POEMA
Miradas
Crónica de Amor: Felipe Zurita
Despójate de la ropa y ábrete para penetrarte
en el más limpio secreto sedicioso de silencio
y deja ahí tus demonios, cúbrete de cosméticos
permite tocarte y saciar el deseo de poseerte.
Y cuando desnuda estés guarda silencio para verte
deja ser libre el cuerpo que posees y solo entrégalo
y mis manos, que dibujaran en cada milímetro de el
sueños y pasiones de demonios que saborean la piel.
Intrigante ritmo del corazón al rodear por la espalda
tu cuerpo rosando tu pecho y desenmarañando tu ser
mi boca recorre tu cuello hasta el óvulo de la oreja
mientras tus manos buscan excitante el sexo a poseer.
El aire es cálido y no alcanza para respirar los dos
y las venas del amor se engruesan bajo conjuros
de aquellos rezos profanos… hincados devorando
el uno al otro comiendo con los ojos y el deseo.
Dejando perder la vida al encanto del placer
y hacer de este un ritual en el oscuro amanecer
cuando el cuerpo siente morir y el amor
comprende que ha sido robado por el placer.
Crónica de Amor: Felipe Zurita
Despójate de la ropa y ábrete para penetrarte
en el más limpio secreto sedicioso de silencio
y deja ahí tus demonios, cúbrete de cosméticos
permite tocarte y saciar el deseo de poseerte.
Y cuando desnuda estés guarda silencio para verte
deja ser libre el cuerpo que posees y solo entrégalo
y mis manos, que dibujaran en cada milímetro de el
sueños y pasiones de demonios que saborean la piel.
Intrigante ritmo del corazón al rodear por la espalda
tu cuerpo rosando tu pecho y desenmarañando tu ser
mi boca recorre tu cuello hasta el óvulo de la oreja
mientras tus manos buscan excitante el sexo a poseer.
El aire es cálido y no alcanza para respirar los dos
y las venas del amor se engruesan bajo conjuros
de aquellos rezos profanos… hincados devorando
el uno al otro comiendo con los ojos y el deseo.
Dejando perder la vida al encanto del placer
y hacer de este un ritual en el oscuro amanecer
cuando el cuerpo siente morir y el amor
comprende que ha sido robado por el placer.
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