Columnas

Memorándum
Gerardo Ruano Cástulo

EL LLAMADO DE LA SINDICA MONDRAGÓN.
El asunto de la seguridad pública y la estabilidad social es responsabilidad de todos. No solamente de la autoridad. En ese sentido, no debiera echarse por la borda el llamado de la síndica de Chilpancingo, Socorro Mondragón Sosa, cuando manifiesta que es importante que la ciudadanía haga del conocimiento de las autoridades sobre actividades y lugares que impliquen un posible riesgo para la seguridad y estabilidad de las personas.
No tiene mucho tiempo. En pleno centro de Chilpancingo se suscitó un incendio que consumió un laboratorio de análisis clínicos. Se dijo que a consecuencia de un corto circuito. Lo bueno es que no hubo pérdidas humanas. No pasó del susto. Sin embargo, debido al incidente se conoció que cerca, muy cerca del lugar, se expendía gas sin ningún control, poniendo en riesgo la seguridad de las familias que habitan por esa área. Así como a una guardería que se ubica en esa misma calle, la Valerio Trujano.
Hablar de que estuvo en riesgo la vida de muchas personas, ante la irresponsabilidad de quienes expenden éste tipo de productos, sin control alguno, produce escalofríos. Y de entrada, no habrá faltado quienes culpen a las autoridades por dejar operar un negocio de esa naturaleza.
Pero el asunto va más allá de la posible omisión de alguna autoridad. La ciudadanía debe hacer la parte que le toca. Y en éste caso, denunciar cuando ve que existe algún posible riesgo que pueda traer fatales consecuencias.
Ahí, en la calle Valerio Trujano, había quienes sabían que se expendía gas sin control alguno, pero nadie, hasta antes del incendio, hizo del conocimiento de la autoridad de tal irregularidad.
Hoy, por fortuna, hablamos de un saldo blanco. Por eso no se debiera echar por la borda el llamado de la síndica. Sobre todo cuando se sabe que Socorro Mondragón Sosa ha demostrado con su trabajo que es una mujer comprometida con Chilpancingo.
La ciudadanía debiera informar a la autoridad sobre los posibles lugares que constituyan riesgos. Por ejemplo, árboles viejos que podrían caer. Antros que generen inestabilidad. La venta de gas de manera clandestina u otro elemento que podría provocar algún incendio. La supervisión de negocios que manejen gas como tortillerías y panaderías. En fin, la gente puede colaborar para que se viva con mayor tranquilidad.
El llamado de la síndica, no es porque el ayuntamiento no tenga interés en resolver los problemas, por el contrario, es precisamente para fortalecer el puente de comunicación con la sociedad. De otra forma, lo más fácil sería hacerse de la vista gorda.
Y por sus actos, la síndica pretendería que la ciudadanía participe, para que junto a la autoridad, busquen soluciones a la gran problemática que existe en la capital del estado. Un buen llamado el de la síndica. Esa es la cuestión.
Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com

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