OPINION
¿Me estás oyendo inútil?
Apolinar Castrejón Marino
Uno de los presidentes más pícaros que ha habido en México fue Carlos Salinas de Gortari, quien abusó del poder para enriquecerse y favorecer a sus familiares de todas las maneras posibles.
El abuso y el saqueo dejaron pronto vacías las arcas nacionales y comprometida nuestra economía doméstica. Pero Salinas puso en práctica una fórmula por demás sencilla, y muy conocida por cualquier mexicano en problemas: vender o hipotecar lo que hubiera, y pedir dinero prestado.
Desde luego, ninguna de estas cosas es recomendable para ningún cristiano, primero porque renunciar a lo que se tiene es una forma de empobrecimiento y segunda, por que los préstamos tienen la fatalidad de que hay que pagarlos (y con intereses).
Todas las «transas» hechas por el presidente más orejón y tramposo, se descubrieron una vez que dejó la Presidencia de la República. Pero el mal ya estaba hecho, y Salinas muy tranquilo pudo refugiarse en la impunidad que le daba su partido el PRI, que tenía «mayoría» en todos lados (para eso quieren las «mayorías»).
El actual Presidente, Felipe Calderón es un digno rival de Salinas en eso de las trampas y engaños a la población. El gran desfalco en que ha sumido al país, está por descubrirse y a cada momento que pierde fuerza y poder, van apareciendo las «irregularidades» de un gobierno de ineptos e incompetentes.
Es sabido de todos que es el Presidente quien decide la colocación en los puestos de cualquier nivel, inclusive trascendiendo la división de poderes ¿O no es él quien decide quienes serán diputados y senadores, y quien será pastor de su recua como es el caso de Ernesto Cordero, quien será coordinador de la bancada panista?
Mencionamos esto, porque al parecer la virtud más importante para que Calderón seleccionara a su gente fue la facilidad de palabra, que hablaran bien aunque no tuvieran nada bueno que decir. Y así son todos los hombres y mujeres de su gabinete y de su confianza: son todos unos lengüilargos.
Son capaces de hablar de cualquier tema durante horas; si dicen verdad o mienten, eso es otra cosa. ¿Ha visto usted a la procuradora Marisela Morales en sus conferencias y declaraciones? Habla de corridito, utiliza conceptos muy significativos como efectividad, tolerancia y honestidad, y expresiones como «beneficio a la sociedad», «preocupación por las víctimas», y «bajos índices de criminalidad»; que en sus labios son un insulto.
Otro calderonista es Alejandro Poiré que se encarga inútilmente de la Secretaría de Gobernación y que cada vez que sale a hacer declaraciones, se adorna como si fuera un buen funcionario. Y no tiene ninguna pena de que la realidad de muerte, violencia y sangre contradiga frontalmente sus afirmaciones de que en México estamos muy bien gracias a la capacidad de Calderón.
Los secretarios que ha habido el Educación Pública, en Ecología, en Cultura y en todas las áreas del gobierno federal, solo se distinguieron por haber multiplicado hasta el infinito la burocracia en sus respectivas áreas. La suerte de los mexicanos es que esta banda de inútiles se irán a la llegada del gobierno priísta.
Y lo malo es que iremos enterándonos poco a poco, todas las transas que hizo a escondidas el pelón michoacano y que indefectiblemente tendremos que pagar. Los «gasolinazos» ya no nos sorprenden, pero el encarecimiento de los huevos nos tiene perplejos.
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