ARTICULO
Vivo se lo llevaron,
¡¡¡vivo lo queremos!!!
Mario García Rodríguez
Es el clamor de la comunidad periodística de Guerrero ante el impune secuestro de nuestro compañero, amigo y compadre, Jorge Torres Palacios.
Hace varios años, creo que 25, conocí a Torres Palacios, joven entusiasta, recién egresado de la Facultad de Comunicación de la UNAM, de familia humilde del Kilómetro 30, en una gira de campaña presidencial. En ese entonces yo era reportero de la fuente política de El Sol de Acapulco.
Recuerdo muy bien el carácter jovial, ameno y honesto de Torres Palacios quien lo conserva, porque jamás lo oí hablar en contra de sus compañeros o funcionario alguno. Mi compadre siempre es persona respetuosa y cumplidor con sus tareas de informar. Sus pasos por RTG se caracteriza por su honradez y fiel cumplidor de las ordenes de trabajo de sus superiores.
Cada vez que lo encontraba, cerca de su centro de trabajo, nos reíamos de nuestras anécdotas en la jerga periodística “compadre”, me decía “a ver cuándo nos reunimos con tu ahijado para echarnos un taco”. “¡Claro compadre! Será cuando tu tengas tiempo, porque siempre estás muy ocupado”, ja ja ja ja ja, nos reíamos festejando nuestras palabras.
Torres Palacios, siempre trabajador y dueño de una disciplina de trabajo, desde hacía 3 o 4 años se desempeñaba como jefe de prensa del sector salud del ayuntamiento de Acapulco, en los últimos años no lo vi ingiriendo bebida alguna en algún lugar de mala muerte, siempre fue una persona hogareña y responsable con su pareja sentimental y con sus dos hijos.
Vivía con humildad y esto, lo hace grande ante los demás. Daba todo por su parte. Sin esperar nada a cambio, porque lo hacía del fondo de su corazón, por eso causa indignación la forma violenta en que fue secuestrado ¡Compadre Jorge!. No sabemos dónde estás.
Aunque no te veamos ni te oigamos sabemos de tu dolor físico y moral.
Aunque no nos veas, ahí estamos. No estás solo, te acompañamos.
En ti pensamos y a Dios rogamos para que vuelvas a ‘ser’, a respirar tus derechos, a saborear tu libertad, a ver el amor, a sentir, a tocar, a desplazarte a decidir, a disfrutar a tus hijos, a tu pareja, y a convivir con tus amigos y compañeros de trabajo y de vida.
Cree en ti, cree en la esperanza, cree en la fuerza de todos los pensamientos que hoy y siempre te acompañan.
Se fuerte, aguanta un poquito más.
¡Estás cerca!
¡Volverás!
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