COLUMNA
Falconario
Jorge Falcón
LEYVA Y SU PERIPLO POR LA SENADURÍA.
Don Nicolás Efrén Leyva Acevedo, flamante, discordante y enajenante mandamás del tricolor en Guerrero; es decir el organismo político que usa, desusa, usufructa y negocia con los colores del lábaro patrio, en su escudo para el beneplácito de sus agremiados en las más altas esferas. Eso sí. La chusma que espere.
Anduvo por estas tierras que cabalgaron Galeana, Alvarez, Morelos y uno que otro generalito gandalla de la revolución, sin descartar al «Ciruelo». Contumaz saqueador de esta parte de la sierra de Atoyac.
Pues bien, Don Efrén, saltando como pez fuera del agua, «arrejuntó» a los grillos priistas atoyaquenses y les lanzó el mensaje, de siempre. ¡Voy porque voy! Merezco eso y más. ¡Quiero ser senador! Aunque de paso, tomó protesta a consejeros políticos.
El discurso que lanzó solo aderezó sus pretensiones y sus aspiraciones, donde se encuentran formados; algunos mereciéndola y otros, porque requieren de patente de corzo por lo que se ofrezca. Ya ven como anda desatado el presidente Felipe Calderón. Astudillo, que por naturalidad va y le corresponde. René Juárez, Manolo Añorve, Rukita Gómez Bermeo, Héctor Vicario, estos porque están poniendo sus barbas a remojar. En esa fila está Don Efrén Leyva.
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