Policrónica
Cárceles…Los presos de Guerrero, son un verdadero botín para el encargado de los penales, quien a menos dos meses, ya trasciende una incalculable fortuna, en el marco del «Año de Hidalgo».
Algo grave sucede en el sistema penitenciario estatal. Nadie quiere verlo, mucho menos atenderlo. Han asesinado a dos directores de penales, al de Tecpan y al de Iguala, así como la desaparición de un jefe de seguridad de la prisión de Chilpancingo. Asimismo, han muerto por lo menos una decena de custodios –en la última semana, dos y otro desaparecido. La falta de voluntad política del gerente estatal Carlos Zeferino Torreblanca Galindo para combatir con firmeza los delitos en el estado, son la tierra fértil para que nadie se sienta seguro en Guerrero. El área de seguridad pública y procuración de justicia es como si no existiera para el gober bilioso. Las policías estatal y ministerial presentan signos de total inacción, en un caso, y en el otro, de abierta participación con el crimen organizado. Está situación externa se refleja con claridad en el interior de los CERESOS del estado, donde las bandas del crimen organizado han impuesto el régimen del terror y un «autogobierno» represor, que sufre los cambios que se suscitan en el exterior. Si un capo cae muerto o en prisión, dentro del CERESO se producen movimientos de fuerzas, y los nuevos jefes aplican su ley a sangre y fuego contra los antiguos líderes criminales. Los empleados se quejan del total desgobierno que existe en los centros penitenciarios, sin que el general Salinas Altes, ni mucho menos Angel García García, subsecretario de readaptación social, se preocupen por poner algún remedio. Eso sí, García García, con el consentimiento del general Juan Heriberto Salinas Altés, o sin él, está amasando una incalculable fortuna, porque cada periodo de preliberaciones es aprovechado por estos funcionarios corruptos para sacar a delincuentes consumados, con sentencias de 20, 30 o hasta cuarenta años, a cambio de fuertes cantidades de dinero, que oscilan entre los 150 mil pesos, hasta los 300 mil, lo que además de ilegal, es inmoral, porque el Ejército, la Marina y la Policía Federal se preocupan por atrapar delincuentes , mientras que personajes ambiciosos y corruptos aprovechan el río revuelto para amasar grandes fortunas. Los internos del penal de Las Cruces «no se salen porque no quieren», afirman empleados. Es tal la falta de autoridad en las prisiones guerrerenses, que no es lejana la posibilidad de que como en otros lugares de la República, los sicarios tengan como refugio la cárcel y desde ahí salgan por las noches a cometer tanto asesinato, porque es sospechoso que no aparezcan los criminales, habiendo tanto policía en Acapulco. Los integrantes de la delincuencia organizada hacen de su reclusión un privilegio, porque han encontrado los huecos de poder, la falta de autoridad, que les permite actuar con impunidad dentro de la cárcel. Gozan de todas las canonjías habidas y por haber. Consumo de alcohol, drogas, alimentos de cualquier índole, la visita permanente de familiares, y la explotación de un negocio sin correr riesgos. La población del penal de Acapulco, por ejemplo, es de 2000 internos, de los cuales un 70% es adicta a alguna droga. 1700 clientes seguros y permanentes es un nicho de mercado envidiable, sobre todo, porque la venta de drogas arroja ganancias del 200 0 300%. El submundo penitenciario se vive así, en la oscuridad, sin que nadie pretenda cambiarlo. Los funcionarios encargados del área, ya lo constatamos, seguramente sólo se dedican a administrar el conflicto, por medio de pactos mafiosos con los delincuentes: «yo te dejo hacer lo que quieras», dice García García, a cambio no se salgan, ni provoquen mayores problemas internos, a pesar de que la población carcelaria que no comulga con las reglas de los «jefes», reciben fuertes castigos, que incluyen aislamiento, golpes o incluso la muerte. El régimen del terror que se vive en los penales del estado sólo se percibe mínimamente, por la muerte de los directores y custodios, que nada pueden hacer para defenderse. Pero nada de esto importa al insensible gobernador, ni a su secretario de seguridad pública, ni a Angel García García, el ejecutor directo de la corrupción. Ellos están preocupados y ocupados por irse sin recibir castigo, con su gran cargamento económico. El mundo negro de la cárcel se aprovecha de muchas maneras. El dinero sale de muchos veneros. El más generoso es la venta de droga quizá, sin embargo, también de los recursos destinados a la alimentación de los internos, porque la federación otorga una mayor cantidad por cada preso del fuero federal, 25 pesos, y 17 pesos por los del fuero común. Sólo para el penal de Acapulco se asigna un millón de pesos mensuales y les dan de comer a los presos con menos de la mitad, porque no todos comen la pésima comida que reparten, y esto lo hacen a propósito, dar mala comida para que los internos no la consuman y quedarse con mayor ganancia. Por otra parte están las plazas de los custodios, que los directores dan de alta a muchos «aviadores». En fin, la corrupción es enorme, pero Ángel García García ha hecho su agosto, ante la ceguera de Zeferino. Que con su pan se lo coman cuando los reos envalentonados decidan salirse.