Cerradas encontraron como todos los días las oficinas de tele-medicina, en donde llegan los enfermos para documentar sus papeles para poder ser intervenidos quirúrgicamente, por lo que los pacientes además de su enfermedad tienen que aguantar a los flojos empleados que los hacen esperar  por horas, hasta que son atendidos por el ISSSTE, pese a que pagan cada quincena sus cuotas, de donde ellos cobran sus jugosos sueldos y la verdad no se vale.(Foto: Teodomiro Ortega de la Cruz).

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