Se salieron con la suya los dueños del restaurante Citrus, en lugar de retirarles su feo toldo, les arreglaron el espacio que le corresponde por derecho a los peatones, además quienes tuvieron presente cuando hace 30 años se había terminado la remodelación, el dueño del local  Alberto Morlet Berdejo (hoy lo alquila), le pidió directamente al entonces gobernador Alejandro Cervantes Delgado que le autorizara ampliar su negocio aprovechando la bonita remodelación y desde entonces se siente dueño de la vía pública.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"1938, cuando el petróleo fue nuestro";Ahora solo en película

𝗖𝗲𝗻𝘁𝗲𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗻𝗮𝘁𝗮𝗹𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗖𝗼𝗵𝗶𝗻𝘁𝗮 𝗚𝘂𝗲𝗿𝗿𝗲𝗿𝗼 𝗔𝗽𝗮𝗿𝗶𝗰𝗶𝗼

𝗟𝗮 𝘇𝗼𝗻𝗮 𝗽𝗿ó𝘅𝗶𝗺𝗮 𝗱𝗲 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