COLUMNA
Sin Concesiones
Armando Patrón
*El mafioso Atanasio Quijano Martínez
De nueva cuenta, el dirigente sindical mafioso de la Escuela Secundaria “Galo Soberón y Parra”, Atanasio Quijano Martínez, volvió a tomar las instalaciones de la Secretaría de Educación en Guerrero, para exigir se les paguen horas a trabajadores de esa institución de forma ilegal y violando la norma educativa.
Desde hace más de un año la Secretaría de Educación en Guerrero, otorgó nombramiento a dos profesores para cubrir los espacios que quedaron acéfalos debido a la jubilación de dos trabajadores, pero el delegado espurio Atanasio Quijano Martínez, les impidió la entrada y por lo tanto no pudieron desempeñar sus labores. Son los mismos a los que ahora acusa de aviadores.
Mediante un acuerdo interno, Atanasio Quijano Martínez, acordó con los profesores que las horas que quedaban acéfalas por jubilación de profesores, fueran impartidas por trabajadores de esa misma institución, bajo la premisa que presionando a las autoridades de la SEG, les serían pagadas posteriormente. Y para ello se acordó impedir la entrada a trabajadores que envío la SEG.
Ha señalado que los trabajadores “que han cubierto las horas les corresponde por derecho obtenerlas y que se les pague lo adeudado”, pero quien debería pagarles es él, porque fue Atanasio Quijano quien los engañó, ya que les prometió que la SEG les pagaría, aún sabiendo de antemano que era una acción que violaba la Norma de la Secretaría de Educación en Guerrero.
Atanasio Quijano Martínez tiene una clave de Subdirector, que obtuvo gracias al apoyo de Rubén Figueroa y René Juárez, para traicionar a la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación, cuando decidieron dividir a esa combativa organización magisterial y fundar junto con otros esquiroles la Coordinadora por la Reivindicación de los Principios de la CETEG, (CERP-CETEG).
La creación de esa organización de esquiroles –entre ellos Atanasio Quijano Martínez, Julio Cesar Aguirre Méndez y Nicolás Chávez Adame-- al servicio del gobierno en turno, le propinó un brutal golpe a la disidencia magisterial (CETEG), que la tuvo al borde del colapso durante varios años, pero que resistió, convirtiéndose hoy por hoy en la punta de lanza en la defensora de los derechos de los trabajadores ante la criminal reforma educativa de Peña Nieto.
Desde que Atanasio Quijano Martínez, obtuvo la clave de Subdirector, bajo negociaciones oscuras y traiciones --sería importante saber cómo la obtuvo--, jamás se ha desempeñado frente a grupo, es decir, lleva más de veinte años cobrando como aviador, ya que únicamente se pasea por las instalaciones de la “Galo Soberón y Parra”, sin ser de utilidad a la sociedad..
También estuvo como aviador cuando se desempeñó como delegado de la Zona Centro del Colegio de Bachilleres, echándose a la bolsa dinero del pueblo, que debería ser ocupado para aliviar las carencias de las zonas más pobres del país. Cobró al mismo tiempo durante varios años en la Secretaría de Educación y en el Colegio de Bachilleres. Convirtiéndose en un vulgar “ladrón democrático”.
Este parasito de la educación, bajo la bandera del rechazo a la reforma educativa, pretende doblar a la Secretaría de Educación en Guerrero para imponer sus criterios, normas y leyes, engañando a los padres de familia y utilizando a los niños de esa institución para conseguir sus aviesos fines.
Quijano Martínez, a lo largo de su trayectoria política se ha convertido en un esquirol y en un hampón de la educación; pretende poner de rodillas a la SEG y sobre todo decidir, que se hace y que no se hace en las aulas educativas, creyéndose un mesías, pretendiendo ocultar maquiavélicamente que su acción ocurre bajo la premisa de que “el fin justifica los medios”, es decir, que no se le moleste por estar de aviador por más de doce años, cobrando sin estar frente a grupo. Y que se le permita seguir de tiempo completo en la grilla política.
Dónde estuvo Atanasio Quijano Martínez, en momentos en que el magisterio luchaba por derogar la reforma educativa. Siempre negociando con el poder como lo hizo por muchos años y sobre todo trabajando para el gobierno como lo hizo en el periodo de Zeferino Torreblanca Galindo, principal enemigo de los maestros de la educación. En esos años se le nombró como delegado de la zona centro del Colegio de Bachilleres, de donde fue despedido por su falta de capacidad intelectual y por manejos oscuros de los recursos públicos.
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