…Mediático…El nuevo y recién estrenado titular de la Auditoría General del Estado (AGE), Arturo Latabán López, producto de las negociaciones entre el Poder Legislativo y Ejecutivo, está empezando mal su papel pues se quiere inflar mediáticamente y emulando a quien sucedió, es decir a Ignacio Rendón Romero. El titular de la AGE, Arturo Latabán López, después de que fue producto de una negociación, entre el gerente estatal de la entidad, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, y los legisladores de la 59 Legislatura, que recibieron el presupuesto adecuado para sus intereses. Con esa negociación, que incluso les permitió gozar de generosos aguinaldos y se embolsaron en las pasada temporada decembrina, cenando en abundancia y olvidándose de la pobreza de sus semejantes, acordaron autorizar la cuenta pública a gusto del titular del Ejecutivo, quien con esas ínfulas y porque sabe de qué cojean, seguramente que se quedó satisfecho con esa respuesta. En esa negociación que evidenció el sometimiento de los legisladores y legisladoras hasta los que se consideran como «independientes, por parte del Poder Ejecutivo, autorizaron ese nombramiento, sin hacer tantos escándalos como acostumbran, por lo que de inmediato Arturo Latabán López, con el clásico «sí protesto» comenzó a revisar los cuadernos y los registros de todo lo que implica una revisión del estado en que dejó esa dependencia el anterior auditor Ignacio Rendón Romero, que seguramente habrá dejado un manual de cómo impactar en la opinión pública, cómo evitar los gastos en francachelas y sobre todo cómo cubrirlas y posiblemente hasta cómo entablar una demanda en contra del mismo pesebre del que sació sus apetitos de poder económico y del control de los alcaldes. Al término de revisar todos los asuntos internos de la AGE, el nuevo titular de esa dependencia legislativa no ha dicho nada sobre el procedimiento que se les sigue a los alcaldes «burros» que no saben los manejos de sus finanzas así como de quienes han desfalcado sus respectivas administraciones, pues al menos en apariencia no es un asunto que entretenga a Arturo Latabán López. Lo que sí le interesó al desempacado auditor, producto de esa negociación, es promocionar sus actividades, pues para eso se tienen partidas especiales cuyas cantidades no se pueden saber con exactitud pues tanto a quienes integran los tres Poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) no les interesa transparentar, no de balde estamos en la entidad con un cuestionado manejo irregular de los estados financieros en los diversos ámbitos públicos y privados. Y lo peor es que si es que existe un área de prensa propiamente de la AGE, el jefe o jefes están durmiéndose en sus laureles y están mal asesorando a Arturo Latabán López pues en vez de citar a una conferencia de prensa, mejor publican sus actividades que hace fuera del estado de Guerrero, como si pensaran que eso impacta favorablemente a su imagen. No se le debe de olvidar que la distancia del representante de un cargo público con la ciudadanía es lo peor que puede hacer, pero si piensa que con esas publicaciones, se arregla su problema de imagen, está empezando mal su responsabilidad, pues lo que tiene que hacer es invitar a conferencias de prensa y pueda dar la cara, que se le conozca como a un ser humano y no solamente como a un servidor público, que recuerde que ese distanciamiento después lo puede pagar negativamente, tal como le ocurrió a Ignacio Rendón Romero, quien de plano se manchó y se pasó de veras con la demanda que interpuso en contra de la AGE, pues después de mamar de todos los recursos disponibles para las funciones de esa área, todavía exigía indemnizaciones. ¡Orale!....Monitos…El debate, que no es un debate, según se entiende en los diccionarios, porque los modositos del Instituto Estatal Electoral de Guerrero (IEEG), les marcaron con precisión los tiempos que debían de hablar y conducirse, impidieron que los tres candidatos se dieran un verdadero entre, sin embargo, de cualquier forma las brigadas