PRIMERA PLANA

Cosmos

Cumple mañana 51 años

de que salió al aire la XELI

Héctor Contreras Organista .-El día de mañana sábado 26 de mayo de 2012 se cumplen 51 años de que «salió al aire» en Chilpancingo la primera señal de radio de una emisora local con las siguientes siglas: XELI.

Una incómoda caseta de transmisiones tenía a un lado la antena y se localizaba en un amplio terreno a la altura del kilómetro 273 de la carretera nacional México-Acapulco.

Ese pequeño edificio lo construyó el arquitecto Nabor Ojeda Aguayo quien había trabajado en la Secretaría de Comunicaciones y transportes y allá hizo amistad con los concesionarios.

Fueron tres: Ricardo Carrión, Enrique Basurto y un tercero cuyo nombre no recordamos. En la casetita cupieron cabina, discoteca, recibidor, bodega, planta de transmisión, baño y vivienda.

En ella Félix López, un chaparrito indígena muy avispado hizo caber a su esposa y a sus muchas hijas. Frente a su minúscula vivienda levantaron una media agua que servía de cocina-comedor.

Don Hermilo Castorena Noriega quien era administrador de Telégrafos fue recomendado por don Nabor Ojeda para que se quedara como gerente. Los dos originarios de Veracruz y buenos cuates.

Se lanzó convocatoria para que quienes tuvieran inquietud por la locución acudieran a la emisora a que se les hiciera prueba de voz. Fue así como surgió la primera planta de locutores pioneros.

Sergio Partearroyo Baranda, Miguel Ángel Zapata Vázquez, Teodoro Calixto Díaz, Fabiola Acevedo Tena, Antonio Bustos Yoteco, Francisco Menses Téliz, Sergio Álvarez Calleja y Héctor Contreras Organista fueron los elegidos.

El piloto aviador Bernardo Camarillo Montes, de Puebla colaboraba con el «Concierto Sinfónico», don Hermilo Castorena Noriega era el gerente y don Jesús Romero Salas fue el primer técnico de la estación de radio.

Ese fue el primer puñado de inquietos que hace ya 51 años comenzamos—Héctor Contreras Ortganista— en Chilpancingo con una actividad novedosa, el radio. No éramos más de 25 mil habitantes y había dos circunvalaciones.

«Chayo» y «Agapito» sus conductores cuya ruta era de la estatua a Morelos, donde ahora se localiza la gasolinera del DIF hasta la gasolinera Carreto. De ahí caminábamos para llegar a la XELI.

El pago fue simbólico: Tres pesos la hora para cada locutor y sólo trabajábamos cuatro horas diarias. Estoy seguro que nunca nadie lo hizo por el dinero sino por la magia de estar en radio.

Cuando con Sergio Calleja fuimos a pedir trabajo todavía usaba overol, playera y andaba descalzo. ¿Y tú de qué la quieres? me preguntó don Hermilo. ¿Y qué experiencia tienes? Y le dije.

Desde los diez años de edad había anunciado en «carros de sonido» con don Mundo Morales, «El chaparrito», gritando por las calles y barrancas de Chilpancingo anunciado espectáculos.

En esa época había funciones de lucha libre y box en la Arena del Pueblo, bailes en Palacio de Gobierno, las Caravanas Mundiales Corona Extra, jaripeos, todo eso me sirvió de escuela.

Y vaya que si fue escuela. Diariamente fueron de 4 a 5 horas los recorridos que hacíamos a bordo de un «coche libre» que ahora se llaman «taxis». Don mundo tenía un sonido Radson, y con ese.

La verdad que don Mundo me pagaba mucho mejor que la XELI, pero aquí ya estaba en una cabina de radio. Era otra categoría y cuando me hicieron la prueba para quedarme no tuve problema.

Fue mi querido compadre Sergio Álvarez Calleja quien me motivó y me llevó a presentar con don Hermilo: «Tú sabes anunciar –me dijo Sergio-, tienes experiencia, seguro que te dan chamba».

Y así fue. Me la dieron y me quedé. Era el más joven entre todos y por eso, aunque me dieron trabajo de base tenía que cubrir los turnos de los demás locutores cuando era su día de descanso.

Al paso del tiempo considero que ello me sirvió de mucho porque pude acomodar mi voz a todo tipo de programas: Noticieros, entrevistas, música romántica, tropical, etcétera.

Ya había trabajado desde 1958 en Trópico de Acapulco con mi inolvidable amigo, mi maestro y que fue quien me inició en los medios de comunicación, el licenciado Alberto Elías Nava Rosendo.

Fue el primer hacedor de noticieros de la XELI y luego siguió otro entrañable amigo y valioso periodista, grande entre los grandes, don Angel Chávez Navarrete. Toda una institución.

Y, bueno, quien con lobos anda a aullar se enseña. Y ahí había que «aullar» fuerte y bonito, con pulcritud y elegancia porque sin querer queriendo se dio una muy natural competencia de voces.

Siempre hubo tres voces admirables: Hermilo Castorena Noriega, Sergio Partearroyo Baranda y Miguel Angel Zapata Vázquez. A don Sergio Álvarez Calleja, en voz siempre se le guisó aparte. Único.

Estaba concluyendo la época del danzón y la era grande de la Sonora Matancera. Estaba entrando muy fuerte la Sonora Santanera. Era la época de la música ranchera, de los tríos y el rock and roll.

Una mañana llegó a la emisora a bordo de un coche libre una muchacha. Me pidió que se tocaran sus discos. Platicamos como dos horas. Me dijo que era de Chiapas. Bonita y sencilla.

Era Irma «Cielo» Serrano quien años después sería La Tigresa y propietaria del legendario teatro Frufrú que dicen se lo compró Gustavo Díaz Ordaz. Tenía muy buenos gustos el viejo.

Me tocó anunciar con Fernando Alonso Avilez la inauguración de la Casa de la Juventud, hice infinidad de controles remotos, incontables trabajos como Maestro de Ceremonias y entrevistas.

Una de ellas a doña Eulalia Guzmán en Ixcateopan, a Rufino Tamayo en Taxco, a José Alfredo Jiménez y Cuco Sánchez en Chilpancingo lo mismo que a Ana Bertha Lepe, a los Dandys, en fin…

Este 26 de mayo se cumplen 51 años que inició la aventura. Algunos de los pioneros fallecieron, otros todavía andamos por aquí robando oxígeno, observando a las nuevas generaciones.

Ni me pregunten qué pienso de ellos, por favor. Hoy son mucho mejor y además lo que sobra, en serio, es tecnología. Antes, cada «spot» teníamos que leerlo porque no había grabadoras.