COLUMNA
El Alacrán
¡NUESTRAS TRADICIONES!
Esta de pelos las despedidas de solteras, las chicas sacan toda la malicia que traen en la mente, y entre jarritos de mezcal, sacan a la próxima víctima del matrimonio, a pasear en burro, cerca de 20 chicas de todos los sabores, unas altas, otras chaparritas, otras gorditas, una virola, otra patuleca,
pero todas contentas haciendo un chorro de relajo. En la espera de la futura ama de casa que cuando sale su casa, con una cara sonriente la espera su flamante automóvil, un burro gordo, sucio y peludo que después de dos orejas (horas) a este le sale la quinta pata, que ante el gran escándalo de las damas, de inmediato sube su quinta pata. La futura jovencita que va ir al altar es subida al burro, quien no deja de estar nervioso por los gritos que con esas orejas de Gobernador a de escuchar, esta se monta, como hábil jinete abre las piernas que según la gente dice para que se valla acostumbrando abrir las piernas, y con esa practica recibir al burro que tendrá que mantenerla toda la vida, y tener un brutal de mocosos pero si esta es moderna. El matrimonio durará solamente la noche de Luna de Miel, y después de esa noche del palo encebado el novio tendrá el premio de haber probado, ese néctar del delicioso contacto de una mujer, que va a ser su pareja hasta el fin de su vida. Pero sigamos con la despedida, una gran banda del chile frito la acompañan y en cada esquina hacen alto, las chicas dan de vuelta, a la pareja del que va a ser su marido (el burro) y la Novia montada en el, que una vez casados será al revés. Así caminan varias cuadras de la colonia, que después de varios minutos, la futura esposa a lo mejor perdió la Virginidad montada en el burro.
Los Quiere Cecilio
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