OPINIÓN
El auditorio fallido
Aguirre y La Parota
Isaías Alanís
Las Ciudad de los Servicios y su arquitectura al puro estilo del pentágono, no sólo promovió un nuevo desarrollo y elevada plusvalía del terreno aledaño, sino que Chilpancingo, paso de ser una capital rural, a una ciudad media con estos nuevos centros de convivencia llamados plazas y tiendas departamentales.
Ya hay una generación de antes de los jueves pozoleros, viernes de pichón o de mariscos, la generación de Plaza Galerías. Motivo de estudio de antropólogos y sociólogos que espero sean de la UAG. Algo que siempre me llamó la atención es que los arquitectos que planearon la famosa ciudad que de servicios no tiene nada y de ciudad menos, urbanísticamente hablando, hayan colocado sobre la avenida de desechos sólidos y al centro del encauzamiento, el escudo de Guerrero.
Mejor parábola no se pudo haber encontrado en el método del absurdo para ejemplificar lo que sería el concepto de este nuevo asentamiento, que entre otras cosas atiborró la cuenta bancaria de especuladores al adquirir los terrenos a un ínfimo precio y venderlos en muy alto costo.
Pero no sólo eso, René Juárez Cisneros, le heredó al gobierno de Torreblanca Galindo un Auditorio horrendo, sin terminar que arquitectónicamente no encaja con el diseño del nuevo palacio y que sólo ha servido para lavar dinero a la administración saliente y alguno de sus secuaces.
¿Qué saldrá más barato, demolerlo y rediseñarlo, o arriesgarse a modificarlo arquitectónicamente?
Esa pregunta se la tiene que hacer el nuevo gobierno y el grupo de ingenieros expertos en estructuras y al cónclave de arquitectos en diseño y funcionalidad, así como en adecuarlo al concepto arquitectónico del palacio nuevo. Porque eso, es otra cosa, es una mole aberrante. “Nacorina”- como el caracolito de Zeferino- en toda la extensión de la palabra.
Es prioritario que la capital del estado cuente con un auditorio, que no lo tiene, salvo el “José Joaquín de Herrera”. Pero ese mazacote sin concepto y lo peor, sin terminar, como que el gobierno entrante, le piense antes de invertir en una obra que se puede caer por tantos años de abandono, pillaje y deterioro. Y lo mínimo, meter al frescobote a quienes lucraron y se metieron a la bolsa millonarias cantidades por esta obra y otras fallidas durante doce años que en obra pública y otros negocios alternos estuvieron maridados, la administración de René Juárez Cisneras, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo y socios que los acompañaron.
Papa caliente y tema para novela realista: campesinos que se niegan a cambiar sus tierras por cuentas de vidrio, intervención de líderes campesinos ligh y tranzas, manipulación por ex funcionarios ajenos a las comunidades y pueblos afectados, sólo interesados en las jugosas ganancias que les dejaría meterle mano al manoseado proyecto de la Hidroeléctrica La Parota; campo minado por la Comisión Federal de Electricidad y testaferros menores de Zeferino y crápulas que los acompañaron al compás del “Zopilote”, por aquello de “mal haya su cochinada…”.
Después de amenazas, asambleas manipuladas, cercadas por policías, muertos, golpes, dinero tirado a la cartera de seudo líderes campiranos, frente a una oposición férrea, razonada y fastuosa de las comunidades que se verían afectadas, apoyados por organizaciones ambientalistas de México, del mundo. También pingüe negocio de la compañías constructoras y de quién sabe qué beneficios para los afectados, deterioro de la ecología y un latente peligro para Acapulco en caso de un sismo ya previsto, que desbordaría el vaso con las consecuencias previstas por un inmenso Tsunami sobre los pueblos de río abajo, los nuevos asentamientos que han proliferado en el área y sobre la exclusiva zona de Acapulco, sede de mansiones, hoteles VIP, campos de golf y demás adminículos sofisticados, que se verían convertidos en una mancha de lodo, restos de casas, árboles arrancados de cuajo y un número inimaginable de pérdidas humanas.
¿Vale la pena arriesgar esto y el despojo de las tierras a los comuneros por cincuenta años de vida útil de la Presa la Parota? Por eso es que Ángel Aguirre, lo valora con toda la tranquilidad de quién tiene un amplio conocimiento del tema.
Seguro que lo sabe, el diagnóstico de La Parota, es del conocimiento de las más importantes organizaciones ambientalistas del mundo que se oponen al proyecto, no por simple intromisión en los asuntos de México. Los ecólogos no ven al problema del cambio climático como algo regional, sino mundial. El terremoto de Japón afectó a la zona del Océano Pacífico.
El Tsunami causó miles de muertos, colapsó la economía nipona. Las plantas nucleares tronaron y la radiación se coló por la lluvia, aire y a través de las corrientes marinas llegará a las costas de Guerrero, afectando, flora, fauna y la bioquímica del mar, padre y madre de la vida en la tierra; pese a existir alternativas sustentables, ecológicas para generar energía eléctrica.
Los miembros del CECOP, están alegres, después de ocho años de silencio, golpes bajos, asambleas truquedas por parásitos, linchamiento mediático y violencia; ocho años después, por intermediación del arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias, se reunieron en la Casa Diocesana, el líder del CECOP Marco Antonio Suástegui, el vocero, Felipe Flores y el representante legal Vidulfo Rosales con el gobernador Angel Heladio Aguirre Rivero, teniendo como testigo de calidad a Humberto Salgado Gómez, Secretario de Gobierno.
En dicha reunión, los del CECOP, no permitieron que estuviera presente el alcalde porteño Manuel Añorve, que tuvo que salir del recinto, sin embargo, se dio un gran paso para destrabar este conflicto y dialogar con los afectados, porque finalmente, los pueblos son los que por ley, venciendo opacidades, zigzagueos legaloides, y mentiras de CFE, decidirán su desarrollo, de común acuerdo con el gobierno estatal; de avanzare por este camino, los campesinos dueños de las tierras darán un ejemplo de que su resistencia no es contra el desarrollo, sino contra la practica depredadora de consorcios y transnacionales criminales, que aprovechando, marginalidad, subastan la riqueza de los pueblos, alterando el equilibrio ecológico, prioridad para un desarrollo sustentable y con futuro para todos.