COLUMNA
Sin Concesiones
Armando Patrón
La impunidad y la desvergüenza son los signos más representativos del gobierno del perredista Angel Heladio Aguirre Rivero, quien en el año y medio de su mandato, cree que sus políticas asistenciales, le ayudarán a mitigar el malestar de numerosos segmentos sociales, que han visto como la economía decrece, la violencia aumenta y la impunidad prevalece, a pesar de que los gobierna un partido de izquierda.
Con Carlos Zeferino Torreblanca Galindo se vivió la decepción al ser cómplice del desfalco y el saqueo de cientos de funcionarios que desde sus cargos se enriquecieron al amparo de su poder, que manejaron a su gusto la nómina y que lograron aumentar la pobreza. Con el gobierno de Aguirre Rivero, se han notado con suma claridad los cambios.
Hay mayor impunidad, más violencia, más saqueo y más opacidad en el manejo de los recursos públicos. Al igual que Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, colocó en puestos de importancia en el manejo de las finanzas, a personas de su absoluta confianza.
No para cuidar el dinero del pueblo, sino para que el reparto sea equitativo entre los grupos de poder que él encabeza.
Los ayuntamientos en su mayoría están desfalcados, principalmente el del Puerto de Acapulco, que encabezó su primo Manuel Añorve Baños; también el de Chilpancingo que fue gobernado por «el molcajete», Héctor Antonio Astudillo Flores, y el de Zihuatanejo, Alejandro Bravo Abarca.
El cinismo y la desvergüenza de los priistas, que utilizaron el dinero del Ayuntamiento para la compra del voto en las pasadas elecciones del primero de julio, no será castigado, por el contrario, será absorbido por el también corrupto gobierno de Angel Heladio Aguirre Rivero, quien lo hará con la finalidad de darle «gobernabilidad», a su gobierno.
Son más de 47 millones de pesos que se necesitan para el pago de nómina en el Ayuntamiento de Acapulco, aunado a los millones de pesos que no se han comprobado y que supuestamente se invirtieron para la obra pública, pero que sólo son acciones fantasmas.
Mientras tanto, en Chilpancingo, el flamante diputado representante de la corrupción y de los priistas, Héctor Antonio Astudillo Flores, se birló más de cinco millones de pesos de las cuotas de los trabajadores afiliados al SUSPEG.
Pero además no será investigado por las obras de pésima calidad que realizó al frente del Ayuntamiento.
Todo este grupo de truhanes no recibirán castigo en aras de la «gobernabilidad», por lo que la impunidad será la carta de presentación hasta el término de su mandato de Angel Heladio Aguirre Rivero.
Pero el saqueo operado a favor del «burro de Atlacomulco», también fue avalado e incentivado por el gobierno de Angel Aguirre Rivero y la dirigencia del PRI a nivel nacional, bajo el compromiso de que gozarían de impunidad y serían premiados.
Y parece ser que así será, que todos los que desfalcaron los ayuntamientos y que eran gobernados por el PRI, recibirán la bendición del poder.
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