PRIMERA PLANA
Podría visitar la Basílica el
Papa, en este año, revelan
1ª.parte
Textos y fotos: Javier Francisco Reyes. MEXICO, D.F.—El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, la morena del Tepeyac, podría ser visitada en este año por el nuevo Papa Francisco I, según señalan diversas fuentes.
La mañana de este martes, el Presidente de México, el priísta Enrique Peña Nieto estuvo presente en Roma en la ceremonia inaugural del pontífice del Papa Francisco.
En su estancia en el Vaticano, ratificó personalmente la invitación al Papa Francisco para visitar México cuando así lo permita su agenda, informó el propio mandatario.
Asimismo, manifestó plena coincidencia con los postulados del nuevo jerarca de la Iglesia católica durante el inicio de su pontificado, pues se trata, apuntó, de temas de motivo de los programas de su gobierno, como el combate a la pobreza y la atención especial a la juventud.
En breve rueda de prensa, el mandatario señaló que «hay grandes coincidencias, como los postulados que habrá de trabajar el Papa con los más pobres, con los más necesitados, con la niñez, que sin duda tiene una gran coincidencia con el Gobierno de la República, a lograr un México en paz y sin pobreza».
El mandatario mexicano calificó como «cálido y amable» la reunión sostenida con el Pontífice, quien dijo estar muy agradecido por la invitación que Peña Nieto le realizó para visitar México y que «lo tomará en cuenta».
Habría que puntualizar, que el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, es un lugar muy visitado y cada día se incrementa la presencia de feligreses de todo el planeta, entre ellos, ya se menciona que podría estar en México, Distrito Federal, el Santo Padre, quien apenas lleva una semana escasamente y a partir de este día inicia su periodo de su pontificado.
En una visita relámpago de La Crónica, Vespertino de Chilpancingo al santuario, se pudo corroborar que ha tenido importante cambios, luego de que hace 30 años conocieras este centro religioso en donde está la Morenita del Tepeyac.
Ahora el santuario tiene 11 puntos obligados a visitar por quienes llegan a este espacio de la capital del país y en esta ocasión presentaremos solamente algunas gráficas tomadas con la cámara de un teléfono celular para ilustrar nuestro trabajo periodístico durante la presente semana.
El lugar está ubicado en el Norte de la Ciudad de México, en Plaza de las Américas núm. 1, colonia Villa de Guadalupe, Delegación Gustavo A. Madero, y se puede llegar vía sistema metro, taxis y microbuses.
El santuario guadalupano se encuentra a corta distancia a pie de las estaciones del Sistema de Transporte Colectivo «Metro», Deportivo 18 de Marzo (Línea 3 Universidad-Indios Verdes) y La Villa-Basílica (Línea 6 Martín Carrera-El Rosario). Y cuenta con dos estacionamientos subterráneos con accesos por Avenida de los Misterios y la calle Fray Juan de Zumárraga, con capacidad para 1000 automóviles.
De acuerdo a la historia se saque que en diciembre de 1531 sucedieron las Apariciones de Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, la milagrosa estampación de su Santa Imagen en el humilde ayate de su vidente y su mensaje de amor por nosotros tienen como fin principal anunciar a su amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, a los pueblos que habitaban el «nuevo mundo».
Primera Aparición: Sábado 9 de diciembre en la madrugada. Juan Diego oye cantos de pájaros. Le llaman por su nombre; sube a la cumbre del cerro del Tepeyac y ve a la Niña que le ordena ir ante el Obispo para pedirle un templo en el llano. «Hijito mío el más amado: yo soy la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdaderísimo Dios..., mucho quiero tengan la bondad de construirme mi templecito...Allí estaré siempre dispuesta a escuchar su llanto, su tristeza, para purificar, para curar todas sus diferentes miserias, sus penas, sus dolores».
Segunda Aparición: Sábado 9 de diciembre aproximadamente a las 5 de la tarde. Juan Diego vuelve a la cumbre y da cuenta de la incredulidad del Obispo y pide que escoja otro mensajero. Pero la Virgen le confirma en su misión y le ordena insistir al día siguiente. «Hijito mío el más pequeño: es indispensable que sea totalmente por tu intervención que se lleve a cabo mi deseo. Muchísimo te ruego y con rigor te mando, que mañana vayas otra vez a ver al Obispo. Y hazle oír muy claro mi voluntad, para que haga mi templo que le pido».
