Los días de sesiones—martes y jueves—del Congreso local, llegan los meseros del restaurante “Amaranto” con sus charolas llenas de contenedores de comida para los legisladores y trabajadores del poder legislativo hasta después de sus labores, haciendo un gasto innecesario, tal vez se justificaría cuando se prolonga la jornada de trabajo. (Leer PoliCrónica).

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