CULTURAL/SOCIAL
Convulsión política
Apolinar Castrejón Marino Si ustéd decide golperase la mano con un martillo, nadie se sentirá ofendido por eso, pues solo a usted le dolerá hasta el “floripondio”. Pero ¿por que haría algo tan estúpido? La respuesta es de su absoluta responsabilidad. Tan absurdo “supositorio” viene a cuento por la actitud que han tomado los “políticos” mexiquenses, a propósito de las próximas elecciones para gobernador. La referencia del martillo es por la actitud de los perredistas, quienes a principio de año tenían algunas posibilidades de ganar la gubernatura, pero al correr el tiempo se empeñaron en desperdiciar su escaso capital político “en infiernitos”. No se necesita tener una bola de cristal para “adivinar” que ahora, quedarán muy lejos en la contienda el 3 de julio venidero. Tanto tiempo de andar en la grilla, tan importante desempeño realizado como jefe de gobierno del Distrito Federal, y tan buen papel como dirigente partidista, de nada han servido a Alejandro Encinas para saber que es mejor el 1 % de algo, que 100 % de nada. La postura del señor Encinas y muchos de sus partidarios, de oponerse la unión con otros partidos para sumar fuerzas en contra del empuje del PRI, es una necedad digna de mejores causas. Tratan de ser congruentes y fieles a sus principios y repudian un acercamiento principalmente con el PAN que les escamoteó la Presidencia de la República en el 2007. Tal actitud es semejante al aforismo provinciano que reza “pobre, pero honrada”. Y ya los veremos después del 3 de julio, muy íntegros y e incorruptos, pero lloriqueando su estrepitosa derrota ¿No les bastaría el caso Guerrero en donde los protagonistas más alborotados, amarraron sus demonios temporalmente para asegurar la gubernatura? Han vuelto a los pleitos e insultos, por que les gusta la “mala vida”, pero ya tienen el poder en sus manos. Por eso sorprende, la capacidad del PRI de hacer los ajustes necesarios para seguir al frente de la competencia gubernamental, pues al verse ante el dilema de lanzar a un aspirante de “sangre real”, de abolengo, un “bien nacido” (como diría el malnacido Toño del Mercado), o a un político con menos “pedigreé”, pero con más arraigo y aceptación entre la población; mandaron al “delfín” a su casa. Y como parte del juego político incluye tragar sapos cuando se les ordena, la cúpula del PRI hizo que Alfredo del Mazo Maza, saliera a declarar públicamente que el no era el bueno, y que todos los priístas deberán apoyar a Erubiel Ávila. De los otros “4 magníficos” mejor ni hablamos, aunque en su momento habían sido presentados en público como “la divina envuelta en huevo”. A propósito de Guerrero, la toma de posesión de Ángel Aguirre amenaza con desatar la guerra de pasiones, pues al parecer el recinto legislativo donde será el magno acto, solo tiene capacidad para 450 personas, quienes serán rigurosamente seleccionados y acreditados. Los 81 Presidentes municipales, ya están muy ofendidos por que les dijeron que la invitación oficial es estrictamente PERSONAL y no podrán hacerse acompañar por esposas, secretarias, amantes y “mayates” como les gustaría. Los directores de periódicos y reporteros también están “en ascuas” por que no les han hecho llegar su invitación, y dicen que “… a la prensa que trae Marcelo Ebrard y a los “medios nacionales” les darán la preferencia”. Esos reporteros y conductores de televisión que antes del 30 de enero, hacían burla de los “perderistas” y decían pestes de “los traidores” que se fueron del PRI, son precísamente quienes ahora quieren estar cerca del nuevo gobernador. Bien o mal, muchos priístas pueden tragar sapos al acercarse al nuevo huésped de “Casa Guerrero” pero ¿Efrén Leyva podrá mostrar su carota al nuevo “gober”? Héctor Antonio Astudillo se refugia en “la amistad” que ahora tiene con Zeferino, en un intento de berrinche, a ver si causa un poco de celos en Angel Heladio Aguirre Rivero. Y el otro Héctor se soba las manos, dando por descontado que los diputetes suplentes que ocuparán las curules que dejarán vacantes los priístas que pasarán a ocupar algún lugar en el gabinete aguirrista, serán automáticamente “fuerza priísta” en el Congreso local. Así que ahora si se espera una convulsión en Guerrero, la que no se dio con el gobierno “zeferinista”.