de los respectivos candidatos ya dieron como seguro triunfador a Angel Heladio Aguirre Rivero, Manuel Añorve Baños y Marcos Efrén Parra Gómez. Pero lo que otros diarios pasan como detalles intrascendentes en esta columna sí se les da su respectiva importancia. En la presentación ante los medios noticiosos, especialmente la televisión, es que los tres candidatos sí recibieron una atención más que servicial de parte de los conductores y del mismo personal de Soy Guerrero, pues todo parece indicar que no querían que nada se les saliera de control. Pero en ese foro televisivo, se pudo notar que los tres candidatos fueron colocados estratégicamente en sus respectivos nichos, de donde no se movían y parecían de esos monitos del «no veo, no oigo, no hablo». Los estrados, estaban adecuados para que los tres pudieran adaptarse a sus micrófonos lo que dejó más evidente que la estatura de uno era la dificultad del otro. Y para quien se identifica popularmente como El Chaparrito pero cabrón, todo parece indicar que el banco que le pusieron se lo tuvieron que adaptar a su estatura, pues tenía aproximadamente 30 centímetros más que sus rivales. En tanto que el de Angel Heladio Aguirre Rivero y el de Marcos Efrén Parra Gómez, parecieron estar elaborados en una misma medida. O sea que el carpintero y quienes elaboraron la escenografía deben de estar en la próxima administración pues trabajaron a ritmo exprés. Lo cierto es que en ese remedo de debate, los asistentes a ese programa en vivo, que por cierto se sigue retransmitiendo en ese mismo canal de televisión del Gobierno del Estado, pero con un tufo al Canal de las Estrellas, pudieron ver la estatura de cada uno de los candidatos en donde el triunfador si se midiera por su tamaño, sería de gane Angel Heladio Aguirre Rivero, luego estaría Marcos Efrén Parra Gómez y el tercer sitio quedaría Manuel Añorve Baños, aunque es lógico considerar que esta sería una apuesta arbitraria, pues la estatura no tiene nada que ver en otros ámbitos y espacios y pues para eso están diversos ejemplos de que hasta los chiquitos se crecen ante las adversidades. Ciertamente que los tres «monitos» que exhibieron algunas de sus mejores prendas en su búsqueda por el voto que los haga ser el próximo gobernador, pudieron sentirse al tú por tú en cuanto a la imagen se refiere, porque al menos todos ellos pudieron usar bien el micrófono, sin que se notara la estatura de los aludidos.
Algo grave sucede en el sistema penitenciario estatal. Nadie quiere verlo, mucho menos atenderlo. Han asesinado a dos directores de penales, al de Tecpan y al de Iguala, así como la desaparición de un jefe de seguridad de la prisión de Chilpancingo. Asimismo, han muerto por lo menos una decena de custodios –en la última semana, dos y otro desaparecido. La falta de voluntad política del gerente estatal Carlos Zeferino Torreblanca Galindo para combatir con firmeza los delitos en el estado, son la tierra fértil para que nadie se sienta seguro en Guerrero. El área de seguridad pública y procuración de justicia es como si no existiera para el gober bilioso. Las policías estatal y ministerial presentan signos de total inacción, en un caso, y en el otro, de abierta participación con el crimen organizado. Está situación externa se refleja con claridad en el interior de los CERESOS del estado, donde las bandas del crimen organizado han impuesto el régimen del terror y un «autogobierno» represor, que sufre los cambios que se suscitan en el exterior. Si un capo cae muerto o en prisión, dentro del CERESO se producen movimientos de fuerzas, y los nuevos jefes aplican su ley a sangre y fuego contra los antiguos líderes criminales. Los empleados se quejan del total desgobierno que existe en los centros penitenciarios, sin que el general Salinas Altes, ni mucho menos Angel García García, subsecretario de readaptación social, se preocupen por poner algún remedio. Eso sí, García García, con el consentimiento del general Juan Heriberto Salinas Altés, o sin él, está amasando una incalculable fortuna, porque cada periodo de preliberaciones es aprovechado por estos funcionarios corruptos para sacar a delincuentes consumados, con sentencias de 20, 30 o hasta cuarenta años, a cambio de fuertes cantidades de dinero, que oscilan entre los 150 mil pesos, hasta los 300 mil, lo que además de ilegal, es inmoral, porque el Ejército, la Marina y la Policía Federal se preocupan por atrapar delincuentes , mientras que personajes ambiciosos y corruptos aprovechan el río revuelto para amasar grandes fortunas. Los internos del penal de Las Cruces «no se salen porque no quieren», afirman empleados. Es tal la falta de autoridad en