COLUMNA


Cosmos
Héctor Contreras Organista 

Pepe Castañón
Don Hermilo Castorena Noriega, gerente de la estación de radio XELI de Chilpancingo le tenía y seguramente que le sigue teniendo un gran afecto al compositor José Castañón Reynoso, cuyo nombre artístico fue el de Pepe Castañón.

Los sábados, a la una de la tarde, Pepe Castañón se presentaba a la cabina de la estación de radio para ofrecer al auditorio algunas de sus canciones en un programa que duraba media hora, espacio en el cual había la oportunidad de que el locutor encargado del programa dialogara con el artista y hablara de su vida y de sus muchas hermosas canciones.
Al finalizar la actuación de Pepe ya lo esperaban en las oficinas de Telégrafos Nacionales –avenida Guerrero esquina con Valerio Trujano- don Hermilo (quien ahí desempeñaba el cargo de administrador) así como otros amigos, entre ellos don Antonio Gutiérrez Rodríguez quienes se trasladaban a casas de amistades o conocidos a degustar el delicioso mezcal de Amojileca y deliciosas botanas.
Tuvimos la fortuna de convivir con ellos. A pesar de la diferencia de edades  nos dispensaron con su amistad y compartimos muchas veces tanto en la cabina de radio como en lo cotidiano.
Don Hermilio Castorena Noriega observó el gran afecto que había entre Pepe Castañón y el autor de estas líneas y tal vez por ello, al paso de los años, en una visita que hicimos a su domicilio y comentamos detalles de la vida del compositor Castañón Reynoso, sacó de entre algunos paquetes que tenía sobre su mesa de trabajo un disco y nos lo entregó:»Mira, este disco es un ejemplo de que muchas veces plagiaron la composición de Pepe Castañón, Tierra Colorada, te lo regalo a ver qué puedes hacer con él en tus columnas o en tu periódico Cosmos».
No sólo a Pepe Castañón sino que a casi a todos los compositores musicales nunca les ha faltado malquerientes que argumenten que tal o cual canción no la hicieron ellos, sino que se la robaron o plagiaron a otros. 
Los más famosos de nuestros poetas y músicos han pasado por esa lista de víctimas de bribones que sin probar sus argumentos tratan de desprestigiar o  por lo menos molestar a quienes la inspiración los lleva a componer obras que son del gusto de la gente y se transforman en temas populares y famosos, como es el caso de Tierra Colorada, una canción suriana muy bonita que gustó mucho en todas partes e hizo famoso a su autor: Pepe Castañón.
Hace tiempo se platicaba que alguna ocasión, durante el desarrollo de la feria de Chilpancingo andaba por ahí en uno de los puestos que se levantaban alrededor de la plazuela de San Mateo don José Castañón Reynoso, brindando con los amigos y paisanos. No faltó el imprudente que le dijo: Oiga, Pepe, se dice que Tierra Colorada no es una canción suya, que usted no la compuso, que se la robó a alguien cuando andaba usted trabajando de peón en Tierra Colorada, allá cuando se abrió la carretera nacional».
Dicen también que Pepe Castañón agachó la cabeza y no contestó nada. Sacó el pañuelo y se enjugó las lágrimas. Sin duda que fue un dardo para herir el sentimiento y el corazón de un hombre que la naturaleza dotó de inspiración, y él a su vez la convirtió en belleza con su lira para en el pentagrama plasmar ese sentimiento que vive hasta ahora cuando todavía, en algunas reuniones familiares no falta el trovador que para poner sabor a la reunión cante con orgullo: «Soy costeño nacido en Guerrero, no me afrento de ser lo que soy, a mí nunca se me arruga el cuero, si me buscan dondequiera estoy. Soy Nacido en Tierra Colorada, donde todos se nombran de tú, y por eso no me importa nada, así somos todos los del sur».
El mismo caso sucedió con algunas de sus obras a Agustín Lara, a José Alfredo Jiménez, a Juan Gabriel, a Manzanero, a Gonzalo Curiel y recordamos a Juventino Rosas, el autor del vals «Sobre las Olas» que en la película en la cual lo encarnó Pedro Infante, en una reunión de postín en Palacio Nacional, frente al autor guanajuatense los «perfumados» decían que el vals no era suyo. El autor cerró el cuaderno de citas de manera violenta y dirigió la orquesta con maestría, tapando con ello la boca de quienes dudaban que «Sobre las Olas» fuera obra suya.
En el disco-plagio que nos obsequió el señor Castorena vemos que Tierra Colorada la firma «Juan Coronado» y la canta el «Dueto Alma Guerrerense». Fue grabada –no cita la fecha- la canción en un disco de acetato de 45 revoluciones por minuto por la compañía Audio-Mex.
Los números que se registraron en la carátula del disco que es de color amarillo son: 45-842 (2173-A) y al reverso contiene la grabación «El Corrido de los Herrera» (D.A.R.) interpretado por el mismo  «Dueto Alma Guerrerense» y los números de la obra son 45-842 (2174-B)
La falta de una legislación responsable, seria y cuidadosa en México sobre los derechos de autor, ha permitido al paso de los años infinidad de yerros que han costado muy caro a los autores y al propio país.
Por ejemplo, se sabe que el Himno Nacional Mexicano es explotado comercialmente por los Estados Unidos de Norteamérica. No es nuestro, es de los gringos. La historia es larga pero muy interesante porque por falta de recursos económicos fue vendido por su autor inicialmente a un músico estadounidense.
«La Bamba», el himno jarocho más importante del estado de Veracruz pasó por las mismas. Los derechos de autor ya son gringos, ellos son los dueños. Porque hasta donde se sabe, antes, cada cuatro años una obra registrada en derechos de autor tenía que renovarse, actualizar los datos del autor y volverse a registrar. Como eso no se hizo con La Bamba y con muchas obras más, los muy avispados y más que eso, ladrones extranjeros se han llevado muchas obras de mexicanos que han registrado como suyas, siendo el más duro y lacerante ejemplo el del Himno Nacional Mexicano.
La película «La Bamba» la presentó hace años como primicia a la prensa mexicana, antes de su estreno comercial, Luis Valdés, un pocho que asistió a un evento del Sindicato Nacional de Redactores en Ixtapa-Zihutanejo. Trata de la breve historia y muerte del cantante Richi Valenz pero Luis Valdés, en una supuesta defensa de los connacionales indocumentados en EEUU, justificó el plagio de la popular canción jarocha. 
Es Tierra Colorada una canción que identifica al costeño guerrerense a partir de un pueblo hermoso, laborioso y bravío. 
La compuso Pepe Castañón, duélale a quien le duela. 
Si otro hubiera sido su autor, ¿por qué no lo demostró en su momento o en todo caso por qué no la registró?
Seguirán habiendo muchos «Juan Coronado» plagiadores mientras no se legisle en México con la seriedad, la responsabilidad y la obligación jurídica de defender los derechos de nuestros autores. Sirva como alivio saber que esos pasos ya se están dando.

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