COLUMNA


La Jaula de Dios
Jesús Pintor Alegre
El asunto del fertilizante en Guerrero se está convirtiendo en tema de riesgo, no obstante que no se logre el cometido, que es básicamente lograr satisfacer el autoconsumo. De todos es sabido que su nacimiento como programa paternalista, nació con intenciones electoreras a impulso del Partido Revolucionario Institucional. Es decir, surgió para tener votos cautivos.
Un programa que ha ido viciándose al grado de que en el tiempo que lleva de haberse instaurado y según los datos oficiales, Guerrero sólo ha mejorado la producción, con 400 kilogramos, lo que para el millón 300 mil toneladas que se cosechan, resulta un insignificante crecimiento de apenas el 3 por ciento.
Un panorama que nos habla de la inutilidad del subsidio al programa del orden del 75 por ciento en su costo, ya que los productores o supuestos productores, pagan sólo el 25 de su precio en el mercado. En torno a ello se han dado una serie de vicios que se coronan con la venta del insumo a productores de otros estados hasta el 50 por ciento de su dotación.
En este abotagamiento de irregularidades, nos dice que se utiliza para otros cultivos, inclusive como lo dijo el diputado local, Catalino Duarte Ortuño, para abonar enervantes. Pero es tan certero como programa, que el ex candidato del PRI a la gubernatura, Manuel Añorve, aventó la promesa de regalarlo.
Luego entonces sólo cabe hacer una reflexión en este punto: si no ha impactado en el campo, ¿cuál ha sido su costo político?... este programa tiene un valor de poco más de 750 millones de pesos, dinero que ya quisiera la Universidad Autónoma de Guerrero para restaurar todo lo que tiene pendiente, sus deudas y los planteles que pudieran construirse en zonas donde la preparación profesional sigue siendo vetada o acotada.
De esos 750 millones de pesos, 169 los pone el estado, y un porcentaje que va del 50 y hasta en algunos casos el 75 logrado mediante la presión de supuestos productores, lo aporta el ayuntamiento, que sustrae del ramo 33, dinero que debería utilizar para obra, pero que se adelgaza con la compra del insumo.
De por sí el gobierno se ha distinguido con su incapacidad de dar seguridad pública y obras de buena calidad, con este arañamiento a su presupuesto, se acortan los sueños aún más.
Con esta actitud, nos llega la triste conclusión de que todos estamos imbuidos en la simulación, y eso mismo que nos tiene hundidos en el atraso en este estado de por sí jodido, escenario que nos han dejado los gobiernos que han pasado y que el actual, no da visos de una mejora. Lo peor del caso es que a pesar de que todos brincan y dan de gritos, se golpean el pecho y se rasgan las vestiduras, es que todos somos partícipes de nuestra situación.
El hecho de que Guerrero se encuentre en el nivel donde se encuentra, no es sólo producto del gobierno, que por supuesto tiene gran culpa, pero el pueblo da su propia aportación para que sigamos hundidos. Si hablamos de funcionarios ¿qué político, diputado o alcalde, satisface en su trabajo a la ciudadanía? Honestamente no hay uno solo, quizá alguien por allí figure alguien más que otro, pero no es suficiente.
Ahora bien, ¿y qué se puede decir de la ciudadanía? Caray, pues el pueblo exige, arropado en los programas paternalistas, actitudes varias que nos mantienen para orgullo interno, en los últimos lugares de desarrollo nacional, y cada vez más pobres y más jodidos. Aquí, ajuicio personal, cabe una amplia felicitación, pues lo que tenemos, nos lo merecemos, que nadie grite entonces como plañideras.

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