Tercera Aparición: Domingo 10 de diciembre como a las 3 de la tarde. Nuevamente en la cumbre, Juan Diego refiere su segunda entrevista con el Obispo. Aún no le cree y le ordena pedir a la Señora alguna señal. La Virgen ordena a Juan Diego que vuelva al cerro al día siguiente para recibir la señal que le dará. «Así está bien, hijito mío, el más amado. Mañana de nuevo vendrás aquí para que lleves al Gran Sacerdote la prueba, la señal que te pide. Con eso enseguida te creerá, y ya para nada desconfiará de ti». Juan Diego, no vuelve por la enfermedad de su tío Juan Bernardino.
Cuarta Aparición: Martes 12 de diciembre muy de madrugada. Ante la gravedad de su tío, Juan Diego sale a México para buscar un sacerdote. Rodeó el cerro para que la Virgen no lo encontrara. Pero ella sale a su encuentro; lo tranquiliza de la enfermedad de su tío: «Te doy la plena seguridad de que ya sanó»: Lo envía a la cumbre por las rosas que serán la señal, A su regreso, la Virgen le dice: «Hijito queridísimo: estas diferentes flores son la prueba, la señal que le llevarás al Obispo. De parte mía le dirás que por favor vea en ella mi deseo, y con eso, ejecute mi voluntad».
Quinta Aparición: Martes 12 de diciembre muy de madrugada. Al mismo tiempo que se aparece a Juan Diego, se aparece a Juan Bernardino, tío del vidente, en su casa le cura de sus enfermedades y le manifiesta su nombre y pide que de ahora en adelante,»a su preciosa imagen precisamente se le llame, se le conozca como la SIEMPRE VIRGEN SANTA MARIA DE GUADALUPE».
La estampación en la Tilma: Martes 12 de diciembre al mediodía. En la casa del Obispo Fray Juan de Zumárraga, Juan Diego muestra las rosas que llevaba en su ayate, señal dada por la Virgen. «Desplegó su tilma, donde llevaba las flores. Y así, al tiempo que se esparcieron las diferentes flores preciosas, en ese mismo instante... apareció de improviso en el humilde ayate la venerada imagen de la siempre Virgen María, Madre de Dios, tal como ahora tenemos la dicha de venerarla en lo que es su hogar predilecto, su templo del Tepeyac».
ANTIGUA BASÍLICA DE SANTA MARÍA DE GUADALUPE
Este edificio, el cuarto levantado en honor a Santa María de Guadalupe, fue consagrado el 1 de mayo de 1709. El arquitecto Pedro de Arrieta colocó en cada una de las puertas un relieve con una de las apariciones a Juan Diego y las imágenes de apóstoles y profetas. Las cuatro torres, la cúpula y el arco poligonal sobre la puerta principal, se colocaron para así poder relacionar este templo, de manera simbólica, con el Templo de Salomón en la ciudad de Jerusalén que seguía estas mismas formas según la escritura. Con ello se pretendía mostrar que la Nueva España era, también, un territorio sacralizado, escogido por la Madre del Señor.
En 1749 el templo recibió la categoría de Colegiata, lo que significa que para dirigirlo y atender a los fieles habría un cabildo o grupo de sacerdotes que trabajarían bajo el mando de un Abad.
Todos ellos, durante las misas más relevantes, tomaban asiento en un mueble tallado en madera colocado a la mitad de la nave o pasillo central; la sillería del coro fue retirada en 1895, con motivo de las transformaciones que se le hicieron al templo con motivo de la coronación de la Virgen (algunos fragmentos, como la reja que cerraba su acceso, pueden ser visitados tanto en el Museo como en la anexa capilla del Sagrario).
En ese mismo año se colocaron el baldaquino o trono monumental sobre el altar mayor, y las pinturas de gran formato que decoran la iglesia en su interior, donde se narran los principales acontecimientos del culto guadalupano. En 1904, en reconocimiento a la devoción de los fieles, el templo adquirió la categoría de Basílica, palabra que proviene del griego y significa «casa regia».
Las columnas que en la parte interior sostienen la cúpula permanecen rodeadas de concreto para fortalecer la estructura, dañada por las condiciones del subsuelo que al ser tan fangoso, ha producido un hundimiento desigual.
Cerrada por cuestiones de conservación desde 1976, fue reabierta al culto el 5 de mayo de 2000 con motivo del 2º Congreso Eucarístico Nacional, ocasión en la que, por decreto del Arzobispo de México Norberto Rivera, se convirtió en templo expiatorio, es decir, casa de oración donde de manera permanente está expuesto el santísimo Sacramento para expiación de pecados.
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