Columnas


Destiempo
Francisco Javier Rangel
MENTIRAS
¿Quién miente? ¿Acaso mienten los dos? Si nos referimos a los candidatos Angel Heladio Aguirre Rivero, de la coalición Guerrero nos Une y Manuel Añorve Baños, de la alianza opositora Tiempos Mejores para Guerrero, que ya sea directa o indirectamente colaboran con ellos, usan burdas campañas de desprestigio que ante los ojos de los ciudadanos despilfarran dinero en tratar de perjudicar a su contrincante.
Gastan en propaganda, en caras mantas plastificadas hechas por computadora, en gallardetes con fotos a color, en volantes, en cintas para las muñecas e las manos, en gorras, playeras, utensilios de plástico, mal hechos y en las personas que los reparten por todas las comunidades y municipios de Guerrero.
Gastan en grandes planas de desplegados en los periódicos escogidos, gastan en fotografías publicadas, gastan en viáticos para las personas que se trasladan en las campañas y en las que hacen un trabajo de convencimiento y distribución de propaganda.
Gastan en comidas, desayunos y todo tipo de eventos masivos, en pago de traslados de contingentes en camiones, su alimentación, en su cuota por perder hors o todo el día en apoyo a las plazas en donde se presentan los candidatos.
Gastan el pago de los cuartos de guerra, en estrategas y especialistas, que aplican su ingenio para hacer campañas negras, sucias, en hacer la guerra a costa de lo que sea para que su candidato gane la elección el 30 de enero.
Pagan a personas que se dedican a la inteligencia, a la vigilancia de lo que pasa para descubrir planes para convencer a la población mediante la entrega de apoyos como despensas o la compra del voto.
En fin tantos gastos que por obviedad rebasan los gastos de campaña autorizados, los llamados topes de gastos de campaña impuestos por el Instituto Electoral estatal y que no respetaron. Las evidencias ahí están en las dos campañas.
Hay cuantiosas aportaciones no registradas, ni auditadas por el IEEG, de dudosa procedencia, pues es obvio que se gasta impunemente, cuando con todo ese dinero podría dársele de comer o empleo a miles y miles de guerrerenses, que sobreviven apenas con una taco de sal o frijoles si les va bien.
Es grosero e indignante que quienes nos quieren gobernar empiezan mal con estos gastos a los cuales se deben e agregar los actos de campaña de sus esposas que también andan haciendo campaña y presentándose ante los medios informativos.
Las mentiras en las campañas gemelas, de primos y políticos formados por el PRI, ahora separados por la ambición de ser gobernador, ya tienen hartos a los guerrerenses que se despiertan oyendo descalificaciones, debates y hasta colaboraciones de columnistas y reporteros que han perdido su objetividad y que en vez de informar se convirtieron en «matraqueros», ensalzadores y lisonjeros de un candidato y feroces críticos de su contrario, olvidando lo que son: periodistas, para convertirse en bufones que a nadie convencen con sus mensajes plagados de mentiras también.
Todos mienten, pues quieren inducir a los electores a que voten por tal o cual, bombardeando con datos, encuestas y encuestas y no se dedican a promover que salgan a participar y voten pues habrá según un estudio 58 por ciento de gente que no votará, tal vez argumentando los hechos violentos en medio de las campañas y fuera de ellas con ejecuciones que ahora deben de andar cerca de las más de 90 tan solo en estos primero 20 días de enero de 2011.
El pueblo de Guerrero ya no es tan fácil de manipular y quién sabe si ese 58 por ciento saliera a votar por otro candidato para castigar a los dos primos, sería una respuesta al enojo de las cochinadas que se han visto en esta campaña electoral, en la que la imposición de los candidatos, sin que participara los seguidores o militantes de cada partido, en la que no fueron tomados para hacer democracia de a de veras.
Castigo a la falta de firmeza en los valores, en la ideología y en privilegiar los intereses personales, sobre las lealtades a los partidos políticos no solo de los candidatos, sino en todos los que conforman las estructuras y organización de los partidos que forman las dos coaliciones que usan como eslogan trabajar por Guerrero y en realidad no trabajan para su beneficio y solo mienten en sus campañas políticas.
Ojala salgan a participar los más de dos millones 400 mil ciudadanos que pueden votar y cambien el destino de este estado, para demostrar que ni sus encuestas ni su manipulación de los candidatos pueden ganarle a la voluntad de la mayoría del pueblo, quien es el verdadero «jefazo» del que llegue a la silla del gobernador.
Y parece que a los candidatos ese puesto les queda grande.

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