Crónica de una
mochila falsa
Juan Francisco Mendoza Huízar
El día de ayer 12 de Diciembre salí de casa, abrazado por la mañana fresca del lunes, dispuesto andar por las calles de Chilpancingo, mientras caminaba hacia la parada de mi democrática combi, paso a paso me encontraba con los rastros del festejo mundano de siempre, mientras avanzaba me preguntaba ¿A dónde acabará el mundo y despertaran
 nuestras conciencias con un tamaño que pueda prevalecer como un ejemplo a nuestros hijos y los mantenga íntegros, firmes y dignos? Tomando la primera fila en las bancas de una tienda con emblemas rojos, comencé a vivir la oportunidad de ver como el mundo se derrumba y se torna más hostil y peligroso, los colores, azul y verde, el sonar de sirenas y gorras negras aumentaban de número y de velocidad, era evidente que algo pasaba y pasaba en serio, que ni una noche de rezos y cantos al ser que nos «cuida» logró conseguir la paz inmediata del siguiente día. Una cargada de media centena de personas, que les llaman normalistas solo de nombre, porque esta condición académica no conoce de telas negras que cubran el rostro, que además ofenden a los estudiantes de verdad, que buscan por medio de la lectura, la investigación y la libre participación de escrudiñar en la filosofía universal para lograr contribuir a través de la docencia el mejoramiento de las condiciones de vida del Guerrerenses. La falta de razonamiento y la tensión en la que se encontraban las corporaciones policíacas termino con la vida de 3 personas, detrás de esto solo se busca una reflexión profunda que tiene su historia de mucho tiempo atrás, pues es el pan de cada día, saber que los «Ayotzinapos» invaden la ciudad con sus consignas de mejoras a la Escuela Normal Rural «Raúl Isidro Burgos», millones de pesos del presupuesto estatal van a dar a las arcas y bolsillos de los «seudolideres» que buscan una vida cómoda y placentera sin hacer el mas mínimo esfuerzo. Ahora tienen la oportunidad de rectificar el camino de «lucha» buscando el beneficio colectivo, busco en el baúl del optimismo imaginar a los integrantes de la normal rural, reunidos, reflexionando y pensando que se han excedido en dirigirse con una cara hostil y resentida ante un aparato de gobierno obsoleto y desgastado, pensando que la muerte de sus compañeros y amigos, ha caído fuera del contexto de la búsqueda de la razón. Que haber lastimado a la sociedad civil, los hará verse como, grupo irreverente y sin escrúpulos ante las condiciones sociales que Chilpancingo con mucho esfuerzo y trabajo mantiene vigente –La paz social- y la armonía entre sus habitantes, levantar a los muertos y hacerlos caminar por las calles, exigiendo Justicia, sería un acto similar o peor a lo sucedido, pues hacer de esto circo, en donde el perjuicio es mayor al beneficio. Me uno por medio de esta columna a los grupos sociales y políticos, que tienen la misión de enseñarle al gobierno estatal como deben hacerse las cosas, pero antes de hacerlo hagamos una reflexión profunda del derrumbe de la razón y la tranquilidad de nuestra capital, llevemos un mensaje masivo de hacernos caer responsables totalmente de los que sucede en Guerrero, convirtiéndonos en actores estelares de la reconstrucción de la PAZ, solo así sabremos si existe el significado material de esta palabra.

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