Trabajando en el relleno sanitario de Chilpancingo, decenas de personas arriesgan la vida por el latente peligro de contraer infecciones o enfermedades debido a las precarias condiciones en las que trabajan. Unos lentes solares, desgastados guantes, camisetas de manga larga, gorra y un «paleacate» cubriendo la boca les basta para no tener contacto directo con los peligrosos desechos. (Foto: Jonhatan Tapia Serna).

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