COLUMNA
Cosmos
Héctor Contreras Organista
Tener en casa al hombre más rico del mundo, o a uno de los más ricos del mundo, no es, como decía el abuelo: “¡Enchílame otra!”.
¡Hay que aprovecharlo!
Tener ganas de transformar un país, por encima de todo y a pesar de todo y aún contra de los augurios y la machacada de que el gobierno sólo sirve a los poderosos, sorprende.
Meter a la cárcel a la todo poderosa Elba Esther, echar el guante y encarcelar al Chapo Guzmán, poner al descubierto las tranzas de Fox y Calderón, Marthita y sus
querubines, meter la cola en Pemex “y lo que falta” y ahora descobijar a Televisa, son palabras mayores.
A ese ritmo, hay ganas de transforma este país.
Los zarpazos que se han dado nadie siquiera los soñó. Se rumoró que el presidente quería sorprender con algunas acciones espectaculares sólo para ganar votos y que México seguiría en el jueguito político rancherón y parcelario de siempre. Ahora se advierte que va por mucho más.
Al menos en el caso de Televisa-Slim se debe y se tiene que ir por mucho más de las medidas anunciadas el viernes de la semana pasada, conectadas con la cosa económica que es donde supuestamente “duele” al emporio y a sus lacayos anunciadores de noticias, que no periodistas, pero tiene que irse mucho más allá.
Lo que el gobierno federal está haciendo en la materia es históricamente trascendente, increíble y plausible al descobijar a una de las empresas de comunicación más importantes del mundo para dar paso a otras alternativas y que el queso se reparta por partes iguales. Es inédito.
¿Que Televisa tronó como ejote en la Bolsa de Valores por las reformas que en la materia aplicó el Ifetel? Sorprendente. Ello equilibra con otras empresas y se da la apertura para nuevos canales para que “el de las estrellas” deje de ser dueño absoluto de los espacios nacionales.
Ahora se ven obligados a abrir, conceder y compartir espacios y hasta instalaciones con empresas similares y las que nazcan, pero no es suficiente, se debe y se tiene que ir más allá.
Este país avanzará cuando la televisión (que ahora cuesta un ojo de la cara verla) deje de difundir programas bobos nutridos de idiotez, ignorancia y sometimiento. Cuando ya no se publicite apología de violencia y crimen; cuando se dé prioridad a la cultura, cuando se haga periodismo en radio y televisión respetando el derecho a libre expresión.
El gobierno federal ciertamente está asestando golpes muy fuertes y espectaculares que pudieran cambiar el rumbo del país, pero a la fecha nadie sabe qué pudiera venir atrás de todo esto.
¿Qué podría ser?
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