CALAVERAS
Calaveras
Murió doña Edith cuando estaba tecleando
ya que de cansancio de tanto estar formando
los muchos periódicos que ella hacía,
ya fuera de noche o de día,
sólo pensando si ahora si los cobraría,
porque a su casa ya solo le falta el techo
y la mampostería…
Y es que a su Monse
¿con que patrimonio la dejaría?
¿y a su «bodoquito» quién se lo cuidaría?
No seas infame muerte no me lleves todavía
Pues tengo mucho que hacer
Pues a los que me deben quién les cobraría,
Mejor llévate a Poncho…
Al fin que poco o nada lo extrañaría…
La muerte al fin mujer gustosa le exclamaría;
Me llevo a pues al profe Alfonso
Para que el camino prepare
y cuando sea tu tiempo desprevenida te agarre
solo porque tienes pancita
bendecida y exenta de morir
te salvaste…
Cuida a tus chamacos,
Trabaja menos y disfruta más
Pues este fue un paro cardíaco nomás,
El corazón a veces falla
Y la muerte tu cuata huesuda
Aceptó gustosa el cambalache
De llevarse a tu maestro con ojeras de mapache…
Angel Gabriel colgó los tenis
Pues de cansancio y agotamiento
De tanto chambear contento
Hasta los sábados salía a cargar
pesado cargamento…
Eran las láminas pre-sensibilizadas
De las cuales su «jefe» anduvo consiguiendo…
Doblado por el dolor y el cansancio
A «sus chavas» no podrá seguir cuenteando
Muchos corazones solos
Lo estarán rezando
Tan chavo que estaba y
Ya lo están zopiloteando,
Pero en el cielo seguro
A las ángelitas seguro andará correteando
Por lo San Pedro al igual que su papá
Lo seguirá aconsejando
Porque de sus travesuras
Seguro en la eternidad
Se la pasará carcajeando…
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