COLUMNA
Cosmos
Héctor Contreras Organista
-Toñin Fú-
Los buenos amigos se siguen yendo. Leyes de la vida, conocidas y experimentadas por todas las generaciones. Gente que se estima, que se quiere, que se le recuerda y que de pronto… no se le vuelve a ver.
Y uno, reporterillo de rancho, metido en ese río caudaloso del diario vivir, en ese Río del Tiempo, expresión que utilizó Fernando Vallejo, invaluable escritor sudamericano, para el titulo de su libro, sin saber qué hacer ni por dónde comenzar.
Se anda a todas horas buscando noticias, entrevistas, fotografías, diálogo con mucha gente y de pronto, ¿supiste que murió fulano?
¡Glup!, imposible de creer, pero así es.
Hace unas horas nos informaron que el pasado jueves 8 de julio murió “Toñín”, o como lo bautizó su papá, el señor periodista don Antonio Gutiérrez Rodríguez: “Toñín Fú”.
El mote se debió a las suertes o trucos de magia que “Toñín” practicaba. Arte que le enseñó un gran fotógrafo, Nicanor Santos Nava, nacido en Mochitlán y quien se desempeña actualmente como fotógrafo en la Casa Blanca. Sí, ahí nomás; modestamente.
Los dos, Toñín y Nicanor se hicieron muy amigos; los unió un propósito: convertirse en fotógrafos.
Antonio Gutiérrez Alanís, de quien lamentamos su muerte, trabajaba al lado de su papá quien a su vez era inmediato colaborador de don Hermilo Castorena Noriega, gerente de la estación de radio XELI, en los años 60.
Don Antonio Gutiérrez Rodríguez fue por casi veinte años secretario general de la Delegación 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, con sede en Chilpancingo. Tenía a su cargo un noticiero, a las 19:45, de lunes a viernes, en la estación de radio local, mismo que patrocinaba don Raúl Chida, gerente de una cervecería, o mejor dicho, de una distribuidora de cerveza.
“Toñín” tenía bajo su responsabilidad el rol de “Continuidad”, como se le llama en radio y en televisión a la programación de anuncios de acuerdo a los horarios contratados por los que se guían operadores y locutores. Cada noche que iba a las oficinas de la XELI a realizar su trabajo, lo acompañaba el entonces muy joven Nicanor.
Una buena mañana nuestro amigo Nicanor quien también colaboraba para un estudio fotográfico que se localizaba frente a la terminal de autobuses “Flecha Roja”, sobre la avenida Alemán de Chilpancingo, llegó y nos dijo: “Vengo a despedirme, me voy a la ciudad de México a seguir estudiando y aprendiendo la fotografía. Me gusta mucho y me voy a estudiar”.
Le deseamos un feliz viaje y nos dolió que se fuera, se trataba de un joven modesto pero muy inquieto, muy entrón para el trabajo, sin vicios y con un evidente deseo de ser alguien importante en la vida. Se fue, pasaron los años y un día localizamos una serie de fotografías en el escritorio de su hermano, Federico, en el ayuntamiento de Chilpancingo, y le preguntamos dónde o cómo las consiguió. Frederick –próximo alcalde de Mochi- respondió que eran de su hermano. Sorpresa que nos llevamos. En ese entonces Nick Santos ya era fotógrafo en Hollywood, y de los mejores.
Con su amigo Antonio Gutiérrez Alanís sufrieron mucho para abrirse paso en Chilpancingo. No les fue nada fácil caminar por la vida en los años de su juventud. Toñín colaboró siempre con su papá y pronto comenzó a encontrar su propio destino. Conoció a Silvia, de la respetable familia Aponte, y se casaron. Formaron una familia feliz con la joven Profesora, pero también había que esforzarse para educar a los hijos Toñín Gutiérrez Aponte y Gloria, amigos entrañables.
Al paso de los años el joven Antonio Gutiérrez Alanís colaboró como fotógrafo y como jefe de prensa, con entrega total, para algunos políticos locales a quienes demostró su entusiasmo, su capacidad profesional y sobre todo su lealtad. De esta última no cosechó más que el olvido y el mutis de algunos de sus antiguos jefes. Lamentable realidad, pero así es. Es el mundo de los “políticos” huérfanos… Se entiende, ¿verdad?
Fue siempre un hombre conducido por la sencillez, la amabilidad y las atenciones para quienes se le acercaban para tratarle algún asunto en materia de prensa o de radio. Quizá quien jamás le dejó de agradecer su amplia colaboración fue Heriberto Huicochea Vázquez.
De los hijos de don Antonio Gutiérrez Rodríguez, ex secretario general de la Delegación 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, y nacido en Buena Vista de Cuéllar, y de su esposa doña María Luisa Alanís de Gutiérrez, ella nacida en Iguala, han fallecido Hilda, esposa del gran amigo Carlitos Perales; María Luisa, quien fuera esposa de Ismael de la O, y ahora el gran Toñín, esposo de Silvia Aponte.
Hacemos votos porque su apreciada hermana menor, la Profesora Leticia Gutiérrez Alanís, esposa de nuestro siempre atento amigo Ángel Velasco Adame; su inconsolable esposa, la muy estimada Silvia, Toñin, su hijo y Gloria, que es química y sus nietos, hagan acopio de gran resignación y acepten la voluntad de Dios.
Se dice fácil, se escribe fácil, es cierto. Pero en el terreno de los hechos es muy duro, muy fuerte perder a un ser querido y aceptarlo, y sobre todo en este caso, cuando de un hombre de mucha actividad, un hombre creativo e ingenioso recibimos siempre su amistad sincera, de él y de su muy valiosa y querida familia.
Hasta siempre, “Toñín Fú…”
(Este COSMOS lo escribimos en julio de 2010. A tres años de distancia, los rezos por el alma de Toñito se llevan a cabo en el domicilio familiar: Villas Silvestres. Calle Tulipanes 10-B, a las 18:00 Hrs. La familia agradecerá su amable asistencia).
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