Columnas

Memorándum

Gerardo Ruano Cástulo

AGUIRRE, FORTALECIDO POR EL PRI.

La jornada por la lealtad del PRI pasó sin pena ni gloria. El asunto trascendió en los medios de comunicación, no por los pomposos consejos políticos municipales, sino porque en ellos, el tema principal fue el candidato de enfrente y los priístas que han decidido respaldarlo.

Se supone, que el día domingo, sería una fiesta priísta, en donde se mediría el impacto de la campaña «sucia» que han emprendido en contra de Ángel Heladio Aguirre Rivero Rivero y los diputados federales y locales que han decidido acompañarlo en su proyecto político. Pero no pasó nada extraordinario. Un día más, en cuestión política. Estuvo más interesante la misa dominical, en donde el Evangelio estuvo dedicado, curiosamente, al tema del agradecimiento, con aquella cita bíblica de los diez leprosos que fueron curados por Jesús y solamente uno regresó a dar las gracias.

Lo que quedo claro el domingo, no es que en el PRI ya sepan con quienes cuentan. Como ellos aseguran. Sino la reafirmación de que la militancia y gente de la sociedad civil cada vez es más difícil de manipular. La guerra sucia y mediática en contra de Ángel Aguirre Rivero no le ha traído buenos dividendos al Tricolor. Su candidato, Manuel Añorve Baños, habrá de llegar muy diezmado a la contienda, aunque su dirigencia busca consolarlo y animarlo con un logo en donde van incluidos los emblemas de tres partidos, cuyas militancias no van unidades a la contienda.

Por eso hoy, el nefasto líder priísta, Efrén Leyva Acevedo, expresión viva de lo más podrido del PRI, ha manifestado que habrán de dar vuelta a la página de la lealtad. Ya se dieron cuenta, que por ahí no van a encontrar nada bueno para su causa.

Quisieron tratar a la militancia y a la gente como unos retrasados mentales y les falló el cálculo. Hoy buscarán recomponer el camino, según ellos. Pero el daño ya está hecho. Es evidente que la ciudadanía tiene muy poca credibilidad en los partidos políticos y que lo que habrá de pesar en ésta contienda es la calidad de los candidatos, y en eso, Ángel Aguirre Rivero le lleva una ventaja kilométrica al candidato del PRI.

Es evidente, que gran parte de la ciudadanía tiene muy claro que Manuel Añorve Baños es un hombre ambicioso, que dejó botado el Ayuntamiento de Acapulco, dejando muchas dudas de su trabajo. Y peor aún, que detrás de él está la figura del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, quien dimitiera al cargo, ante los sucesos lamentables de Aguas Blancas.

En medio de tales circunstancias, no se puede entender que el PRI pida lealtad a su militancia. Mucho menos, cuando hoy tiene enquistados en la dirigencia a traidores que apoyaron a Zeferino Torreblanca Galindo, quienes se desgarran las vestiduras, cual viles fariseos.

Por eso, los eventos pasaron con más pena que con gloria. La inserción millonaria en medios de comunicación no les ha traído nada bueno. Le han hecho campaña gratuita al candidato de enfrente. Han fortalecido más a Ángel Aguirre Rivero. Esa es la cuestión.

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