COLUMNA
Ambición y política
Apolinar Castrejón Marino
Candidatos, candidotes, aspirantes, suspirantes, ilusos, intrusos, obtusos y muchos cientos de «compatriotas», quisieran «pasar a mejor vida», es decir, obtener algún puesto de elección popular, o un hueso de imposición cupular, como les dicen a los cargos «plurinominales».
Empeñados como están en sus sueños, ni siquiera se detienen a considerar si tienen las prendas suficientes para corresponder al compromiso de una representación social.
Según la fauna dedicada a eso que consideran «la política» los únicos méritos que requieren para ser diputete, senador o gobernador, es gozar de la amistad de un perro grande de tal o cual partido «político».
Tal grado de corrupción y perversidad se debe a los gobernantes, específicamente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que hicieron del poder político, un pastel que se repartían entre ellos. Luego vinieron otros partidos a disputarles el poder y salieron tan corruptos como ellos.
Así, tenemos ahora muchas gentes que con total descaro «se apuntan» para incorporarse como parásitos de gobierno.
Lo notable es que lo hacen como si fuesen unos iluminados, o seres especiales que con solo su nombre y fama los electores se entusiasmarán a votar por ellos.
El boxeador Juan Manuel Márquez que nos regaló a través de la televisión ciertas declaraciones rebosantes de cinismo al mezclar su actividad de boxeador con su entusiasmo por los beneficios de la grilla politiquera.
Según información del portal Mediotiempo.com Juan Manuel Márquez incursionará dentro de la política buscando ser diputado por las siglas del Partido Revolucionario Institucional en las próximas elecciones del mes de julio.
Así que no era gratuito, que apareciera con las siglas de ese partido en su calzón en una de sus recientes contiendas.
Todo esto nos recuerda que la velocista Ana Gabriela Guevara, también dejó los vaivenes del atletismo para convertirse en directora del Instituto del Deporte del Distrito Federal, a invitación del Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard.
Las glorias conquistadas por la Guevara al imponer un récord mundial en los 300 metros, ganar una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y por obtener varias medallas de oro en los campeonatos mundiales se fueran a la basura con su triste papel en la política.
Para que no quedara ninguna duda, en el año 2008, fue candidata a la delegación Miguel Hidalgo, y la gente prefirió votar por el viejito tramposo de Demetrio Sodi.
La Guevara se encuentra sepultada entre el polvo del olvido y el desdén. El famoso marchista Bernardo Segura se entusiasmó por la política, y se enroló en las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y luego por el Partido Acción Nacional (PAN). Fue inhabilitado por tráfico influencias.
El futbolero Carlos Hermosillo se adhirió al Partido Acción Nacional (PAN), con lo cual logró encabezar la Comisión Nacional del Deporte. Después fue candidato a diputado federal, pero «no le favorecieron los resultados».
Otros personajes públicos que han hecho el ridículo al relacionarse con personajes de la política han sido los cantantes Juan Gabriel, Erasmo Catarino, el comediante Javier Carranza «El Costeño» y el actor «Juanito». Y una larga lista de «adherentes» que se dejan seducir por las «Luces de Nueva York».
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