COLUMNA
Caballo que fue cónsul
Apolinar Castrejón Marino
Algunos de nosotros hemos escuchado la anécdota del emperador romano que en el exceso de poder llegó a nombrar senador a su caballo.
Aunque las anécdotas son imprecisas y no pueden tomarse como fuente histórica, podemos recurrir a los datos documentados para acercarnos a lo que parece haber sucedido.
El 24 de enero del año 41, murió el emperador romano conocido como “Calígula”. Se sabe de buena fuente que tuvo un caballo al que llamó “Incitatus”, nombre que se ha traducido como “impetuoso”, lo cual es incorrecto, porque en términos de caballería se prefiere el término “brioso”.
Se trataba de un caballo de carreras que Calígula utilizaba en las competencias del hipódromo de Roma. De verdad era muy bueno y no perdía ninguna carrera, por lo cual el emperador lo consentía en grado extremo.
Le prodigaba cuidados que para los caballos, diríamos que son innecesarios. Le mandó construir un palacio de mármol, con incrustaciones de piedras preciosas, con amplios jardines, y 15 sirvientes para su mantenimiento.
Otros 6 sirvientes se encargaban del cuidado “personal” de Incitatus. Le daban de comer manzanas, uvas y dátiles. Bebía agua extremadamente limpia, en tinas de marfil. Y lo bañaban con jabones perfumados.
Lo hacían dormir en colchones de pieles, y lo cubrían con mantos color púrpura (que era el más caro de la época). Los vecinos próximos a los establos reales, estaban obligados a apagar sus luces a temprana hora, y no hacer ruido durante la noche, para no interferir con el descanso del equino.
Pero cuando iba a correr, Calígula, decretaba silencio total en toda Roma para que Incitatus descansara bien. Quien producía ruidos esa noche era mandado azotar al día siguiente.
Como colmo del abuso de poder, Calígula dispuso que su caballo debiera casarse con una doncella de nombre Penélope. No se sabe si esa abominable disposición llegó a consumarse, pero lo que se sabe es que Incitatus fue nombrado Cónsul de Bitinia.
Al respecto, los historiógrafos precisan que Calígula simuló otorgar esa gran distinción a la bestia, para demostrar el servilismo en que habían caído los Senadores, y toda la realeza romana. Algo así como sucede en México Con los excesos de la clase política gasta grandes fortunas en mansiones, joyas y automóviles.
Ave de tempestades, el Emperador Calígula fue un valiente guerrero, que desde niño acompañaba a su padre Germánico en sus campañas de conquista. Se ponía el uniforme y las armas como cualquier soldado. Inclusive se calzaba las cáligas que usaban los legionarios. Eran una especie de botas con correas fuertemente ceñidas a la pierna. Se veía tan propio, que los soldados empezaron a llamarlo Calígula cariñosamente.
Siendo emperador anexionó a Roma las provincias de Mauritania, Batanea y Traconítife, aunque sus campañas contra Britania fueron grandes fracasos militares. Sin embargo, las fuentes históricas se centran en su crueldad, extravagancia y perversidad sexual, presentándole como un tirano desequilibrado.
Cansados de sus excesos y atropellos, el 24 de enero del año 41, una docena de pretorianos y senadores liderados por Casio Querea lo asesinaros a puñaladas en uno de sus palacios.
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