la de Chilpancingo, durante el periodo encabezado por Héctor Antonio Astudillo Flores, actual diputado local y también aspirante al gobierno de la entidad. Fue evidente una situación: Latabán López era vulnerable políticamente. 3.- A la irritación de verse exhibidos, tanto Añorve como Astudillo comenzaron a operar desde el Congreso local, a fin de lograr la destitución de Arturo Latabán. Movieron a legisladores locales afines a su causa con el propósito de atacarlo y motivar su renuncia. Tal y como ya ocurrió. Además, la cercanía de la elección para renovar gobernador en julio de 2015, es otro de los detonantes políticos. Si se mira bien, la renuncia del auditor de la AGE, ocurre cinco días después del informe de labores del senador zeferinista, Armando Ríos Piter. Y cuando el origen millonario del ostentoso despliegue publicitario, comenzó a causar prurito en muchos actores y partidos políticos. En ese sentido, existe el fuerte trascendido de que algunas alcaldías perredistas contribuyeron notablemente en ese financiamiento, apostándole al reloj electoral de 2015, de la mano de dicho senador perredista. Y como es obvio, el ex titular de la AGE, teniendo un origen político zeferinista –igual que Armando Ríos Piter-, no revelaría esas maniobras. Por eso mismo, su renuncia debe leerse en ese contexto preciso. Lo que viene parece inevitable: esas alcaldías tendrán problemas para aclarar sus cuentas públicas, luego de la designación del nuevo titular de la AGE, quien seguramente, les esculcará a fondo los bolsillos. Así, uno de los últimos reductos políticos zeferinistas, cayó. Y el escenario político se calienta.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Al cumplirse el primer aniversario luctuoso del asesinato perpetrado contra el dirigente de la Unidad Popular (UP), Arturo Hernández Cardona, y dos de sus compañeros, ni la Procuraduría de Justicia ni el Congreso local, han aclarado ni emitido un dictamen en relación a ese triple homicidio. En esa tormenta política se encuentra metido el edil perredista de Iguala, José Luis Abarca Velázquez. El testimonio de Nicolás Mendoza Villa –uno de los sobrevivientes que incrimina al alcalde-, simplemente ha sido desdeñado. La eficaz medicina del tiempo les ayuda, sin duda, a muchos actores del poder. dragonato@hotmail.com
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