NOTA ROJA

Violan y roban taxistas

piratas en Chilpancingo 

Arquímedes Alcaraz Garzón.—Todo un peligro representa subirse a un vehículo del servicio público sin que tenga placas, ni distintivos oficiales , porque los usuarios son víctimas de atracos, lesiones, abuso sexuales y hasta el riesgo de perder la vida.

Mientras las autoridades se hacen ciegas y mudas ante las constantes denuncias de los usuarios de que en Chilpancingo operan más de 200  “taxis piratas”, La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, conoció de un hecho lamentable y aberrante en contra de una jovencita visitante proveniente de Acapulco.

El pasado miércoles 19 de marzo, en la Agencia del Ministerio Público Especializada en Delitos Sexuales, llegó una joven de aproximadamente 26 años originaria del puerto de Acapulco, quien vino a la capital del estado a realizar  trámites en oficinas oficiales.

Ahí llegó acompañada de paramédicos de la Cruz Roja, y ante  la fiscal de turno, le informó de que en la  tarde de ese 19, caminaba por la avenida  Lázaro Cárdenas, siendo acosada sexualmente por un presunto taxista y a la altura de Ciudad Universitaria logró que abordara la unidad motriz.

Posteriormente se la llevó con rumbo desconocido, porque la afectada dijo que no conoce la ciudad, pero que se la llevó por una carretera al norte de Chilpancingo, finalmente se corroboró que había sido por el nuevo libramiento, en donde el presunto “taxista” que conduce un carro sin placas tipo Tsuru, la bajó en despoblado, y la sometió a golpes hasta lograr saciar sus bajos instintos.

Tanto fue su brutalidad del depravado sexual-taxista que la mordisqueó en todo el cuerpo, lo más visible fue en sus piernas, brazos y el labio inferior que casi se lo desprendió, por lo que sangraba abundantemente.

Al término de dar a conocer los sucedido por la agraviada, la titular del ministerio público instruyó a los médicos legistas certificaran sus lesiones, momento en que la pasaron a un cubículo y la dejaron sola para después desaparecer.

Seguramente preocupada por lo que representa la denuncia que saldría a los medios, y previendo a las represalias, prefirió no interponer una denuncia formal contra el ataque del taxista “pirata”, porque además fue robada de sus pertenencias particulares.

Por último se conoció que la atacada, teme por su integridad física, porque el depravado la amenazó, tras la fechoría, y lo más condenable es que la dejó sola en despoblado.