PRIMERA PLANA
Muere mujer me’phaa
por negligencia médica
TLAPA DE COMONFORT, GRO.—Por negligencia médica en la montaña, falleció la mujer indígena me’phaa, Juana Espinoza Salgado, por lo que fueron demandados un doctor por omisión y servidores públicos por solapamiento, con ello se evidencian las deficiencias del sistema de salud en Guerrero.
Mediante un boletín de prensa hecho llegar a la redacción de La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, el organismo no gubernamental Tlachinollan, revela que ayer Doroteo Espinoza Apolinar, indígena Me´phaa de la comunidad de Tlacoxochapa, municipio de Atlixtác, presentó formalmente una queja ante la Comisión de Defensa de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CODDEHUM) por la omisión del doctor Saulo Juárez Altamirano, médico de la comunidad de Tlacoxochapa.
En esta denuncia también se responsabilizan de la negligencia médica al director del Hospital General de Acapulco; del director del Hospital General de Ciudad Renacimiento «Dr. Renato G. Alarcón» en Acapulco; de Alfredo Tito Arroyo, Jefe de la Jurisdicción Sanitaria 04 de la Región de la Montaña; y de Lázaro Mazón Alonso, Secretario de Salud del Estado de Guerrero.
El 20 de julio de este año Juana Espinoza Salgado dio a luz un varón, horas más tarde inició con complicaciones. Le empezaron a dar dolores en el pecho y en la cabeza, el cuadro se fue complicando, por ello, a la una de la madrugada sus padres dieron aviso al médico de la comunidad, quien se negó a asistir a Juana diciendo que lo haría al amanecer.
A las 4 de la madrugada Juana Espinoza Salgado ya había tenido 4 convulsiones y sangraba abundantemente por la boca. Sus padres se vieron forzados a ir a suplicar al médico que asistiera a Juana. Después de una hora de ruegos, el médico asistió. Diagnosticó que la presión la tenía muy alta, por ello recomendó que la llevaran al hospital comunitario de la comunidad de Acatepec, ahí nada pudieron hacer, y fue trasladada al Hospital de la Madre y el Niño Indígena Guerrerense ubicado en Tlapa, donde tampoco pudieron hacer nada, por lo que la trasladaron a Acapulco.
A las 4 de la mañana del día 22 de julio cuando llegaron al Hospital General de Acapulco, los médicos que la acompañaban informaron que, ahí no la podían recibir porque no había camas disponibles. De inmediato se trasladaron al Hospital de Ciudad Renacimiento «Dr. Renato G. Alarcón». Los médicos empezaron a gestionar su ingreso mientras Juana Espinoza Salgado y su padre, Doroteo Espinoza Apolinar, se encontraban en la ambulancia estacionada en la explanada de ese hospital.
La información de los médicos era la misma, no podían recibir a Juana Espinoza Salgado porque no había camas disponibles. Las horas transcurrían mientras el señor Doroteo miraba con impotencia cómo la salud de su hija iba empeorando. Miró fijamente su reloj: eran las 6 de la mañana. En ese momento la enferma empezó a convulsionar fuertemente.
Su padre Doroteo Espinoza Apolinar salió corriendo a avisar a los médicos que lo acompañaban, quienes regresaron y la empezaron a reanimar. Al cabo de 15 minutos le dijeron: «Juana ha muerto, ya nada se puede hacer, tú tienes la culpa por no haberla traído a tiempo al hospital». Espinosa Aguilar con lágrimas en los ojos sólo atinó a decir: «Señores, en mi pueblo no hay carros, ni carreteras para ir a Tlapa, yo la traje lo más pronto que pude, pero ustedes no la atendieron».
El caso de Juana Espinoza Salgado evidencia claramente la deficiencia de los servicios de salud, pero también las condiciones de pobreza y marginación en que viven los pueblos indígenas de Guerrero. Contradice las cuentas alegres de los informes oficiales. Deja al descubierto los malos tratos, la discriminación y las carencias de los servicios de salud.
En este caso, las autoridades violaron los derechos que a favor de establece la Constitución y los Tratados Internacionales en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que a raíz de la reciente Reforma Constitucional son de observancia obligatoria para cualquier autoridad.
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