las prisiones guerrerenses, que no es lejana la posibilidad de que como en otros lugares de la República, los sicarios tengan como refugio la cárcel y desde ahí salgan por las noches a cometer tanto asesinato, porque es sospechoso que no aparezcan los criminales, habiendo tanto policía en Acapulco. Los integrantes de la delincuencia organizada hacen de su reclusión un privilegio, porque han encontrado los huecos de poder, la falta de autoridad, que les permite actuar con impunidad dentro de la cárcel. Gozan de todas las canonjías habidas y por haber. Consumo de alcohol, drogas, alimentos de cualquier índole, la visita permanente de familiares, y la explotación de un negocio sin correr riesgos. La población del penal de Acapulco, por ejemplo, es de 2000 internos, de los cuales un 70% es adicta a alguna droga. 1700 clientes seguros y permanentes es un nicho de mercado envidiable, sobre todo, porque la venta de drogas arroja ganancias del 200 0 300%. El submundo penitenciario se vive así, en la oscuridad, sin que nadie pretenda cambiarlo. Los funcionarios encargados del área, ya lo constatamos, seguramente sólo se dedican a administrar el conflicto, por medio de pactos mafiosos con los delincuentes: «yo te dejo hacer lo que quieras», dice García García, a cambio no se salgan, ni provoquen mayores problemas internos, a pesar de que la población carcelaria que no comulga con las reglas de los «jefes», reciben fuertes castigos, que incluyen aislamiento, golpes o incluso la muerte. El régimen del terror que se vive en los penales del estado sólo se percibe mínimamente, por la muerte de los directores y custodios, que nada pueden hacer para defenderse. Pero nada de esto importa al insensible gobernador, ni a su secretario de seguridad pública, ni a Angel García García, el ejecutor directo de la corrupción. Ellos están preocupados y ocupados por irse sin recibir castigo, con su gran cargamento económico. El mundo negro de la cárcel se aprovecha de muchas maneras. El dinero sale de muchos veneros. El más generoso es la venta de droga quizá, sin embargo, también de los recursos destinados a la alimentación de los internos, porque la federación otorga una mayor cantidad por cada preso del fuero federal, 25 pesos, y 17 pesos por los del fuero común. Sólo para el penal de Acapulco se asigna un millón de pesos mensuales y les dan de comer a los presos con menos de la mitad, porque no todos comen la pésima comida que reparten, y esto lo hacen a propósito, dar mala comida para que los internos no la consuman y quedarse con mayor ganancia. Por otra parte están las plazas de los custodios, que los directores dan de alta a muchos «aviadores». En fin, la corrupción es enorme, pero Ángel García García ha hecho su agosto, ante la ceguera de Zeferino. Que con su pan se lo coman cuando los reos envalentonados decidan salirse.…Mediático…El nuevo y recién estrenado titular de la Auditoría General del Estado (AGE), Arturo Latabán López, producto de las negociaciones entre el Poder Legislativo y Ejecutivo, está empezando mal su papel pues se quiere inflar mediáticamente y emulando a quien sucedió, es decir a Ignacio Rendón Romero. El titular de la AGE, Arturo Latabán López, después de que fue producto de una negociación, entre el gerente estatal de la entidad, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, y los legisladores de la 59 Legislatura, que recibieron el presupuesto adecuado para sus intereses. Con esa negociación, que incluso les permitió gozar de generosos aguinaldos y se embolsaron en las pasada temporada decembrina, cenando en abundancia y olvidándose de la pobreza de sus semejantes, acordaron autorizar la cuenta pública a gusto del titular del Ejecutivo, quien con esas ínfulas y porque sabe de qué cojean, seguramente que se quedó satisfecho con esa respuesta. En esa negociación que evidenció el sometimiento de los legisladores y legisladoras hasta los que se consideran como «independientes, por parte del Poder Ejecutivo, autorizaron ese nombramiento, sin hacer tantos escándalos como acostumbran, por lo que de inmediato Arturo Latabán López, con el clásico «sí protesto» comenzó a revisar los cuadernos y los registros de todo lo que implica una revisión del estado en que dejó esa dependencia el anterior auditor Ignacio Rendón Romero, que seguramente habrá dejado un manual de cómo impactar en la opinión pública, cómo evitar los gastos en francachelas y sobre todo cómo cubrirlas y posiblemente hasta cómo entablar una demanda en contra del mismo pesebre del que sació sus apetitos de poder económico y del control de los alcaldes. Al término de revisar todos los asuntos internos de la AGE, el