PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA


En Acapulco Angel plantó 
a sus amigos periodistas

 Domingo Francisco Reyes/Tino Gatica/Bonifacio Tejacal Coctecón/Enviados. ACAPULCO, GRO.- Sin dar explicaciones de por medio, ayer por la tarde el gobernador de la entidad, el perredista Ángel Heladio Aguirre Rivero, dejó plantados a sus amigos y amigas periodistas de todo signo, aproximadamente 200 que supuestamente lo acompañarían a una deliciosa comida con platillos de la región, bebida y recibirían su bono de fin de año.

Dueños de periódicos, de semanarios, revistas y pasquines y periodistas a granel se dieron cita ayer en este puerto, en donde convivirían con su gran amigo, el gobernador Aguirre Rivero, quien no llegó a esa cita, desairando y dejando un amargo sabor de boca a quienes se apuntaron para estar en este  restaurante del hotel «Elcano» que se localiza en la avenida «Miguel Alemán».
Esta clase de ofensas son una dinámica constante del jefe del Ejecutivo, el perredista Ángel Heladio Aguirre Rivero, pues al parecer tiene una agenda bastante desordenada pues no es la primera ocasión en que falta a su compromiso, siendo otro caso reciente lo del Paseo del Pendón, celebrado el 16 de diciembre en Chilpancingo, es lo que se comentó aquí.
Después de que se corrió como un rumor y se confirmó la comida que daría el gobernador ayer a las tres de la tarde dentro del marco de las posadas de fin de año es que aproximadamente 200 periodistas, incluyendo a los «democráticos» se presentaron en el hotel «Elcano», llenándose a más no poder. En vehículos acreditados, prestados o de alquiler fueron necesarios para estar en este restaurante.
Y cuando el personal de meseros los esperaba, la evidente ausencia del gobernador, porque trascendió que se sentía «indispuesto», provocó caras largas, evidenciando desilusión de muchos de los asistentes fue notoria. Frases masculladas impidieron escuchar groserías en ese hotel. Sobre todo no tuvo la mínima intención de asistir a acompañarlos, «seguramente  Ángel Aguirre  sí estaba en  el puerto de Acapulco, inaugurado algunas obras, aunque seguramente se encontraba en un verdadero  restaurante de lujo acompañado de una botella de whisky y Buchanan, por eso no asistió al aventó» se quejó otro.
Lo peor no era esa ausencia, pues ya estaban en esa posada «desangelada» así es que tenían que «sacrificarse» por la patria. Total, unos marisquitos, un pescado a la talla, unos pulpos en su tinta, quesadillas de cazón, unos camarones a la tampiqueña, un «rompecatres» o cualquier otro alimento a base del mar sería un excelente motivo para el olvido.
 Pero, lástima, Margarito… El platillo especial era: pechugas rellenas con pollo, con sus guarniciones de puré de papa y calabacitas;  dos jarras de agua fresca, una de naranja y otra de limón en cada mesa. No más.
Después arreciarían las críticas en donde se escuchaba que «para pechuga rellena la podíamos comer en el restaurante La Finca (en Chilpo), porque aquí esto es una ofensa, carajo». Y otros más, de los periodistas de barriga se quejaban por las tortillas que estaban racionadas. Y aderezadas con guajes. Si se hubiera cambiado ese ambiente al área rural no habría problema. ¡Pero estábamos en Acapulco, la otrora joya del Pacífico!
Pero si de comida brotaron las quejas, la molestia se complementó en este restaurante porteño en donde no hubo refresco pero sí abundó el único licor denominado «Barcadí», que pudo ser un «macho prieto», pero como no hubo nada de cola, ni modo.  
Cuando no terminaban sus alimentos, para empezar a correr a los periodistas es que empezó la rifa de algunos regalos, además de sobres conteniendo dinero, que tampoco alcanzaron porque más cazadores que escuálidos y tristes patos. Se rifaron otras cositas: algunas cámaras digitales, otras compus Laptop.
Y el sitio del Jefazo, «bautizado» en campaña al parecer por Manuel Añorve Baños, estaba vacío. Y luego que nadie  de los «gatos» de angora explicaba qué onda con el jefe del Ejecutivo, el ambiente se tornaba gélido. En ese restaurante, no faltó algún acomedido que trató de justificar el desaire del mandatario. Pero no evitó los comentarios negativos hacia el gobernador perredista.
«Así es él», dijeron algunos de ellos, identificados como periodistas, pero sin mostrar credencial alguna. 
Por su parte, el director de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Pedro Julio Valdez Vilchis, con sus excusas de siempre, engañando a los periodistas que cobrarían este viernes 23 de diciembre ese dichoso bono de fin de año, pero en sus oficinas que están en Palacio Nuevo, en Chilpancingo. Siempre falaz este señor funcionario, pero eso sí con sus periódicos cada vez más en ascenso, aumentando tirajes, al parecer, desde que lo rescató su compadre el gobernador perredista.
Y lo que sería la última posada del año 2012 con el gobernador y sus amigos y amigas periodistas se convirtió en un rosario de maldiciones, siempre en voz baja, no fuera que alguien los oyera y reportaran, perdiendo esa «amistad».
En fin, que en esta posada de fin de año, solamente quedó en meras intenciones, porque el principal anfitrión dejó chiflando en la loma a sus amigos periodistas.
De cualquier forma, no es novedad de que Aguirre Rivero, no asista a convivir con la gente de Guerrero, como ejemplo: el pasado domingo 16 de diciembre en donde dejó plantados a todos los participantes de la Feria de San Mateo Navidad y Año Nuevo 2012-2013. Si hasta le habían fabricado un templete a un costado de la Alameda «Francisco Granados Maldonado» para que ahí lo subieran y de ahí estar presenciando el recorrido del Paseo del Pendón en su edición 187.

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