COLUMNA

Memorandum
Gerardo Ruano Cástulo

¿TIENE PRD UNA ESTRATEGIA PARA CHILPANCINGO?
Si bien es cierto, en las dos últimas elecciones de gobernador el PRD ha logrado sendos triunfos en Chilpancingo, en los comicios para la alcaldía su votación ha venido a menos. En 2008, después de los casi 18 mil sufragios obtenidos en 2005, se desplomó a menos de 13 mil.
Así es. En las elecciones recientes, para elegir gobernador, el PRD se llevo un triunfo histórico en la capital del estado, en donde el jefazo Ángel Aguirre Rivero logró una votación impresionante. Pero no gracias al trabajo de operación política de los perredistas, sino producto de la enorme aceptación que tuvo la candidatura del ahora gobernador del estado.
Y es que, las cifras son frías y muestran la realidad de un PRD que en las últimas tres elecciones para la alcaldía de Chilpancingo, en donde ha mandado al ruedo a tres comunicadores, no ha logrado rebasar la barrera de los 20 mil votos. En 2002 Víctor Wences Martínez perdió ante Saúl Alarcón Abarca. En 2005, Lilián Rivas Santillán cayó a manos de Mario Moreno Arcos. Y en la más reciente de 2008, Alejandro Mendoza Pastrana cargó con el desprestigio del Zeferinato y sucumbió ante el poderío del entonces alcalde Mario Moreno Arcos, para perder en contra del actual alcalde Héctor Antonio Astudillo Flores.
Estos resultados reflejan que el partido del sol azteca no ha contado con una buena estrategia que los logre ir posicionando. Por el contrario, sus números han ido a la baja. Por lo que se impondría, en virtud del enorme aporte político que les está dando el actual gobernador, cuya mano sensible ya se siente en la capital del estado, siendo una prueba elocuente de ello, el inicio de la construcción del nuevo edificio de la secundaria Galo Soberón y Parra, a cuyos maestros y padres de familia se ignoró durante el Zeferinato, la elaboración de una buena estrategia política.
El PRD, si aspira a consolidarse en la capital del estado, debiera ponerse en sintonía con Ángel Aguirre Rivero, en el sentido de establecer una buena estrategia de operación política, en donde, de entrada, sería un error enviar por la alcaldía a su mejor aspirante, que en éste caso sería Alejandro Mendoza Pastrana, actual subdirector de recursos humanos de la secretaría de salud, a quien en todo caso, tal vez les convendría proyectarlo a una diputación local plurinominal a efecto de prepararlo para las elecciones de 2015.
El escenario del 2012, además de las cifras que le anteceden, no luce muy afortunado para el PRD, pero las circunstancias pueden ayudarles a mejorar su posicionamiento en Chilpancingo y con una combinación de jugadas políticas, hasta ganar la presidencia municipal.
De entrada, si el PRI le cerrara las puertas al diputado federal Mario Moreno Arcos, las posibilidades del PRD se incrementarían, siempre y cuando se postulara a un candidato de los llamados «aguirristas», siendo los primeros en esa lista: el diputado local Jorge Salgado Parra, y el subsecretario de administración y finanzas de la SEG, Ricardo Moreno Arcos.
Pero si en el tricolor se da la reconciliación, al del sol azteca parecería convenir entrar con un candidato que tenga cargo de elección, a efecto de no quemar sus cartuchos. En este caso, los más indicados podrían ser: el senador Julio César Aguirre Méndez, y el diputado local Sebastián de la Rosa Peláez.
Pero en ambos casos. Lo importante sería ver si cuentan con una estrategia para sembrar a un buen aspirante en el congreso local, que en éste caso debiera ser Alejandro Mendoza Pastrana, en virtud del trabajo político que ha venido haciendo en los últimos tres años, con la mira puesta en 2015.
Más allá del reparto de cuotas entre tribus, si le interesa al PRD posicionarse y crecer en Chilpancingo, lo que se impone es una buena estrategia electoral y comenzar a trabajar desde ya. Caso contrario, serán pan comido para el PRI. Esa es la cuestión.
Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

𝗛𝗮𝘀𝘁𝗮 𝟯 𝗵𝗼𝗿𝗮𝘀 𝗮 𝗖𝗵𝗶𝗹𝗮𝗽𝗮

𝗗𝗲𝗷𝗮𝗿𝗼𝗻 𝗱𝗶𝗻𝗲𝗿𝗼 𝗮 𝗡𝗼𝗿𝗺𝗮 𝗢𝘁𝗶𝗹𝗶𝗮

𝗗𝗲𝗷𝗮𝗿𝗼𝗻 𝗱𝗶𝗻𝗲𝗿𝗼 𝗮 𝗡𝗼𝗿𝗺𝗮 𝗢𝘁𝗶𝗹𝗶𝗮