COLUMNA
Resquicio
Hipólito Marbán
LAS POLICIAS COMUNITARIAS, UN MAL MUY NECESARIO PARA LA PAZ DE GUERRERO.
A un año de la creación de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), encabezados por Bruno Plácido Valerio, quien en repetidas ocasiones ha manifestado que armarse no ha sido contra el gobierno, sino más bien en contra de la delincuencia organizada, donde esta última se ha apoderado de municipios y rebasado a las instituciones, policías coludidas con el crimen, un gobierno incapaz de garantizar el derecho constitucional del libre tránsito y el derecho a ejercer un trabajo licito,
empresarios, comerciantes, transportistas y ciudadanos comunes han sido víctimas de extorciones, robos, cobro de piso y privación de la libertad y la vida, que llego al hartazgo de una ciudadanía ávida de paz y seguridad, Bruno Placido Valerio salió a la palestra después de que un comisario del Municipio de Tecoanapa, Guerrero, fuera secuestrado por bandas delincuenciales el cinco Enero del 2013, desde el nacimiento de la UPOEG ha dado dolores de cabeza a las policías institucionales, al grado de sufrir acoso tanto de militares como de la gendarmería nacional, que, quiérase o no reconocer a un año los policías civiles, han logrado la estabilidad en los veintiuno municipios donde tienen presencia “una chusma” sin la preparación especial de cursos tácticos, han restablecido el orden, según la encuesta por publicar de parte de la Universidad Autónoma de Guerrero, la UPOEG y la maestra de este la Coordinadora Regional de Comunidades Comunitarias (CRAC) ésta con dieciocho años de antigüedad con sede en San Luis Acatlán, Guerrero, han hecho sentir entre los ciudadanos un clima de seguridad y estabilidad emocional, amparados por la Ley 701 y la recién 281 aprobada y promulgada en el gobierno del actual gobierno perredista Angel Heladio Aguirre Rivero, donde las policías civiles comunitarias, reclaman su derecho tanto de auto procurarse y auto administrarse justicia, sin embargo es necesario legislar a fondo el actuar de UPOEG y de la CRAC, toda vez de que la finalidad de su creación se pretende rebasar a otros rubros como el de detener a familiares de acusados, cuando estos últimos escapan y/o no son localizables, al grado de querer desconocer las leyes constitucionales y los tratados internacionales en materia de derechos humanos, la CRAC y la UPOEG, son un mal inconstitucional, necesario en la legalidad de un Estado de derecho, porque sin un verdadero Estado de derecho, las leyes vigentes, solo son letra muerta parciales y caducas, es un atino del líder de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero Bruno Plácido Valerio, que a un año de su creación, convoque al análisis y la crítica propositiva por el bien de la región de la Costa Chica y los veintiún municipios que tienen bajo su adscripción, en realidad urge que el Ejecutivo convoque a la sociedad civil, para la presentación de mesas de trabajo para la creación de iniciativas que permitan la creación de una ley secundaria sobre los alcances y límites legales de actuación de la policía comunitaria y grupos de auto defensa, siempre respetando los usos y costumbres de las comunidades indígenas, con el aval y posible aprobación pero con un estudio especial del Congreso del Estado, recordemos que nuestra entidad es pluricultural, es necesario reconocer que la UPOEG rompió con el paradigma de vivir en una sociedad temerosa y espectadora de vejaciones del crimen organizado, con la complacencia de las policías constitucionales y oídos sordos de la Procuraduría de Justicia, las policías comunitarias son un mal muy necesario para la paz de Guerrero, un estado rebasado y arrinconado por la delincuencia y su propia ignorancia política… veremos.
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