COLUMNA
De Walton a Graco
Apolinar Castrejón Marino
Las tribulaciones de los políticos pueden llegar a alcanzar límites como la renuncia y el juicio político. Muy merecidas, porque sabiendo que acometieron contra el poder establecido por décadas, y que deberían tener especial cuidado en su desempeño, en su conducta y aún con su historia personal; han sido víctimas de su propia lengua.
Ellos son los únicos que no pueden decir «no tengo el dato» o «no tengo la información». Tampoco pueden decir, «es culpa de la administración anterior», pues «La opinión pública» que en realidad es la opinión de los comentaristas y analistas políticos, los tiene en la mira.
Por eso, cuando Walton declaró sin medir sus palabras que las violaciones de Acapulco ocurrieron «como en cualquier parte del mundo» se echó encima a la jauría de los «medios de comunicación», muchos de ellos «maiceados» en el PRI.
A Graco también le han lanzado varios misiles, tomando como pretexto alguna de sus declaraciones descuidadas. Pero no solo los gobernadores de Guerrero y Morelos han tenido que «comer sapos» saliendo a desmentir sus declaraciones, todos los personajes ajenos al PRI han sido sistemáticamente atacados por los periodistas oficiosos.
La diputada federal Crystal Tovar Aragón también puede dar fe de a que huele el escándalo, pues por usar ropa entallada y provocativa, se vio envuelta en una polémica que alcanzó el nivel nacional.
La cuestión era muy simple, los fotoperiodistas que «cubren la fuente» de la Cámara de Diputados, se pasan disparando sus cámaras a «todo lo que se mueve» ¿Y cómo no iban a notar la figura de una diputada tan suculenta, a quien le gusta andar enseñando los encantos que Dios le dio?
Le tomaron unas muy buenas fotos a su muy buena anatomía y luego, el periodista capitalino Miguel Ángel Castillo, las utilizó para decorar su espacio «Corte de Caja». Muy conocedores del escándalo, los medios utilizaron la conocida estrategia de «meter hilo para sacar listón» con Crystalita.
Y le hicieron decir que iba a demandar a la persona que «subió» las fotos. Como en estas cosas, es muy difícil establecer algún control, dijo que era una campaña de misoginia, y que ella podía vestir como se le ocurriera. Y ahí el caso se fue hasta el infinito.
Y todavía se le ocurrió ir a la televisión a defender su punto. Con lo cual salieron a relucir algunas cosas que deberían quedar ocultas en el anonimato. ¿Qué necesidad había de que se presentara ante las cámaras de televisión y micrófonos de radio a dar su versión del desaguisado? Ni desmintió nada, ni supo fijar su postura política, ni supo dar una versión coherente de las prioridades del país.
Mejor puso de manifiesto que no tiene estudios profesionales y que es una figura decorativa a la que gusta de «placear» el dirigente Silvano Aureoles.
Según la página de la Cámara de Diputados de la LXII Legislatura, Crystal Tovar Aragón tiene 23 años y es diputada plurinominal, solo tiene estudios concluidos de preparatoria. Asegura que está cursando la Licenciatura en Administración Gubernamental por la Universidad Autónoma de Chihuahua (¿Y a qué horas, reina?).
Así y todo, es Secretaria de la comisión de juventud y ha impulsado el sistema federal de justicia para adolescentes. Y como la belleza puede ir junto con el talento, la legisladora ha impulsado puntos de acuerdo para prevenir las adicciones, y hasta ha propuesto iniciativas de reforma para incluir a la Semujer en el Imjuve (¿?).
Pero en el Informe de Actividades Septiembre 2012 – Febrero 2013, queda más que clara la situación de esta mujer maravillosa, que lo mismo participó en el evento del foro «Nuevo Sol» en Chihuahua, en donde reclamó al Presidente de México, que las Juventudes de México habían sido excluidas del pacto por México.
Y luego estuvo presente en la protesta de los diputados federales del PRD frente al cerco de seguridad en las inmediaciones de la Cámara de Diputados. Y también se apersonó en la Universidad Intercultural del Estado de Tabasco para hablar de las bondades de la cultura y la educación.
Mire usted, lo más seguro es que estamos ante el caso de una mujercita con pocos escrúpulos, que ha utilizado su belleza para trepar posiciones que en un buen sistema político, ocuparían personas mejor preparadas, con una visión clara de las expectativas nacionales.
Y el caso de Silvano es el clásico de un funcionario ocurrente a quien le gusta la buena compañía. Por cuanto hace a las «iniciativas» y «puntos de acuerdo» de la diputada, pues lo evidente que solo la utilizan para darles lectura en tribuna.
Y todo esto no es malo, solamente que ¿No es lo que criticaba la oposición de los priístas?
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