COLUMNA

Star Wars en Tixtla

Apolinar Castrejón Marino

Las lluvias torrenciales del pasado mes de septiembre, pusieron en el mapa nacional a Tixtla. Esa pequeña población, cuna del Consumador de la Independencia, Vicente Guerrero, del patriota Ignacio Manuel Altamirano  y del músico Margarito Damián Vargas.
Pero aún hay otros aspectos interesantes de Tixtla, que merecen ser mencionados. La cosmogonía de los tixtecos está poblada de seres y situaciones especiales, como la lucha por la supervivencia con el apoyo de dioses y semidioses, pocas veces mencionados en otros lugares.

Los pobladores antiguos, creían los duendes y “saurines”, especies fantásticas con grandes poderes, sometidos a los dioses. A ellos atribuían que el valle de Tixtla pudiera ser habitado, ya que en el inicio de los tiempos, estaba completamente lleno de agua.
Dios vio un lugar muy bueno, rodeado de cerros, pero completamente lleno de agua. Entonces decidió encargar a 3 saurines, que urdieran la manera de cómo sacar esa gran cantidad de agua, prometiéndole un gran premio al saurín que lograra desecar la laguna antes que los otros.
Uno de ellos creyó que podría hacer un gran canal a través de los cerros de la parte oriental, para lo cual consiguió una enooorme pala y accionando de inmediato, dio una gran palada, y luego arrojó la tierra valla hasta los cerros del otro lado del valle. Luego dio una segunda palada, y arrojó la tierra a la orilla sur de la laguna. Y quiso descansar un poco, y ya no tuvo fuerzas de dar otra palada.
Y en la actualidad, al pie de los cerros del poniente, puede verse un pequeño promontorio de tierra amarilla y enormes piedras boludas, y otras características precisas que coinciden exactamente con la tierra de que está formado el cerro de Chompito. Igualmente, al norte de la población hay una pequeña loma de tierra amarillenta y piedras que solo hay en el cerro de Chompito.
En verdad, pareciera que un millar de toneladas de tierra y piedras hubieran sido acarreadas de un lado a otro del valle, pero de tal manera que no hubiera de esa tierra en ningún otro sitio. Sobre la loma de la parte norte se construyó la iglesia en honor de San Antonio, y sobre el promontorio poniente viven los pobladores del barrio de “El fortín”.
Pero volvamos a los otros saurines. Según la versión fílmica, eran “Trandoshanos”, subespecies que procedían del planeta Durkteel en el sector Kastolar de la Región de Kashyyyk . Eran reptilianos de piel escamosa, amplias narices chatas, anchas, bocas abiertas, y dientes afilados.   Durkteel era un miembro de la República Galáctica y partidario tanto del Movimiento de Ayuda a los Refugiados y la Coalición de Reasentamiento de Refugiados durante la Crisis Separatista.  
En Tixtla, el segundo saurín, decidió hacer un gran pozo por el cual se escurriera el agua. Y con esta idea dio un gran pisotón al pie del cerro de la parte sur-oriente, pro lo hizo con tan mala suerte que su enorme pie dio con una gran piedra sólida, y no pudo hacer el hoyo. 
Actualmente, a unos metros de la laguna, en el camino que conduce a las comunidades de “El troncón” y Zacazonapa, pude verse a un lado del camino, una gran piedra de unos 5 metros que tiene una enorme huella de un pie humano en bajo relieve, como si un gigante hubiera pisado en ella. 
El tercer saurín vio que la idea era buena, y buscó un enorme palo en forma de estaca y la clavó en el agua, junto al cerro de Chompito. Lo hizo con tal suerte que en esa parte el suelo es poroso y calcáreo, por lo cual se hizo un enorme agujero por el cual empezó a sumirse el agua, y la laguna descendió de nivel dejando una enorme planicie húmeda, apta para la agricultura.
Y ahí está “El Resumidero”, que cada año se traga miles de metros cúbicos de agua que los pequeños arroyos  que descienden de los cerros tributan a la laguna. Para desgracia de los tixtecos, este año las cantidades de agua fueron superiores a las que puede desalojar el resumidero. Con la complicación de las enormes cantidades de basura, plásticos, pañales ramas y desechos que la gente tira en las calles que indefectiblemente van a dar a la laguna. Pero “Esa es otra historia”.
El saurín victorioso recibió el premio de vivir en el Edén junto a los Dioses. El primer Saurín fue ahorcado y colgado de un árbol en el respaldo del canal que no pudo hacer. Hay una enorme barranca de 3 metros en el piso, y paredes de más de 30 metros de altura, por cuyo fondo hay un camino de herradura, por el cual camina la gente hacia sus cultivos. 
A la mitad de uno de sus respaldos puede verse un viejo árbol seco del que pende una figura humana que se balancea con el aire. La humedad de la barranca y el silencio que se encierra ahí produce un ambiente sobrecogedor, por lo cual, los campesinos procuran pasar de prisa y no andar por ahí solos o a deshoras. 
No pudimos saber qué paso con el tercer saurín, pero les prometemos que vamos a continuar platicando con los ancianos de esa localidad.

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