PRIMERA PLANA

No me gusta estar encerrado
prefiero el peregrinar: El Chilo

Texto y foto:Javier Francisco Reyes.—No me gusta estar encerrado y tirado en la cama en mi casa, prefiero seguir peregrinando por las calles, confiesa con voz pausada, pero con muchos ánimos de seguir enfrentando retos de la vida, tras regresar de curarse en la ciudad de México, ya que presentaba problemas del hígado.
Un hombre de tez blanca, de padre con ascendencia española, madre mexicana, con una cabellera blanca y crecida, con atuendo impecablemente blanca, con una faja blanca. Ahora ya no tiene su expendio de libros y discos, porque ha estado enfermo.
Con pasos lentos y apoyado con un bastón, pero sin dejar de cargar en su espalda su morral repleto de discos de todo tipo de música desde instrumentales hasta corridos, y desde hace muchos años, los vende a 100 pesos, pese a la inflación, no les ha incrementado el costo, inclusive no solamente expendía, si no hasta daba uno CD de regalo, algo así como pilón.
Es aquel ciudadano que por azares del destino contrajo el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), quien acepta su padecimiento y ha logrado controlarlo, para ello siempre que tiene la oportunidad de hablar a los medios, invita a los jóvenes a practicar el sexo responsablemente, utilizando los preservativos.
Este personaje, responde al nombre de Isidro Ortiz Bernal, más conocido como El Chilo, aquel que siempre viste de blanco y muchas de las veces con atuendos étnicos, convirtiéndolo en una persona identificable a distancia por su pelo largo y blanco.
Muchas de las veces se le veía vendiendo sus discos musicales en el centro de la ciudad cuando no había conflictos entre la autoridad y los vendedores ambulantes, la última vez lo vimos en los pasillos de la rectoría de la Universidad Autónoma de Guerrero y de ahí lo perdimos.
Al mediodía de este miércoles, lo encontramos caminar lentamente por el andador remodelado de lo que fue la calle «Emiliano Zapata», quien se desplazaba solo y su morral a espalda lleno de discos, quien nos ofreció adquirirle uno de Fernando Rosas, quien le canta a José Agustín Ramírez.
¡Hey, se va a quebrar tu cámara!, fue la exclamación inicial que vertió el popular El Chilo, al encontrarlo después de varios años, que no lo habíamos saludado y ambos nos dio gusto vernos, porque hemos compartido acciones de apoyo a personas con el VIH.
El es originario de Leonardo Bravo (Chichihualco), cuando pequeño primero llegó a Chilpancingo en 1952, cuando hizo sus primeros estudios en una escuela primaria, posteriormente se retiró, y se fue a buscar la vida al Distrito Federal, en donde trabajó y se encontró con una mujer con la que vivió en unión libre coincidentemente con la española María Victoria Silva, que quería tanto, que hasta la endiosó y por ello le compró una casa de aquel tiempo en 450 mil pesos.
Con esa señora procreó a dos hijos, Raúl y Arturo, cuando este último tenía tres años, se separaron y cada quien agarró su camino, él se regresó a Chilpancingo, en 1976, desde entonces ha hecho su vida, después de fracasar con su cafetería, se puso a vender discos y libros.
Como todo guerrerense, orgulloso, que no acepta regalos, ni ayuda, El Chilo, hasta ahora se ha valido de sus propios medios, por ende ni su ex mujer, ni sus hijos se encuentran viviendo con él, y nunca le han dado ayuda, vive solo.
Pero si los recuerda con mucho amor, dice que su esposa tiene mucho dinero, en tanto su hijo Raúl es ingeniero, todo el tiempo anda en el extranjero, por allá en Dinamarca, en tanto su otro vástago Arturo, es un excelente economista, y al parecer viven en México. No sabe exactamente en donde andan ahora.
Nunca les ha pedido nada, pese a que ha estado enfermo, porque dice que todavía tiene fuerzas para ganarse la vida y enfrentar los retos de la vida.
Apenas viene regresando de la capital del país, en donde estuvo un buen tiempo atendiéndose del hígado, que se le inflamó mucho, que lo puso al borde de la muerte, pues hasta le sacaron el agua, «me veía bien panzón», y se lleva la mano izquierda a su abdomen y enseña su faja blanca.
Platicando bajo un sol candente del mediodía, sin preocuparse, informa que ya no vive en la colonia Tata Gildo, en donde estuvo muchos años, ahora ya compró un terreno allá en la parte alta de la colonia Plan de Ayala de esta capital.
Con mucho esfuerzo, confiesa, que está construyendo su casa, por ende le hacen falta varios servicios, por ello actualmente se orina en una cubeta, pero pronto estará listo su nuevo sanitario.
Cuando estaba platicando parte de su vida, llegó a saludar el periodista Jesús Pintor Alegre, quien fuera colaborador en un tiempo con el semanario El Matutino de Guerrero, pero también otro trotamundos, se fue a probar aventura a la Tierra Caliente, pero ya retornó a la capital del estado, ahora colabora con trabajos especiales en el periódico «El Sol de Chilpancingo».
Después de pagarle el costo del disco compacto, El Chilo, no desaprovechó el encuentro con quien esto escribe, recordó dos anécdotas, que para él, son importantes en su vida, la primera que hace algunos días, el fotoreportero del periódico «El Sur», Erick Chavelas Hernández, le regaló 500 pesos, entonces le dijo te voy a dar tus discos, equivalente a cinco, entonces el comunicador le contestó, «cabrón, son para ti», entonces le dio las gracias por esa ayuda, que ese día en realidad necesitaba dinero para comprar lo indispensable.
Como este día, igual al recibir el pago del disco, externó, mira, con esto, ya compraré algo para comer, y a la vez hilvanó un recuerdo, «cuando voy al mercado ‘Baltazar R. Leyva Mancilla’, las señoras me llenan mi bolsa con arroz, frijoles y hasta fruta.
Una segunda anécdota, la recuerda perfectamente una vez le dio unas cachetadas al actual dirigente de la organización «Calpulli Tecuanichan», Gelasio Gatica Sánchez, aunque no reveló el porque, pero explicó que por alguna diferencias por las «muchas pendejadas que hace, por él es muy bueno, hasta se pasa».
Pero después lo volví a encontrar y le pedí perdón, al contrario, le reviró Gatica Sánchez, «no, perdóname tu a mi», y finalmente quedaron como buenos amigos.
Esto lo recordó, tras preguntarle expresamente sobre la actitud de Gatica Sánchez, sobre el conflicto que sostuvo con las autoridades municipales y le dio la razón por la defensa de los artesanos que estaban en el zócalo, en donde en verdad vendían bien, pero ahora que los fueron a meter al «Casino del estudiante», «casi no venden, se están muriendo de hambre», refiere el controvertido personaje.
También El Chilo, recordó, que el responsable de que estos artesanos estuvieron ocupando un espacio en la plaza «Primer Congreso de Anáhuac», la propició el actual presidente municipal, el priísta Héctor Antonio Astudillo Flores, en la primera vez que fue edil, les autorizó que ocuparan la calle, y ahora se le revirtió.
Mientras El Chilo siguió su camino hacia el centro de la capital, nosotros nos retornamos a la redacción de Lináloe Impresos, editora de los periódicos La Crónica, Vespertino de Chilpancingo y El Matutino de Guerrero, seguramente en otra ocasión nos encontraremos.

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