CULTURAL/SOCIAL


Más respeto para las viejas
Apolinar Castrejón Marino
Acaso usted ha llamado «vieja» a su esposa o a su madre, y quizá su mujer le ha reprochado que «…lo vio con unas viejas». Tampoco será extraño que usted haya presenciado como los niños y jóvenes se refieren a cualquier mujer como «una vieja».
VIEJA es un término de uso corriente en muchos países de habla hispana, que puede utilizarse de manera familiar, festiva o despectiva. Pero de hoy en adelante, tal término queda proscrito de nuestra habla cotidiana para referirnos a las mujeres, porque según el «Manual para el uso no sexista del lenguaje» es ofensivo y lesiona su dignidad. Y conmina a los ciudadanos a no emplear expresiones que impliquen dar a la mujer la calidad de posesión, como decir «la mujer de Pedro».
Como para estas fechas seguramente son poco conocidas las nuevas disposiciones contenidas en la Ley General de acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Secretaría de Gobernación y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) distribuirán entre funcionarios de la administración pública federal un manual para evitar expresiones machistas entre el personal a su mando.
El pasado martes 22 de marzo desde las 9:00 hrs inició el foro «LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA SEGOB: Un espacio de rendición de cuentas», en el auditorio Jesús Reyes Heroles ubicado en la calle Abraham González N° 48, en la colonia Juárez, de la Delegación Cuauhtémoc.
Según información de las reporteras de la Agencia Reforma, Leslie Gómez y Susana Moraga, en su discurso inaugural Ricardo Bucio Mújica, presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) destacó el trabajo de armonización legislativa impulsado en los últimos años para modificar o derogar disposiciones legales lesivas para los derechos de las mujeres.
Remarcó que la participación de las mujeres en la toma de decisiones es todavía insuficiente. Se adornó diciendo que «Con la tendencia de crecimiento que tenemos vamos a tardar todavía varias décadas en que haya un acceso más equitativo en los puestos de decisión en instituciones públicas. Tiene que haber una acción más decidida de las entidades y dependencias de los gobiernos federal, estatales y municipales para que haya mujeres en puestos de mando».
Ya encarrerado, reclamó a las autoridades: «La democracia tiene que servir para dar un acceso igualitario a hombres y mujeres en derechos y libertades, y eso no está pasando. La sociedad se pierde de la mitad de la mirada que puede tener para saber cómo superar sus problemas cuando tienen una mirada predominantemente masculina en la toma de decisiones de los asuntos públicos».
Más recatada y más informada la titular de la comisión Nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres (Conavim) Laura Carrera, organizadora del foro, subrayó la importancia de conocer los entornos que propician la vulneración de los derechos humanos de las mujeres, así como los factores que potencian y detonan actos violentos contra ellas; con el fin de prevenirlos y erradicarlos.
Dijo que «La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz.»
Declaró que a partir de ahora, no se debe usar el masculino para nombrar a las mujeres. «Es muy común que, sin saber el género de las personas, usemos el masculino, y lo que es aún más incoherente, que utilicemos el masculino en adjetivos y profesiones sabiendo para referirnos a una mujer».
Indicó que siempre, deben utilizarse determinantes femeninos para acompañar un oficio, profesión, o cargo ejercido por una mujer; por ejemplo «la jueza adjunta al tribunal». «El femenino en profesiones se debe formar añadiendo una ‘a’ a la raíz de la palabra y el masculino con una ‘o’; por ejemplo, adivino-adivina, cómico-cómica».
Laura Carrera, advirtió que actualmente algunas expresiones cambian radicalmente de significado dependiendo del género del que se hable. Por ejemplo al referirse a un «hombre público», se hace como referencia a un funcionario prominente, como un gobernador, mientras que el término «mujer pública» suele emplearse para denominar a una prostituta.
La realidad es que a dos años de su aprobación el 29 enero 2009, ley de protección de mujeres continúa sin causar mayor impacto en los estados, y que en el último año las quejas presentadas ante la Conavim aumentaron 72 por ciento. La vocera de Amnistía Internacional también dijo que de las 32 entidades federativas mexicanas, dos todavía no la han aprobado: Guanajuato y Oaxaca.
Solo cinco estados han cumplido con la obligación de establecer procedimientos reglamentarios. 20 tienen un sistema de coordinación de agencias para la prevención de violencia contra las mujeres, tal como lo establece la ley; pero nada de esto ha conseguido erradicar la violencia galopante contra las mujeres ni mucho menos los «feminicidios».
Solo dos nuevos refugios para víctimas de violencia doméstica están siendo construidos por autoridades estatales, uno en Durango y otro en Sonora, a pesar que la ley establece claramente que los estados deben «impulsar la creación de refugios para las víctimas.»
Kerrie Howard, directora Adjunta para las Américas de Amnistía Internacional precisó que «Existe una clara y lamentable falta de compromiso a nivel estatal para poner en práctica la Ley General de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. «En la práctica, esta falta de compromiso significa que la seguridad y la vida de miles de mujeres está en peligro.»

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