COLUMNA
Cosmos
Héctor Contreras Organista
El viernes 13 de septiembre de 2013 Chilpancingo cumplirá 200 años que fue sede del Primer Congreso de Anáhuac.
Se ignora si Gustavo Morlet Berdejo continuará como presidente del comité organizador o como se denomine al grupo de personas que se harán cargo de realizar el evento que por cierto, para llevarlo a cabo se habla de la necesidad de invertir una millonada para que sea un festejo digno.
200 años de un evento histórico de tal magnitud no se cumplen todos los días. Gustavo Morlet Berdejo meses atrás se quejaba porque en calidad de presidente de ese comité fantasma no había recibido ni le habían informado oficialmente nada acerca de los preparativos como tampoco le habían soltado centavo alguno para comprar la sal del huevo.
Así que no puede ni debe desprenderse de peculio propio porque se necesita un mundo de dinero para organizar una multitud de eventos culturales.
Él, aunque fuera Rico Macpato y compitiera en fortunas con Carlos Slim, el dinero es suyo, nada más, pero no para prodigarlo a la manera de Chucho El Roto. Sí, Señor. Millones y millones de pesos tendrán que erogarse para lograr lo que los políticos denominan «un festejo digno».
Historiadores y estudiosos de nuestros mexicanísimos orígenes saben y conocen lo que significa El Primer Congreso de Anáhuac, sus alcances y sus logros así como sus omisiones en el devenir político y cómo de él emerge la figura egregia del titán mexicano José María Morelos y Pavón, «El Siervo de la Nación» quien se inmortalizó al sentar las bases y los principios que dieron origen a la patria mexicana fundamentada en los Sentimientos de la Nación. -¡Ajá!, ¿y qué con eso? preguntaría con agudeza alguien avispado(a) en la observación de lo que en realidad es Chilpancingo y de las enormes cantidades de dinero que se dilapidan a lo bruto.
Orgullosamente somos habitantes de la cuna de un Congreso histórico pero cuyos principios se pisotean. Millonaria celebración para un algo sublime que no se respeta.
La nuestra, hasta donde se sabe, es la capital de estado más cara, más fea, más abandonada, la urbanísticamente peor estructurada en comparación con cualesquiera otra ciudad capital de algún otro estado de nuestro país: ¡La que usted escoja!...
Y en incómoda analogía de lo que es Cuernavaca: «La Ciudad de la Eterna Primavera» la nuestra es desde siempre «La Ciudad de la Eterna Borrachera», al grado que se ha llegado al cinismo de institucionalizar la organización anual municipal de una feria «del pozole y el mezcal» dizque «para conservar la tradición»… ¿Cuál? ¿La del incremento de obesidad y del embrutecimiento masivo que produce el consumo del mezcal en nuestra juventud y en nuestras familias en general como se ha visto en el Paseo del Pendón? O, ¿cuál es el propósito sano, positivo, alentador y ejemplar de esa estupidez?
Los síndicos y regidores que van de salida de la actual administración municipal han dado amplio ejemplo a la ciudadanía de Chilpancingo –pueblos, barrios, colonias, habitantes de barrancas y cerros y zonas federales- de lo que ya no se debe seguir soportando en esa superlativa e insultante actividad «política» del municipio. Se van unos pero dejan «cola».
Llegan otros y el maridaje entre el presidente municipal que se va y el que podría llegar no procura cambios, ya no digamos de mentalidad o de orden político, ni siquiera de personas.
Son los mismos, los de siempre, esos a los que algún candidato presidencial identifica como la mafia.
No hay espacio para nadie que no sea familiar, amigo o compadre.
El nepotismo, de ida y vuelta en su más pura, clara y majadera expresión. Como nos lo muestran, las peores atrocidades que se cometen en contra del pueblo de Chilpancingo se hacen al interior del poderoso galeón tricolor de la corrupción pisoteando la dignidad ciudadana. Son los síndicos, son los regidores del ayuntamiento local quienes podrían proponer proyectos a favor de la comunidad y discutirlos. Pelear por ello a favor del pueblo.
Eso no sucederá jamás mientras sean síndicos o regidores amigos, compadres o parientes del presidente municipal en turno o del que va a entrar.
Y como testimonio de rechazo inmediato, al conocerse la lista de los propuestos para «acompañar» a Mario Moreno Arcos en la alcaldía desde las regidurías y sindicaturas estallaron los petardos en la comunidad: «¿Otra vez los mismos?» «¡Esto es cinismo puro!» ha dicho la voz del pueblo y se dice que La Voz del Pueblo es la Voz de Dios, agregando que no se tomaron en cuenta para las regidurías a los pilares del PRI, esos que por años han trabajado con el pueblo… y no les tocó hueso ni un pedazo de pescuezo.
Y uno, ingenuamente observa que en el gran galeote corrupto tricolor hay disciplina: «¡A la otra te toca a ti; esta vez no se pudo que fueras regidor o regidora: ‘Orita déjame cumplir con mis compromisos políticos!»…
Y todo mundo a callar, que nadie hable, que no proteste la CTM, CNC y CNOP y menos el Frente Juvenil (claro, ahí no hay chicos de la Ibero). La estructura donde se alberga el sector femenil, el famoso y muy productivo OMPRI y tal vez otras organizaciones no alcanzaron «premio», pero, ¿cuál va a ser la respuesta a la hora de la votación?
Hombres, mujeres, jóvenes priístas a lo largo de semanas, meses y años bien que conocieron a quienes trabajaron en las comunidades y en las colonias hombro con hombro con ellos y observan decepcionados, ven que esa gente trabajadora fue rechazada para dar paso como regidores o como funcionarios a familiares, compadres y allegados pero que no cuentan con ningún trabajo político-social.
Y entonces, sin dudarlo, la respuesta el pueblo la va a dar en las urnas en julio próximo, sabidos de que en el PRI se premia a los traidores, a los desleales, a los corruptos no a quienes verdaderamente trabajan para engrandecer el partido, a comunidades, barrios y colonias. Bajo esas circunstancias, el tricolor no la tiene peladita y en la boca como algunos suponen, sino que más bien los ofendidos aseguran que harán sentir su rechazo a la perversidad «política».
Agregan quienes han sido despreciados por la bota tricolor de los poderosos mequetrefes dueños de los destinos de Chilpancingo que «llegó la hora de quemarle los cuernos y atarle las manos a la atrocidad y corrupción de esos demonios».
Y que no se debe de tirar a la basura tanto dinero en la celebración del Congreso de Anáhuac.
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