COLUMNA
Enfoque
Carlos Díaz Figueroa
La perra enfermedad de Aguirre Rivero
Qué vergüenza para Guerrero tener un gobernador cómplice de una serie de escenarios oscuros, producto de un grado de impotencia de alcoholismo, según, el Diputado Federal del PRI, Manlio Fabio Beltrones, en réplica a la incomodes del Ángel Aguirre Rivero.
Claro que el coordinador de la bancada priista en el Congreso de la Unión se refirió a una sobriedad pero de un alcoholismo activo, más no se lo describió a un estado de sensatez en recuperación en el programa de alcohólicos anónimos.
Es decir, en otras palabras, que en el estado de Guerrero hay un gobernador borracho e irresponsable para solucionar un orden de complicaciones como es la inseguridad y recientemente la creación de los grupos de autodefensa.
Las malas lenguas de doble filo aseguran que Ángel Aguirre Rivero casi toda la semana esta en un estado etílico y que deja plantada varias actividades de la agenda gubernamental a consecuencia de un alcoholismo activo en impotencia.
Y si fuera cierto de esta gran enfermedad que padece el gobernador de Guerrero, es algo mas que vergonzoso, desagradable en la persona del ejecutivo estatal y para aquellos que confiaron con su voto para Aguirre Rivero gobernara los destinos del estado suriano.
Y pudiera ser cierto que el mandatario esta enfermo de alcohiolismo, prueba de ello, es que al decir Beltrones que no estaba en sobriedad, luego hizo uso de replica para defender a capa y espada esa maldita y perra enfermedad que se llama alcoholismo.
El fondo de sufrimiento del gobernador cada vez es mas profunda como resultado de no aceptar y reconocer que en Guerrero, la inseguridad y los múltiples rezagos económicos y sociales son producto a la falta de perspectiva de cambio y una ingobernabilidad.
Mientras Ángel Aguirre no coordine sus ideas para que el estado haya condiciones de gobernabilidad, será un gobierno con muchos dilemas y complejos para solucionar la miseria y otros efectos incómodos para la población guerrerense.
En la entidad se requiere de un gobierno que encabece las causas más sentidas de la ciudadanía, mas no se quiere un gobierno empresarial o convertido en negocio de patrimonio familiar, sino un gobernador que gobierne para todos y no unos cuantos.
Seguirá siendo lamentable para un estado como Guerrero tener autoridades, representantes populares y gobernantes minimizados para construir un desarrollo más justo, y, que es demandan los guerrerenses desde hace muchas décadas.
Por eso, los guerrerenses tienen dos años para analizar por quien votaran en la próxima elección a gobernador de Guerrero, de lo contrario, la población continuara siendo un aliado de la inseguridad, pobreza, miseria, hambre, entre otras, consecuencias desconcertantes.
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