COLUMNA
El Grillito Sin Censuras
Alfonso Cerdenares Domínguez
--El Chilpancingo, el servicio público está para llorar.--Agentes prefieren la “mochada para los chescos”.--La gente quiere bajarse donde quiera.--Tres sugerencias de este “Grillito”…
El Chilpancingo, el servicio público está para llorar; es deficiente, los conductores se comportan de la manera más salvaje posible; peor aún, utilizan las calles como pista de carreras y hasta se sienten dueños de ellas; en muchas colonias, el servicio de transporte termina después de las ocho de la noche y la gente tiene que buscar otro tipo de alternativas para llegar a sus domicilios, sea contratando los servicios de los abusivos taxistas o yéndose caminando; tal vez esto sea comprensible, dado el clima de inseguridad que priva en la entidad y la ciudad capital no es la excepción, pero sí es necesario que la autoridad buscara soluciones; sin embargo, en lugar de ello, pareciera que se empeña en complicar la vida del citadino –por llamar de alguna forma a los habitantes de Chilpancingo –y ha implementado el cambio de algunas “paradas”, unas más descabelladas que otras; por ejemplo, las paradas del centro fueron cambiadas pasando la calle, una –la ubicada cerca del edificio “inteligentudo” Vicente Guerrero, posterior al semáforo,
lo que pone en riesgo la integridad física de los usuarios que, al bajar de la unidad de transporte colectivo, tienen que cruzar con rumbo al zócalo; sin embargo, tienen que enfrentarse con los cafres del volante, dueños de las calles de la ciudad que, sin precaución alguna, aceleran la marcha de sus vehículos para ganarle a la luz verde que comienza a titilar o a la color ámbar que ya se encendió; nos ha tocado más de una vez observar cómo la gente se para “en seco” antes de ser atropellado, arrollado, por algún irresponsable chafirete; a nosotros nos ha pasado; tenemos que caminar hasta la esquina del semáforo y esperar la luz roja para poder cruzar la calle sin contratiempo alguno; lo peor de todo es que hay conductores de urvan que no logran estacionarse debidamente y bajan al pasaje a mitad del arroyo vehicular, lo que incrementa el riesgo del usuario; más peor aún es la “pachorrudez” de los agentes de tránsito que, por la “mochada” de un refresco, nada dicen a los que infringen el reglamento correspondiente; también nos ha tocado ver como los “tamarindos” amagan al chofer que, tomando dos o tres monedas de diez pesos de su “tablero”, bajan a “saludar” al agente del que luego se despiden con una sonrisa de complicidad; la gente ya los conoce, ya sabe qué uniformado es corrupto y quienes se hacen de la boca chiquita; aunado a todo esto, es la actitud de la gente que a fuerzas quiere subirse o bajarse donde se les pega su regalada gana y hasta insultan al chafirete si no hace lo que se le pide; aquí cabe una dos sugerencias: 1.- Que los mismos conductores respeten las paradas implementadas por las autoridades de tránsito y hagan caso omiso a las protestas de la gente; 2.- Que la gente tenga conciencia clara de que no puede bajarse de las unidades a las puertas de su casa, pues para eso existen los lugares específicos para subir y bajar de las urvans, y 3.- Que los choferes sean más conscientes de que, a bordo delos vehículos, transportan gente, no ganado vacuno y, por tanto, que moderen la velocidad con la que conducen; ¡claro!, son meros sueños guajiros, pues mientras siga una autoridad corrupta al frente del gobierno, esto jamás va a suceder y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: alfcerdenaresd@hotmail.com.
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