COLUMNA



La Jaula de Dios
Jesús Pintor Alegre
A seis días y luego de varias manifestaciones en contra, en distintos medios incluidos el facebook y el twitter, por el posible secuestro del periodista Marco Antonio López Ortiz, jefe de información de Novedades Acapulco, es justo hacer un fuerte reclamo al gobierno del estado, pues se hace necesario que otorgue a todos los ciudadanos, a todos, seguridad y confianza, que es una de sus primeras responsabilidades.
En estos momentos ya es intolerable la situación que se vive en la entidad, y aunque se argumenta que esto que vivimos no es exclusivo de Guerrero, es justo y necesario que se sienta la presencia real de nuestras fuerzas de seguridad, que el gobierno del estado sea un garante de la tranquilidad social, que entre otras situaciones, fue elegido el 30 de enero pasado y se le depositó la confianza.
Ya debe dejarse la simulación y las frases baratas, de que la inseguridad no se combate bala con bala sino con educación, empleo y más verborrea, que se haga eso, y está bien, que se siga picando piedra, pero en estos momentos de hambre, lo que se requiere es calmar precisamente las ansias por alimentarse dicho de una forma análoga.
No se le puede decir a un sediento que se tranquilice, que su problema va a tener solución y que en unos dos años podría beber agua… quizá valga decir que todo requiere de un proceso, y más cuando es tan complejo como la situación que vive la sociedad, imbuida por el miedo, y que se enreda en su propia desesperación.
Se han escuchado voces, muchas voces, por allá se habla de legalización de las drogas, que la educación y la cultura son un cauce para evitar la violencia, que hay que dar becas académicas, ayuda a mujeres y madres solteras, inculcar valores a los niños desde el preescolar y la primaria, inclusive hasta la sugerencia de pactos, y en sus variantes, como dijo monseñor Maximino Martínez Miranda, hay que pactar con Dios para acabar con la violencia.
La gente se revuelca en sus ansias por encontrar la solución a las broncas que se enciman, de allí la conformación de agrupaciones como el Frente Único de Masas, o las marchas del consuelo del escritor y poeta Javier Sicilia, las misas en parroquias y catedrales para pedir el cese del ambiente de intranquilidad y zozobra, los gritos de ya basta, que el gobierno se ponga las pilas y se ponga a trabajar.
Y es que en realidad todos estamos expuestos en este mundo creado por Dios pero administrado por el diablo, en este mundo futbolero y telenovelesco, de reallity shows, y niños de pantalla caricaturas de Nelson Ned, acá donde si mete un gol el Chicharito Hernández, es más importante que el hecho de que se haya cerrado un negocio por miedo, o que hayan desaparecido a una persona.
La indolencia del gobierno por la situación que se vive, tal vez, y sólo tal vez, no sea tal, pero en honor a la verdad, no se nota, si el gobierno en realidad se preocupa y quiere que esto acabe, de cierto, no se ve ni se siente. Sólo preguntemos a la gente qué tanto confía en los políticos, desde allí partamos en esta dificultad que se torna paranoica.

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