PRIMERA PLANA

Sufren la miseria, hambre y

enfermedades en Amoltepec

Avigaí Silva.--En el poblado de San Miguel Amoltepec el Viejo, perteneciente al municipio de Cochoapa el Grande, 98 familias que resultaron afectadas por los fenómenos hidrometeoro lógicos Manuel e Ingrid, duermen cubiertas de la intemperie solo con láminas galvanizadas y comen de la caridad de organizaciones sociales; mientras esperan impacientes los apoyos prometidos por el gobierno federal y estatal. 

Por enésima ocasión hoy viernes se trasladaron hasta Chilpancingo para protestar en la entrada principal del Palacio de gobierno y exigirle al gobernador perredista Angel Heladio Aguirre Rivero los escuche y les resuelva su demanda de reubicación que desde hace ocho meses sufren las inclemencias del hucarán Ingrid y tormenta Manuel.

Las familias se encuentran olvidadas por el gobierno, mientras niños y ancianos enferman por las bajas temperaturas y las lluvias que han comenzado a registrarse desde el pasado 24 de abril. 

Ante la indolencia gubernamental para atender a las 98 familias que resultaron afectadas por los desastres naturales que se presentaron en el mes de septiembre del año pasado, los pobladores, con gran esfuerzo se trasladaron a la ciudad capital, a ocho horas de distancia en vehículo, para exigir inmediata atención. 

Al mediodía de este miércoles, una treintena de indígenas arribaron al Palacio de Gobierno y con pancartas en mano exigieron su reubicación así como la construcción de sus viviendas que han estado esperando después de que se presentó la contingencia.

Los indígenas fueron desplazados de San Miguel Amoltepec el Viejo, luego de que Protección Civil (PC) estatal, emitiera un dictamen donde informaba que el territorio donde se asentaban quedó inhabitable tras un alud de tierra que provocaron las fuertes lluvias. Ello urgió a las familias a refugiarse por un tiempo en otro predio ubicado muy cerca del lugar, primero durmiendo a la intemperie y actualmente resguardados bajo laminas galvanizadas que utilizan como techo, pero sin paredes.

En el mes de marzo, el alcalde de Cochoapa el Grande Pedro García Santiago, donó un predio de aproximadamente tres hectáreas que es insuficiente para la reubicación de todas las familias, mientras que la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), donó algunas laminas galvanizadas para la construcción de las nuevas casas para las familias afectadas, no obstante, la reubicación se ha retrasado. 

“El presidente nos donó un terreno, estamos ahí pero sin casa. nos cubrimos solo con la lámina galvanizada, nos donaron ocho laminas para cada familia y estamos bajo la lámina hasta el momento, pero eso no nos alcanza para construir una casita, además no tenemos dinero para conseguir las casas”, dijo Catarino Ortiz López, habitante de San Miguel Amoltepec el Viejo.

Mencionó que las 98 familias perdieron todo su patrimonio y actualmente sobreviven con los apoyos que les otorga El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, que desde febrero entrega  mensualmente 120 kilos de maíz para cada familia. 

Este apoyo será entregado hasta los próximos tres meses, lo cual preocupa a las familias pues con las lluvias también perdieron sus cosechas y la actividad agrícola aún no se ha reactivado. 

En tanto, los niños no asisten a la escuela. Y es que las bajas temperaturas y las lluvias han provocado que los menores y adultos mayores presenten enfermedades respiratorias, casos que no pueden ser atendidos por la falta de médicos y enfermeras. 

Catarino Ortiz lamentó que desde el mes de septiembre, cuando resultaron afectados por las lluvias, ninguna autoridad los ha visitado, solo funcionarios de la CDI que prometieron la construcción de nuevas viviendas, mismas que aún se siguen esperando.

Recordó que en el mes de enero, cuando el Presidente de la República Enrique Peña Nieto visitó el municipio de Cochoapa el Grande, se le entregó un oficio donde se le pedía que se agilizaran los trabajos de la construcción de las viviendas y la reubicación de las familias, sin embargo, las familias continúan en el desamparo gubernamental. (API).