COLUMNA

De Frente

Miguel Angel Mata Mata

VIOLENCIA

La polémica por la guerra que ha emprendido el gobierno mexicano en contra de las bandas criminales es cada día mas intensa.
La sociedad en su conjunto ha sido afectada por éste fenómeno. Hoy casi nadie puede decir que no conoce a alguien que perdió a un ser querido o a alguien que haya sido extorsionado.
Los negocios que cierran sus puertas a causa de amenazas suman miles. Para comprenderla magnitud del problema consultamos un reportaje publicado en el periódico

El Universal. Las cifras ahí escritas son dramáticas. Conmueve a cualquiera saber que en casi todo el territorio nacional esa guerra cobra miles y miles de muertes.
No conmueve, al parecer, a las instancias oficiales empeñadas en una guerra que en México deja violencia y muerte, y en Estados Unidos, origen del problema, deja millones de dólares en ganancias. ¿Porqué allá no hay miles de muertos como aquí en una guerra que no es nuestra sino de ellos?
En los cinco años de la actual administración federal, la guerra contra y entre cárteles de la droga ha afectado a mil 269 municipios, equivalentes a 52% de los 2 mil 440 que existen en el país. El saldo: 47 mil 515 muertos.
De acuerdo con cifras oficiales de la PGR, entre ejecuciones, enfrentamientos y agresiones, más de la mitad de los municipios han registrado al menos un deceso relacionado con el crimen organizado entre diciembre de 2006 y septiembre de 2011.
En algunos municipios, los muertos se cuentan hasta por miles, siendo el caso más extremo Juárez (Chihuahua) en donde el número asciende a siete mil 643. A éste le siguen Culiacán (Sinaloa) con dos mil 255 asesinatos, Tijuana (Baja California), con mil 850; Chihuahua (Chihuahua), con mil 817; Acapulco (Guerrero), con mil 456, y Torreón (Coahuila), con mil.
La narcoguerra se ha expandido a muchos municipios en varios estados. En todos los municipios de Sinaloa, Baja California, Baja California Sur y en las 16 delegaciones del Distrito Federal se han registrado homicidios vinculados con el crimen organizado, aunque en magnitudes distintas.
Mientras que en Sinaloa se han contabilizado cinco mil 487 homicidios en lo que va del sexenio, en Baja California Sur la cifra no rebasa los 30 asesinatos.
La narcoguerra también ha dejado centenas e, incluso, millares de muertos, en prácticamente todo el territorio de Morelos (97% de sus municipios), Nayarit (95%), Michoacán (95%), Tabasco (94%), Guerrero (93%), Chihuahua (93%), Durango (92%), Aguascalientes (91%) y Colima (90%).
A estos estados le siguen Nuevo León (88%), Guanajuato (85%), Estado de México (82%), Jalisco (82%), Tamaulipas (81%) y Quintana Roo (78%), donde la violencia ha rebasado tres cuartas partes de sus localidades.
 Las disputas sangrientas entre cárteles de la droga también han cobrado la vida de cientos de personas en más de la mitad de los ayuntamientos de Sonora (60%), Querétaro (56%), San Luis Potosí (55%), Hidalgo (54%) y Zacatecas (53%), y en 50% de los municipios de Coahuila y Veracruz. El 47% de los municipios chiapanecos y 45% de los campechanos también se han convertido en escenarios de ejecuciones y enfrentamientos entre organizaciones criminales contrarias.
Durante el primer año de la administración calderonista, los homicidios vinculados a la lucha contra y entre cárteles del narcotráfico tuvieron lugar en 463 municipios. En 2008, 324 municipios más se convirtieron en escenarios de las cruentas disputas entre organizaciones criminales por el territorio. En 2009, otros 184 municipios ingresaron a la estadística de ejecuciones y en 2010, se agregaron 196.

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