COLUMNA

Luis Walton Aburto, el
presidente del turismo
 
Alberto Mojica Mojica


Ahora que Luis Walton Aburto pasó de ser candidato oficialmente ganador de la elección a presidente municipal electo –al recibir la constancia de mayoría que así lo acredita–, se consolida en el horizonte la expectativa de un Acapulco mejor para todos, entre otras cosas, a partir del rescate del sector turístico del puerto, el más importante en términos de generación de fuentes de empleo y de ingresos familiares y fiscales en el estado.
Y no es sólo porque el senador con licencia del Movimiento Ciudadano se anunció como el presidente municipal del turismo a lo largo de su campaña, sino porque su formación empresarial le dota de la sensibilidad suficiente para comprender el sentir y el pensar de los amplios sectores que viven de y para la actividad turística en el puerto, de una o de otra forma, pues todos, en mayor o menor medida, son empresarios como él.
El hecho de que se haya proclamado el presidente del turismo compromete toda su administración y deberá permear todas las acciones oficiales que emprenda al frente del gobierno municipal, en las cuales debe traslucirse esa intención declarada. Debe ser el signo de su gestión.
Entonces, puede esperarse que entre su gobierno y esos amplios sectores –que constituyen, me atrevo a escribirlo, mayoría entre la población del puerto– se establezca una relación de sinergia productiva y de entendimiento pleno que ha de conducir al municipio a un nuevo estado de avance como hace muchos años no se ha visto.
La administración saliente no le deja dinero, pues Manuel Añorve Baños no se caracterizó precisamente por ser un administrador ahorrativo y disciplinado. Eso lo ha reconocido Walton cuando ha declarado que Acapulco es un desastre, y por ese motivo deberá echar mano de su capacidad de convencimiento –que ya demostró que posee, pues pudo movilizar a las masas a su favor en este proceso electoral– para mover eficazmente este engranaje económico que es la actividad turística.
Al contrario, heredará deudas millonarias, mucha basura, corrupción (incluida la policiaca, que también afecta al turismo) y abandono generalizado de las funciones sociales del gobierno municipal.
Pero esto –sobre todo, la falta de fondos– no deberá ser obstáculo para él, porque el turismo no requiere tanta inversión de dinero como de imaginación, y estoy seguro de que hay expertos y conocedores en el puerto que poseen suficiente cantidad de este valioso ingrediente, despreciado por la mayoría de los que han estado al frente de la ciudad.
Y no todo es adversidad; en Casa Guerrero hay un hombre que desde que llegó al poder el 1 de abril del año pasado no ha cesado en su afán de recuperar el brillo perdido de este puerto. En efecto, el gobernador Ángel Aguirre Rivero ha traído varios espectáculos a Acapulco, como el Air Show, la Reseña Mundial de Cine, Espinoza Paz, Wisin y Yandel, Alex Lora y El Tri, Paul Anka, Café Tacvba, Willy Chirino y Mobile Home. Como parte de la reconstrucción de la zona Tradicional, anunció un museo marino interactivo, la recuperación de la playa Manzanillo y su enlace con playa La Angosta por medio de una plaza, así como la remodelación del zócalo, además de la renovación de todas las aceras de la Costera entre el parque Papagayo y Caleta. Ha mostrado, pues, tener voluntad política para recuperar el turismo.
De modo que la administración del alcalde Luis Walton debe aprovechar la coordinación natural que se tiene que dar con el gobierno del estado, así sea sólo porque ambos surgieron de la izquierda y caminaron juntos en las elecciones de uno y de otro. Pero también porque al frente de la dependencia estatal a cargo del ramo hay una persona que reúne las características básicas que debe tener un secretario de Fomento Turístico, entre ellas ser miembro del gremio, conocer la plaza y gozar de la confianza del gobernador Aguirre y de gran parte del sector empresarial. Y eso cuenta mucho a la hora de coordinarse.
En cuanto el alcalde electo asuma la presidencia municipal, entre sus primeras tareas deben estar limpiar las calles, rellenar sus baches y embellecer la Costera, para corresponder y complementar ese esfuerzo del gobernador.
Pero debe, también, como lo anunció, transparentar la gestoría que hacen los regidores para construir obras públicas, función que ha sido ejercida con discrecionalidad hasta ahora por los ediles y que, por esa circunstancia, se ha prestado para el desvío de cuantiosas sumas de recursos públicos que podrían emplearse para echar a andar el motor de este puerto: su sector turístico.
Estoy seguro de que con Luis Walton Aburto a Acapulco y a los acapulqueños les irá mejor de lo que les ha ido en cuando menos las diez anteriores administraciones municipales. El tiempo lo confirmará. albertomojicamojica@hotmail.com

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