COLUMNA

Cosmos

Héctor Contreras Organista

 Muy interesante resulta en ocasiones escuchar comentarios, puntos de vista divergentes y discusiones entre paisanos quienes de manera frecuente se reúnen en el café, en las peluquerías  o en el zócalo y hablan sobre diversos tópicos.

Como es de suponerse, en fechas recientes la comidilla del día ha sido el penoso asunto provocado por el conocido comerciante Pioquinto Damián Huato en contra del presidente municipal de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos.

El primero, ampliamente conocido en Chilpancingo por su beligerancia y el segundo muy popular porque en dos ocasiones ha ocupado la alcaldía de Chilpancingo, ha sido diputado federal y como es sabido en Guerrero, aspira a la gubernatura de estado.

Sobre este asunto precisamente nos llamó la atención lo que derivó de la tertulia de esta mañana entre los cafetómanos, al decir que Mario Moreno está pasando amarguras debido al asunto de El Ocotito, con los resultados sabidos, pero también comentan que debe aprovechar esa adversidad.

Convertir la adversidad en cosa positiva y conseguir la gubernatura, puede ser lo más sano que políticamente le puede ocurrir. Casi nadie estuvo de acuerdo en que a Moreno Arcos la gubernatura se le fue de las manos, por el contrario, dijeron, saldrá bien librado.

¿Por qué?, porque si se analiza punto por punto el asunto que inició en El Ocotito con los muy lamentables resultados que son del dominio púbico, se verá que al ir a esa reunión actuó de buena fe y le acarrea simpatías. “No hizo lo que otros políticos que mandan representantes.

“Mario Moreno Arcos actúa de manera responsable en su desempeño como alcalde y no es un ingenuo como para incurrir en acciones que sin pruebas le achaca Pioquinto Damián Huato quien de paso se quemó con Carmen Aristegui al denunciar una ‘balacera’ en la entrevista con ella”.

Claro que algunas opiniones adversas pintan de colores a Mario con el asunto del agua, el ambulantaje, la inseguridad, calles y avenidas despedazas, falta de nomenclatura, endiosamiento de algunos de sus funcionarios y el polvo infernal del zócalo “que no acaba de acabar”.

Es, dijeron, “como todos los políticos en el claroscuro de ese quehacer que en ocasiones se hace satisfactorio y en casos especiales, como el presente, fatales, porque de pronto el mundo se le vino encima pero con serenidad, inteligencia y habilidad Mario Moreno saldrá bien librado”.

La investigación, afirman algunos cafetómanos, habrá de ser la reconfirmación de las argucias que desde siempre y como ave de mal agüero ha manejado Pioquito, al que califican, de paso, de necio y terco quien montó un edificio en el centro de la ciudad y que representan un gran riesgo.

Entonces, pues, la opinión mayoritaria a favor de Mario Moreno Arcos es que no tiene de qué preocuparse. Dicen que no hay mal que por bien no venga y que saliendo de esta nadie de quienes también aspiran a la gubernatura, sean del partido que sean, se la podrán quitar de las manos.