nuevo titular de esa dependencia legislativa no ha dicho nada sobre el procedimiento que se les sigue a los alcaldes «burros» que no saben los manejos de sus finanzas así como de quienes han desfalcado sus respectivas administraciones, pues al menos en apariencia no es un asunto que entretenga a Arturo Latabán López. Lo que sí le interesó al desempacado auditor, producto de esa negociación, es promocionar sus actividades, pues para eso se tienen partidas especiales cuyas cantidades no se pueden saber con exactitud pues tanto a quienes integran los tres Poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) no les interesa transparentar, no de balde estamos en la entidad con un cuestionado manejo irregular de los estados financieros en los diversos ámbitos públicos y privados. Y lo peor es que si es que existe un área de prensa propiamente de la AGE, el jefe o jefes están durmiéndose en sus laureles y están mal asesorando a Arturo Latabán López pues en vez de citar a una conferencia de prensa, mejor publican sus actividades que hace fuera del estado de Guerrero, como si pensaran que eso impacta favorablemente a su imagen. No se le debe de olvidar que la distancia del representante de un cargo público con la ciudadanía es lo peor que puede hacer, pero si piensa que con esas publicaciones, se arregla su problema de imagen, está empezando mal su responsabilidad, pues lo que tiene que hacer es invitar a conferencias de prensa y pueda dar la cara, que se le conozca como a un ser humano y no solamente como a un servidor público, que recuerde que ese distanciamiento después lo puede pagar negativamente, tal como le ocurrió a Ignacio Rendón Romero, quien de plano se manchó y se pasó de veras con la demanda que interpuso en contra de la AGE, pues después de mamar de todos los recursos disponibles para las funciones de esa área, todavía exigía indemnizaciones. ¡Orale!....Monitos…El debate, que no es un debate, según se entiende en los diccionarios, porque los modositos del Instituto Estatal Electoral de Guerrero (IEEG), les marcaron con precisión los tiempos que debían de hablar y conducirse, impidieron que los tres candidatos se dieran un verdadero entre, sin embargo, de cualquier forma las brigadas de los respectivos candidatos ya dieron como seguro triunfador a Angel Heladio Aguirre Rivero, Manuel Añorve Baños y Marcos Efrén Parra Gómez. Pero lo que otros diarios pasan como detalles intrascendentes en esta columna sí se les da su respectiva importancia. En la presentación ante los medios noticiosos, especialmente la televisión, es que los tres candidatos sí recibieron una atención más que servicial de parte de los conductores y del mismo personal de Soy Guerrero, pues todo parece indicar que no querían que nada se les saliera de control. Pero en ese foro televisivo, se pudo notar que los tres candidatos fueron colocados estratégicamente en sus respectivos nichos, de donde no se movían y parecían de esos monitos del «no veo, no oigo, no hablo». Los estrados, estaban adecuados para que los tres pudieran adaptarse a sus micrófonos lo que dejó más evidente que la estatura de uno era la dificultad del otro. Y para quien se identifica popularmente como El Chaparrito pero cabrón, todo parece indicar que el banco que le pusieron se lo tuvieron que adaptar a su estatura, pues tenía aproximadamente 30 centímetros más que sus rivales. En tanto que el de Angel Heladio Aguirre Rivero y el de Marcos Efrén Parra Gómez, parecieron estar elaborados en una misma medida. O sea que el carpintero y quienes elaboraron la escenografía deben de estar en la próxima administración pues trabajaron a ritmo exprés. Lo cierto es que en ese remedo de debate, los asistentes a ese programa en vivo, que por cierto se sigue retransmitiendo en ese mismo canal de televisión del Gobierno del Estado, pero con un tufo al Canal de las Estrellas, pudieron ver la estatura de cada uno de los candidatos en donde el triunfador si se midiera por su tamaño, sería de gane Angel Heladio Aguirre Rivero, luego estaría Marcos Efrén Parra Gómez y el tercer sitio quedaría Manuel Añorve Baños, aunque es lógico considerar que esta sería una apuesta arbitraria, pues la estatura no tiene nada que ver en otros ámbitos y espacios y pues para eso están diversos ejemplos de que hasta los chiquitos se crecen ante las adversidades. Ciertamente que los tres «monitos» que exhibieron algunas de sus mejores prendas en su búsqueda por el voto que los haga ser el próximo gobernador, pudieron sentirse al tú por tú en cuanto a la imagen se refiere, porque al menos todos ellos pudieron usar bien el micrófono, sin que se notara la estatura de los aludidos.